Hay vinos que de por sí son especiados. Es el caso del syrah, por ejemplo, con sus intensas notas de bayas. Otros tienen esta característica no porque venga de la uva sino porque se lo dio su paso por madera; entonces toma aromas de vainilla, clavo, canela, pimienta...
Pero el vino especiado del que hablamos es ése que, típico del invierno europeo, se vende al paso, en carromatos estacionados en algún callejón de los circuitos turísticos. En España, Italia y especialmente en la fría Alemania, uno ve caer el cucharón de vino tibio o caliente en el vaso... Y una nube aromática se intensifica, mientras el vino reconforta a los paseantes.
El vino caliente especiado Glühwein se ha convertido en un protagonista de la gastronomía alemana navideña, a la par del stollen. Pero su origen se remonta a épocas precristianas, ya que deriva del vino especiado de los romanos, que de esta manera lograban prolongar su vida y mejorar el sabor. Hay recetas registradas que tienen más de 2.000 años y muchas otras que datan de la Edad Media.
VINO TINTO ESPECIADO
Lo que lleva:
Vino tinto. 1 litro (malbec o cabernet sauvignon)
Pimienta negra en grano. 1 cucharadita
Semillas de anís. 1/2 cucharadita
Azúcar. 10 cucharadas
Como se hace:
En una cacerola chica, colocar el litro de vino junto con los granos de pimienta, las semillas de anís y las 10 cucharadas de azúcarCocinar a fuego medio hasta que la preparación se reduzca a la cuarta parte (es decir, debe quedar 250 ml)Dejar reposar hasta que el vino entibie y servir en vasos o copas.
Fuente: clarin.com
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