El hueso es un órgano firme, compuesto por tejidos duros y blandos, que se encuentra en un
proceso dinámico de formación y descomposición, regulado por hormonas y nutrientes de vital importancia para
su correcto funcionamiento.
Si bien lo que más se conoce es que la
infancia temprana es el momento cuando se desarrolla el "depósito" de calcio
para toda la vida, por lo que la dieta infantil debe contener derivados lácteos
que son los alimentos por excelencia ricos en ese nutriente, en la adultez
sigue siendo necesario el aporte de calcio, y en algunos casos puede ser
necesario suplementar la alimentación con este mineral.
De todos modos, a medida que pasa el tiempo,
fundamentalmente después de los 30 años, los procesos de descomposición ósea
aceleran su ritmo, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis, una enfermedad que
reduce la densidad de los huesos y aumenta el riesgo de fracturas.
Un dato que poco se conoce y que conviene saber es que durante
el sueño el cuerpo se repara y repone suministro de células óseas. De ahí que
mejorar la calidad del sueño no sólo reducirá el estrés: todas las actividades
que ralentizan el ritmo cardíaco promueven el sueño, por lo que leer o meditar
antes de dormir, o la práctica de yoga varias veces por semana deberían sumarse
a la rutina.
Asimismo, las
hormonas paratiroideas, el estrógeno, la progesterona y cortisol desempeñan un
papel fundamental para la salud ósea. A partir de la menopausia, cuando
disminuyen los niveles de estrógeno, comienza el periodo de mayor riesgo en el
desarrollo de osteoporosis.
De ahí que cuando existe una deficiencia de las hormonas
mencionadas, se produce un efecto dominó sobre las otras, disminuyendo la
absorción de calcio y por consiguiente
el deterioro óseo.
Los especialistas remarcan la importancia del control
hormonal, y fundamentalmente en la menopausia el seguimiento por un
especialista.
A continuación, cinco consejos que serán de vital
importancia para mantener la salud de los huesos:
1- Controlar
el peso
Estudios clínicos relacionaron la obesidad con un mayor riesgo
de desarrollar osteoporosis. Para el médico endocrinólogo Carlos
Graschinsky (MN 49722), la mejor forma de encarar los tratamientos para
el control del peso es "a
partir de un diagnóstico personalizado de las causas del exceso de peso y
focalizar en aumentar el gasto en lugar de disminuir aporte calórico".
"Si el
tratamiento se basa en hacer dietas restrictivas, el que termina pagando es el
metabolismo, que se enlentece, por eso la clave pasa por movilizarnos más y
dejar de lado la vida sedentaria", aseguró.
Este tipo de
enfoque de los tratamientos de la obesidad repercute en forma positiva en la
salud general, teniendo impacto a nivel cardiovascular, articular y óseo.
2- Hacer
ejercicio
La actividad física es una forma de activar a las
células responsables de la formación ósea.
El profesor de educación física Andrés Kornitz recomendó
adquirir hábitos saludables como subir escaleras, andar en bicicleta, nadar y
caminar a buen ritmo, por lo menos 30 minutos todos los días.
"Si la persona ya tiene diagnóstico de osteoporosis es
importante fortalecer los músculos que rodean los huesos para soportar mejor su
estructura, con la guía de un fisioterapeuta", remarcó.
3- Cuidar
el equilibrio y la postura
Para el fisioterapeuta Marilyn Moffat, de la Universidad de Nueva York, el Tai
chi, yoga o cualquier ejercicio que fortalece las piernas mientras se prueba el
equilibrio puede disminuir el riesgo de caídas y mejorar la postura. Consulte a
un fisioterapeuta para aprender ejercicios que son seguros y apropiados para
usted.
4- La
importancia de la vitamina k2
Diversos estudios recientes demostraron que el calcio no
está solo. De hecho, lo más relevante es que el calcio esté en los sitios donde
debe estar, y no el aporte en sí mismo, según explicó la doctora Daiana
Feskanich, quien publicó estudios al respecto en la revista de la Sociedad
Americana de Nutrición Clínica.
La especialista destacó la vitamina k2
como el nutriente que regula los movimientos del calcio, esto se debe a la osteocalcina, una proteína dependiente de
vitamina K, que es la responsable de llevar al calcio a la estructura ósea y
fortalecer los huesos sanos. Cuando falta vitamina k el aporte de calcio tiende
a generar calcificaciones.
La osteocalcina depende del aporte
alimenticio de vitamina K2 para funcionar adecuadamente. Así, la deficiencia de
esta vitamina puede llevar a la pérdida de calcio en los huesos y la reducción
de la calidad del hueso.
Desafortunadamente, la dieta occidental no
contiene suficiente vitamina K2. La forma de aportarlo en cantidades apropiadas
es a partir de los suplementos. En la Argentina, Cados está recientemente a la
venta en farmacias.
5- Reducir la inflamación
La alimentación actual tiene un gran componente
pro inflamatorio, según explicó el doctor Milton Dan, para quien esto se debe
fundamentalmente a la desproporción entre la ingesta de Omega 6 respecto al
Omega 3. "El aporte debería ser 1 a 1, pero con la alimentación moderna
recibimos entre 30 y 50 veces más Omega 6 respecto a Omega 3", explicó.
El especialista recordó que
"el Omega 6 lo incorporamos constantemente en la mayoría de los derivados vegetales
como maíz, soja, girasol, mientras que el aporte de Omega 3 es prácticamente nulo,
y lo podemos encontrar en el pescado
fresco y en la chía, pero para que sea efectivo en esta última presentación no
debe oxidarse, tiene que estar estabilizado". Es por eso que se recomienda directamente consumir Omega 3 en gotas estabilizado con vitamina E natural (de venta en
farmacias), por ser la forma efectiva y más económica de aportar este nutriente
(60 gotas aportan 1.800 mg de Omega 3 estabilizado).
Si logramos hacer este
cambio en la alimentación, se verá beneficiada la salud en general y tendrá un
impacto muy positivo a nivel óseo, especialmente por la disminución de los
procesos inflamatorios.
Fuente: infobae.com
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