Si bien perder kilos de más es una misión que requiere
esfuerzo, muchas veces nos sometemos a sacrificios innecesarios para combatir
el sobrepeso y la obesidad.
Actualmente, más de la mitad de los argentinos tiene
exceso de peso. Según datos de la última Encuesta Nacional de Factores de
Riesgo, elaborada en 2009 por el Ministerio de Salud, el 35,4% de la población
padece sobrepeso y el 18% obesidad. Y muchas veces, la necesidad de bajar de
peso lleva a las personas a buscar tratamientos mágicos, a creer que es
necesario hacer sacrificios mediante dietas extremas o a consumir alimentos
light con la falsa creencia de que éstos no aportan calorías.
Ante este panorama, el Ministerio de Salud de la Nación,
a través del Plan Nacional Argentina Saludable, brindó información respecto de
una serie de mitos y verdades sobre la adecuada alimentación para lograr un
peso saludable y evitar enfermedades como diabetes, hipertensión y afecciones
cardiovasculares, entre otras, a causa del exceso de peso.
Mito 1: "Puedo comer alimentos light libremente y no
engordar"
Respuesta: Antes que nada, es importante aclarar que un
producto light es aquel que fue reducido en al menos un 25% en el contenido de
calorías o en algún nutriente (carbohidratos, grasas totales, grasas saturadas, colesterol y sodio).
El hecho de que un alimento sea "light" no significa
necesariamente que sea reducido en calorías. Por ejemplo, el dulce de leche
light fue reducido en grasas pero tiene el mismo aporte de calorías debido a
que posee un mayor porcentaje de hidratos de carbono. Por eso, es necesario que
en el rótulo se especifique si está reducido en calorías o en algún nutriente y
cuál es el porcentaje de reducción.
"Es un error muy común sobrepasarse en la ingesta de
productos light pensando que no engordan y, en esos casos, la persona termina
consumiendo más calorías que si hubiera elegido la versión tradicional",
explicó Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Control de
Enfermedades No Transmisibles de la cartera sanitaria nacional.
Mito 2: "Para bajar de peso es necesario eliminar el pan
y las pastas"
Respuesta: Este mito surgió a partir de la creencia
popular de que los hidratos de carbono engordan y que los tenemos que suprimir
si queremos bajar de peso.
Los hidratos de carbono son la principal fuente de
energía y, al restringirlos, podemos sentir cansancio, fatiga, irritabilidad y
menor resistencia cuando se realiza actividad física. Por eso, lo importante es
controlar el tamaño de las porciones. "En el caso de las pastas, por
ejemplo, lo ideal es combinarlas con
verduras cortadas en juliana, que pueden ser cocinadas al wok, o si las
queremos consumir con salsa, es importante que sea liviana, de tomate, en lugar
de las de cuatro quesos o de crema", detalló Emilia Barrionuevo, nutricionista
del equipo del Plan Argentina Saludable.
Mito 3: "Para bajar de peso no tengo que mezclar carne
con papas o pastas"
Respuesta: Esta es una afirmación que carece de
evidencia científica, ya que el aparato digestivo cuenta con enzimas capaces de
digerir al mismo tiempo los hidratos de carbono y las proteínas y, por otra
parte, al combinar estos nutrientes, la comida brinda mayor saciedad.
Mito 4: "Para bajar de peso tengo que abandonar todos
los dulces"
Respuesta: Los alimentos, además de nutrientes, nos
brindan placer, por lo tanto, no es recomendable eliminar lo que nos gusta completamente.
Se pueden consumir productos dulces siempre y cuando sean en la porción justa
y, para lograrlo, se deben seleccionar aquellos que se venden por unidad.
"Cuando prohíbo un alimento, aumentan mis deseos de
consumirlo. Entonces, si en lugar de prohibirlo lo incluyo dentro de mi
alimentación, el deseo disminuye porque sé que al otro día puedo volver a
consumir una porción", aclaró Barrionuevo.
Mito 5: "Tengo que comenzar la dieta el lunes"
Respuesta: Esta es la clásica excusa con la que
postergamos la acción, dejando para después algo que podríamos comenzar hoy.
"Muchas personas que quieren bajar de peso comienzan la dieta el lunes a la
mañana y la terminan a la noche, o adelgazan de lunes a viernes y suben de peso
los fines de semana", analizó Barrionuevo y agregó: "un desafío que nos podemos
plantear es tomar la decisión de cuidarnos a partir de la próxima comida. No es
necesario empezarla un lunes".
Mito 6: "Si quiero bajar de peso tengo que pasar hambre"
Respuesta: Seguir dietas muy bajas en calorías, como las
que están de moda, no se puede sostener en el tiempo, por lo que llevan a
recuperar rápidamente el peso perdido; es lo que se conoce como el "efecto
rebote". Además, el gasto energético disminuye y el metabolismo de las personas
se hace más lento.
En la misma línea, Barrionuevo explicó que "cuando
pasamos períodos de hambre, el organismo detecta esa falta de alimentos y para
lograr su objetivo, que es comer, aumentan los niveles de una hormona llamada
grelina, conocida como la hormona del hambre, que hace que tengamos ganas
intensas de comer. Entonces, para que esta hormona se mantenga en niveles
normales no deben pasar grandes períodos de tiempo sin ingerir alimentos".
Además, estas dietas tienen como objetivo el
adelgazamiento rápido, que lleva a la persona a perder más músculo que grasa.
"Si se baja un 1% por semana, se pierde alrededor de un 75% de grasa y 25% de
músculo. Si se supera esa velocidad, se pierde alrededor de 50% de cada uno",
detalló por su parte Jonatan Konfino, coordinador del Plan Nacional Argentina
Saludable.
Mito 7: "Comer sólo frutas durante el día es una buena
alternativa para bajar de peso"
Respuesta: Ningún plan basado en un solo grupo de
alimentos puede tener éxito. La alimentación debe ser variada y completa. Para
eso, es necesario consumir frutas, verduras, carnes y legumbres en proporciones
equilibradas. Una dieta exclusiva en frutas, como por ejemplo la dieta de la
manzana, debilita al organismo y provoca el efecto contrario al deseado una vez
que se la deja de consumir.
Mito 8: "No debo cenar porque engorda"
Respuesta: Esto no es así, ya que el motivo que realmente provoca
un aumento de peso es consumir mayor cantidad de calorías que las que se gastan
a lo largo de todo el día, y nada tiene que ver con el momento del día en que
se come. Por eso, es importante no saltear ninguna comida, ya que esto
disminuye el metabolismo –el organismo quemará menos calorías– y hace que la
persona llegue a la siguiente comida con mucha más hambre.
Fuente: infobae.com
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