jueves, 31 de octubre de 2013

Lo que viene: cuatro nuevas bodegas que llegan al mercado y que vale la pena descubrir

En un contexto adverso para la industria vitivinícola, que viene padeciendo caídas en los niveles de rentabilidad, producto de un atraso cambiario y una suba de costos que erosionan los pilares de cualquier plan de negocios, resulta revitalizante ver que muchos emprendedores siguen apostando, jugándose incluso parte de sus propios ahorros para llevar adelante su propio proyecto.

En este contexto, Vinos & Bodegas seleccionó cuatro iniciativas que vienen ganando terreno y que vale la pena descubrir.

Todos tienen numerosas características en común: elaboran partidas muy limitadas, con mucho trabajo hecho a pulmón y, por sobre todas las cosas, con mucho énfasis en la calidad.

El equilibrista: vinos de garaje

Si sos de bucear en las novedades que ofrece la industria, probablemente hayas escuchado de su autor y de su flamante bodega. Si no, seguramente este nombre te suene desconocido: El Equilibrista.

Es un nuevo proyecto que busca plasmar en cada una de sus etiquetas las características propias de los distintos microterroirs del Valle de Uco.

"Un equilibrista requiere de creatividad, entrenamiento constante, dedicación y una destreza especial para lograr impresionar y hacer disfrutar a su público", comentó a Vinos & Bodegas el enólogo Juan Ubaldini a la hora de explicar las razones por las cuales eligió este nombre para bautizar a su proyecto, que está dando sus primeros pasos en el mercado interno.

Acto seguido, el winemaker agregó que "el equilibrio en los vinos es una cualidad muy buscada por todos los paladares, tanto jóvenes como expertos, por lo que trabajamos en esa dirección".

Si bien recién ahora están llegando a vinotecas, el Equilibrista nació a comienzos de 2009, cuando el productor buscó sacarse las ganas de ver plasmados en la realidad sus propios vinos.

"En el suelo del garaje de la casa de unos amigos pusimos unas barricas, habíamos conseguido uvas y así arrancamos, con la idea de hacer vinos para compartir con amigos y familiares", contó Ubaldini, quien hizo especial hincapié en que "nuestra filosofía hoy es igual que en los comienzos".

Actualmente, la bodega cuenta con tres etiquetas en el mercado, con una producción total muy limitada, de apenas 20.000 botellas:
· El Joven Equilibrista Malbec 2012 ($66)
· El Sensacional Equilibrista Malbec 2010 ($109)
· El Gran Equilibrista Blend 2010 ($210)

El plan del bodeguero es llegar a las 10.000 cajas anuales, lo que les permitiría conservar esa "mística" de vinos de garaje.

"No queremos dejar de ser algo casi exclusivo. Nuestra mirada está puesta muy lejos de la masividad", acotó.

A la hora de echar un vistazo a la foja de servicios de Ubaldini, cabe destacar que, desde 2009 y hasta la actualidad, viene acumulando "horas de vuelo" en la bodega Monteviejo, emplazada dentro de Clos de Los siete, junto a pesos pesados de la industria como Michel Rolland y Marcelo Pelleriti, el hombre de los 100 puntos Parker.



"El proceso de aprendizaje es eterno, no tiene fin. Y lo que más destaco de mi experiencia en Monteviejo es que ha sido en este lugar donde terminé de enamorarme del Valle de Uco y comenzamos a comprendernos más profundamente", explicó Ubaldini.

El concepto "terroir", según el winemaker, es clave: "No tenemos viñedos propios, pero sí amigos productores de toda la vida que nos separan unos pocos kilos de sus mejores parcelas, las que ya conocemos, para darle origen a nuestros vinos".

En concreto, El Equilibrista se nutre de vides emplazadas en Tupungato, Vistaflores, La Consulta y Altamira.

"Nuestros productos están definidos por su terruño", explicó Ubaldini, quien agregó que "no elaboramos vino, sino que acompañamos y dirigimos una serie de procesos a lo largo de todo el año, desde la poda hasta el embotellado, para trasladar a una copa todo lo que su origen es capaz de expresar".

A la hora de definir su estilo en la bodega, destacó a Vinos & Bodegas que "soy algo así como un enólogo dúctil, maleable, amante de los grandes vinos de guarda, esos que nos transforman en egoístas delante de una botella, como así también de los vinos ´sencillos´, de esos que podemos compartir con cualquiera en cualquier momento".

Esta versatilidad, aseguró, se puede encontrar en los vinos de El Equilibrista: "Están pensados para todos los paladares. Cada etiqueta está dirigida a preferencias diferentes y esto refleja nuestra amplitud en la concepción del vino".

Vinos & Bodegas degustó El Sensacional Equilibrista Malbec 2010, un vino que suma un 10% de Merlot y que se destaca por su aromática intensa, con notas de fruta roja madura, leves toques anisados y aquellos propios de su paso por barricas, como tabaco y moca, bien integrados.



En boca, ataca brioso, con un avance jugoso. Su buena concentración y sus taninos con buen músculo, pero excelentemente perfilados, le imprimen un lindo equilibrio. Conforme avanza, invade el paladar con una aromática de alto impacto, para cerrar con un final largo y con un regusto que redobla la apuesta y deja un buen recuerdo de frutas maduras y notas propias de la crianza.

Es un vino en el que se siente y se percibe su materia prima de alta calidad, alumbrando un Malbec de perfil moderno, pero no commoditizado. Tiene tipicidad pero, sobre todas las cosas, carácter.

Nube Negra: de Sabina a una botella

El nombre Nube Negra, a quienes gusten de la música, seguramente los transporte a alguna melodía del cantautor Joaquín Sabina. Y es correcto, porque esa canción se convirtió, justamente, en el empujoncito de inspiración que necesitó el enólogo Eduardo Vidal para terminar de darle forma a su proyecto vitivinícola.

"Durante meses andaba buscando un nombre. Y una noche salí de la bodega, muy tarde, después de haber realizado algunos cortes. Cuando llegué a mi casa y prendí la computadora para ver los datos analíticos de los vinos, necesitaba música para relajarme y puse temas de Sabina. Ahí apareció Nube Negra", relató el enólogo en diálogo con Vinos & Bodegas.

Esta iniciativa personal tiene lugar luego de que Vidal trabajara con algunos de los más importantes nombres de la vitivinicultura, como el flying winemaker Paul Hobbs, con quien hizo experiencia en Estados Unidos; o su amigo e "ídolo personal" -tal como lo denomina-, Marcelo Pelleriti, con quien compartió jornadas de trabajo en el prestigiosísimo Château Le Gay, en Francia.

"De ellos tomé lo mejor y lo llevé a la práctica en mis vinos", explicó Vidal, al tiempo que recalcó que su idea al frente de Nube Negra es "hacer el tipo de vinos que siento, con carácter, personalidad y elegancia, que respeten el terroir".

En relación a este punto, el bodeguero utiliza uvas procedentes de un viñedo equilibrado, de 20 años, ubicado en El Peral, Valle de Uco, con rendimientos cercanos a los 8.000 kilos por hectárea.

"A veces me gustaría elaborar uvas de otros terroir pero la verdad que El Peral me ha dado muchas satisfacciones y alegrías en mi vinos. Pero no pierdo la esperanza de elaborar a partir de uvas de La Consulta y Vista Flores en mis próximos años", destacó.



Si bien el proyecto empezó a cobrar vida en 2007, con una primera vendimia en 2008 -para la cual invirtió todos sus ahorros en la compra de uva-, recién ahora este winemaker está comenzando a darle mayor visibilidad.

Las partidas son limitadísimas. Basta saber que de Nube Negra añada 2010, que es la que actualmente está en el mercado, apenas se elaboraron 800 botellas, en tanto que de la cosecha 2011 -que saldrá a la venta recién a fines del 2014- sólo se produjeron unas 2.000.

Vidal adelantó que, en breve, estará presentando en el mercado una nueva línea de vinos, bautizada "El Espía" que, no superará las 6.000 botellas en su primera vendima.

Para esta producción, Vinos & Bodegas degustó Nube Negra 2010, un vino que atrapa por su nariz cargada de frutas rojas maduras, con trazos florales nítidos y una madera que aporta notas de vainilla.



Para entender lo que es un vino amplio por definición, basta abordar este ejemplar: cubre el paladar, con una jugosidad envidiable y un medio de boca desbordante de frutas y notas de crianza. Tiene estructura, pero más se destaca por su paso suelto que lo vuelve tan amigable que una botella va a resultar muy poco.

Calamaco: apostando por el Malbec

Cuando un actor, tras pegarla en una película que se convierte en éxito de taquilla, busca un bálsamo en una pequeña obra de teatro autogestionada... eso es Calamaco.

Su responsable, Santiago Santamaría, fue el gestor de Melipal, una bodega que hace tiempo dejó de ser boutique al pasar a manejar cerca de medio millón de litros y que actualmente pelea en las grandes ligas.

Hoy, este joven bodeguero, busca abrirse nuevamente camino con su proyecto personal. Y no lo hace solo: se lanzó a la aventura junto a su esposa Clarisa Aristi, la actual brand manager de Melipal.

En diálogo con Vinos & Bodegas, Santamaría aseguró que "la idea de Calamaco era la de recuperar la mística propia de un proyecto familiar, pequeño y sustentable".
En este sentido, destacó que la producción de las últimas añadas no van más allá de las 35.000 botellas, al tiempo que recalcó que el plan de negocios contempla no superar las 100.000 botellas.

"Es una cifra ideal con la que me sentiría muy cómodo, porque permite manejar un volumen sin la necesidad de construir una bodega propia, al tiempo que posibilita trabajar cada añada al más mínimo detalle", subrayó.

En relación al trabajo de enología, Santamaría explicó a Vinos & Bodegas que la intención es que Calamaco no quede atado al nombre de un winemaker determinado.

"Con Melipal estuvimos diez años trabajando con algunos de los mejores expertos: Héctor Durigutti, Alberto Antonini, Luis Barraud... nosotros aprendimos mucho durante todo el proceso que llevó crear esa marca. Esa experiencia es muy importante y la quisimos capitalizar con Calamaco", relató.

Así las cosas, Santamaría y su esposa aseguran estar en condiciones de ser ellos mismos las caras visibles de la flamante bodega.

El punto central es que, por el momento, Calamaco está orientado 100% a la elaboración de Malbec.

"Somos conscientes de que la Argentina está ofreciendo más que Malbec y que más bodegas vienen apostando por otras variedades, como Petit Verdot o Cabernet Franc. Pero también es importante recalcar que un proyecto de nuestra magnitud no puede diversificarse demasiado, al menos en una primera etapa. Con el tiempo y a medida que nuestros propios clientes lo requieran, entonces ahí sí incluiremos más variedades en nuestro portfolio", explicó a Vinos & Bodegas.

El proyecto actualmente cuenta con tres etiquetas: Calamaco Clásico, Calamaco Reserva y Calamaco Gran Reserva.

Vinos & Bodegas recomienda Calamaco Reserva 2012, que incorpora uvas procedentes de un viñedo de más de 50 años del Valle de Uco y de otro de casi 100 años ubicado en pleno corazón de Agrelo.

Esta etiqueta, que ya se está a la venta en vinotecas de Buenos Aires a un precio cercano a los $98 es un vino donde la fruta madura se asegura el protagonismo, si bien los ocho meses de paso por barricas le aportan un agradable toque de vainilla, a lo que se suma una leve pincelada especiada.



En boca es un vino que se caracteriza por ser concentrado, pero de cuerpo medio -tornándose jugoso-, y por mantener un muy buen nivel de acidez, volviéndolo fresco y ágil, sin perder un centímetro de elegancia.

En Buenos Aires, este vino se consigue en Palermo (Jorge Luis Borges 1772) y en Barrio Norte (Av. Presidente Quintana 450).

Vid y Vinos: mujeres al poder

Vid y Vinos es un proyecto que iniciaron en 2005 las hermanas Graciana y Eloisa Monneret junto a su amiga Marcela Casteller.

Las tres tienen una característica en común: son ingenieras agrónomas. Y, desde el vamos, se plantearon elaborar "un vino Malbec en pequeñas cantidades, apuntando a la calidad y dándole un toque femenino a nuestro producto", tal como explicaron a Vinos & Bodegas.

Y si bien la primera añada data del año 2006, el proyecto no cobró notoriedad sino hasta este 2013, cuando su etiqueta Vid.a y Alma Malbec 2011 se alzó con un Trophy en el marco del concurso Argentina Wine Awards, el certamen donde cada año Wines of Argentina premia a las mejores etiquetas de exportación del país.

A la hora de explicar la razón por la cual bautizaron a su primer vino de esta manera, destacaron a este medio que "cuando estábamos pensando nombres, nos enteramos que las tres íbamos a tener hijos, así que buscamos una forma de que este producto que estábamos elaborando estuviera dedicado a ellos".



La producción de este Malbec 2011 fue muy limitada, de apenas 4.750 botellas. El mismo está elaborado a partir de un viñedo propio que las tres socias poseen en Altamira.

"Es un terroir caracterizado por grandes amplitudes térmicas, suelos pobres y pedregosos, y rendimiento bajos, de entre 80 y 100 quintales por hectárea. Es el puntal principal de nuestro producto, ya que es una zona en donde el Malbec logra su máxima expresión organoléptica en nariz y en boca", destacaron.

Para elaborar el vino alquilan capacidad de vasija en la bodega Ruca Malén, aunque hicieron hincapié en que "la elaboración la dirigimos nosotras personalmente, al igual que la comercialización y el marketing".

En breve, las tres socias están planeando sacar al mercado un blend elaborado con un 75% de Malbec y un 25% de Cabernet Sauvignon.

"Este año, recorriendo el viñedo vimos que el Cabernet tiene una calidad excepcional y mucha complejidad aromática. Por eso apostamos a elaborar un nuevo producto", destacaron.

El proyecto no se limita únicamente a lo vitivinícola: también producen un aceto balsámico de Malbec, elaborado con las técnicas de Módena -el cual se caracteriza por una gran intensidad aromática y un rico frutado-, además de una sal con especias de montaña.

Vinos & Bodegas ya había degustado Vid.a y Alma 2011 en el marco de la última edición del Argentina Wines Awards. Y, en estos últimos meses, no hizo más que mejorar.



Se destaca por su aromática que combina fruta roja madura, trazos florales y una paleta propia de notas heredadas tras su paso por barricas, como café torrado y vainilla. Al paladar es de cuerpo medio, con taninos sin aristas, que lo vuelven completamente amable al paladar. Su medio de boca está dominado por la fruta, que se sostiene de la mano de su regusto, que deja un largo recuerdo en boca.

Por el momento, esta etiqueta que tiene un precio sugerido de $80, se consigue en Mendoza y en una vinoteca de La Plata. Pero conviene seguirle el rastro en la web para ver puntos de venta actualizados haciendo click en el siguiente link.

Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas - vinosybodegas@iprofesional.com 

Fuente: Area del Vino

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