Los estudios sobre la relación entre la alimentación y el
entrenamiento para conseguir bienestar físico y un adecuado equilibrio
nutricional no son nuevos. Aunque todavía no hay resultados
concluyentes, aquí vamos a presentar dos de los más recientes:
1)
El ejercicio físico intenso parece disminuir el apetito o la urgencia
de comer más que la actividad física liviana o moderada. En un
trabajo publicado en junio en The International Journal of Obesity,
investigadores de la Universidad de Western Australia en Perth y otras
instituciones compararon los efectos del ejercicio leve versus el
exhaustivo en el deseo posterior de comer. Determinaron que quienes
hacen una actividad liviana luego comen más que quienes se mueven
vigorosamente (la actividad física intensa llevaría a una supresión de
la ingesta de alimentos en el corto plazo).
De acuerdo a diversos
análisis realizados a los voluntarios, los más activos presentaron
niveles significativamente menores de la hormona grelina (que se sabe
que estimula el apetito) y niveles altos de azúcar en la sangre y
lactato arterial, que reducen el deseo de comer.
2) Luego
de una sesión intensa de bicicleta fija, ingerimos una menor cantidad de
comida y consumimos un 10% menos de calorías que después de haber
realizado actividad física moderada. A esa conclusión llegó un
estudio publicado el año pasado en la revista PLoS One, que analizó el
impacto de la intensidad del ejercicio en el apetito. En ese caso, la
investigación se realizó en varones adolescentes obesos.
La
actividad física intensa viene siendo usada desde hace algunos años con
el fin de movilizar grasas, lo que se ha dado en llamar “interval training”
o entrenamiento con intervalos de alta intensidad combinados con
periodos de moderada a baja intensidad para buscar la recuperación y los
cambios en la frecuencia cardiaca. Este tipo de entrenamiento puede ser
realizado en bicicleta, corriendo, en aparatos como el elíptico o en el
trabajo de sobrecarga con pesas.
Tips para mejorar los resultados
Los
estudios citados indicarían que lo mejor para controlar el peso es
realizar pequeñas sesiones de ejercicio vigoroso, ya que disminuiría el
apetito y se comería menos. Antes de arrancar, te dejamos algunas
recomendaciones:
* Si vas a comenzar con un entrenamiento
intercalado de alta intensidad, antes hacé una evaluación médica que
incluya examen físico y electrocardiograma.
* Si tenés más de 40 años o presentás factores de riesgo aumentados, hacete también una ergometría.
*
El aumento de la intensidad de los intervalos debe ser progresivo. Así,
preparás para el esfuerzo al aparato cardiovascular y a las
articulaciones.
Por la doctora Patricia Sangenis, médica cardióloga especialista en medicina del deporte, directora médica de Deporte y salud.
Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com
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