Ocho hábitos cotidianos, repetidos en exceso, pueden poner en riesgo
nuestra vida. Investigadores de la Universidad de Utrecht, Holanda,
publicaron una investigación que afirma que el consumo de café, el
ejercicio físico intenso, sonarse la nariz con fuerza, tener relaciones
sexuales, hacer fuerza al ir al baño, tomar refrescos de cola,
sobresaltarse y enojarse son factores que, en este orden, aumentan el
riesgo de que se produzca un derrame cerebral.
"Todos estos
comportamientos aumentan la presión sanguínea temporalmente y facilitan
que el vaso inflamado por un aneurisma se rompa. Así de sencillo",
explica Monique Vlak, neuróloga en el Centro Médico Universitario de
Utrecht (Holanda) y coordinadora del estudio publicado en mayo en la
revista Stroke (infarto cerebral, en inglés).
Para detectar cuáles
son los factores "peligrosos", el equipo preguntó durante tres años a
250 pacientes que sufrieron una aneurisma (o hemorragia cerebral) cuáles
habían sido sus hábitos y actitudes previos al derrame. Así,
encontraron que lo más perjudicial era tomar café: quienes lo hacían
tenían casi el doble de riesgo de que el vaso sanguíneo se rompiera
durante la hora siguiente de haber ingerido la bebida.
En segundo
lugar, lo más peligroso para estos pacientes resultó ser el ejercicio
intenso, sonarse fuertemente la nariz y tener sexo.
Qué es un a aneurisma
Un
aneurisma cerebral es un ensanchamiento de la pared de una arteria del
cerebro, y sus síntomas incluyen vómitos, problemas de vista, pérdida
de conocimiento y fuerte dolor de cabeza. La mayoría no manifiesta
síntomas hasta que son lo suficientemente grandes o hasta que sangran.
Cuando se rompen, los aneurismas pueden causar hemorragia cerebral.
Con
las nuevas técnicas de neuroimagen se detectan mejor, pero aún no
están muy claras las causas por las que se producen. Hasta el momento
se sabía que el hecho de ser mujer y la hipertensión eran factores de
riesgo, a los que ahora se suma estos ocho.
Se calcula que el dos
por ciento de la población -o poco más de seis millones de personas-
tiene aneurismas intracraneales, pero pocos se rompen, según el
estudio.
"Para las personas con un aneurisma que es demasiado
pequeño para poder tratarlo o que está localizado en una zona de
difícil acceso para intervenir, es mejor prevenir que curar. Evitar
comportamientos de riesgo puede ser su seguro de vida", precisó al
diario El Mundo, de España, Ale Algra, del Departamento de Neurología
del Centro Médico de Utrecht. "Si suprimen el café pueden reducir en un
10% el riesgo de ruptura del vaso sanguíneo o en un 4% si toman
laxantes", agregó.
Estas hemorragias causan la muerte a la tercera
parte de los pacientes que las sufren y dejan a otro 20% en una
situación de dependencia total.
Cautela con los datos
Los
resultados del estudio están dando la vuelta al mundo y hasta la
Asociación Norteamericana del Corazón se refirió al tema: "Café y sexo:
dos de las actividades milenarias más placenteras del ser humano
podrían tener algún efecto adverso para la salud".
Entremujeres
consultó al doctor Francisco Klein, Director del Centro de Stroke del
Hospital Universitario de la Fundación Favaloro. "El trabajo publicado
en Stroke no se refiere al accidente cerebrovascular en general sino a
un tipo específico de hemorragia llamada hemorragia subaracnoidea aneurismática,
producida por la ruptura de una malformación vascular, en este caso un
aneurisma. El grupo de Vlak, de la Universidad de Utrecht, estudió en
250 pacientes cuáles de 30 factores que ellos eligieron
arbitrariamente se encontraban presentes (y en qué frecuencia) en los
que ya habían tenido una hemorragia subaracnoidea. El estudio lo
hicieron a través de un cuestionario administrado a los pacientes. Allí
encontraron que, de esos 30 factores elegidos a priori, 8 de ellos
tenían lo que los autores consideraron relevancia estadística", explica
el especialista.
El doctor Klein subraya cierta cautela en el
alcance de las conclusiones del estudio. "Es un trabajo retrospectivo,
con todas las controversias que tienen este tipo de análisis, ya que la
pureza de las variables estudiadas es mucho menor. El mismo grupo de
investigadores acepta esta limitación, y también la de que el estudio
solamente pudo ser realizado en aquellos pacientes que sobrevivieron y
en los que pudieron contestar el cuestionario y no en todas las
hemorragias siubaracnoideas", dice.
"Ninguno de los llamados
'factores de riesgo' que se registraron se encuentran asociados a la
producción de un aneurisma, aunque sí pueden estarlo a su ruptura. Es
conocido desde hace mucho tiempo que cualquier condición que favorezca
la elevación de la tensión arterial puede asociarse a la ruptura
aneurismática y en este sentido parecen operar las variables
estudiadas", explica. Y aclara: "Por supuesto que en un paciente que se sabe que tiene
un aneurisma cerebral, es razonable recomendarle que cualquiera de
estos desencadenantes (y otros, como la eventual administración de
medicamentos o drogas que puedan elevar la tensión arterial) sean
evitados para evitar el riesgo de ruptura hasta que el
aneurisma sea "asegurado", ya sea a través de su instrumentación
endovascular o neuroquirúrgica. En este sentido el trabajo actúa como
un aporte más a la racionalidad de esta recomendación".
El doctor
Luciano Sposato, director del Centro de Stroke, del Instituto de
Neurociencias de la Fundación Favaloro, y director del Departamento de
Neurología de INECO, suma otro dato a tener en cuenta, para no
asustarse: "Es importante remarcar que los ACVs ocasionados por
aneurismas son el tipo menos frecuente. En el Registro Nacional de
Accidentes Cerebrovasculares (ReNACer), el 83% fue del tipo isquémico
(oclusión de una arteria cerebral) y el 17% hemorrágico (ruptura de una
arteria cerebral). Dentro de este último 17%, un 3% fue por ruptura de
un aneurisma. En resumen, solo 3% de los ACVs es ocasionado por la
ruptura de un aneurisma (hemorragia subaracnoidea)".
Fuente: entremujeres.com
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