martes, 15 de enero de 2013

Advierten el riesgo de “naturalizar” el consumo de alcohol entre los jóvenes

Especialistas aseguraron que las bebidas alcohólicas son la principal droga de abuso. ACV, hemorragias digestivas y problemas cognitivos, los principales riesgos del consumo en adolescentes.

Autoridades del Ministerio de Salud provincial pidieron a los adultos no “naturalizar” el consumo de alcohol entre los adolescentes, y detallaron que las bebidas alcohólicas son la principal droga de abuso: abarcan más del 30% de los casos de intoxicación asistidos en el servicio de toxicología del hospital Ludovica de La Plata, centro provincial de referencia.

El ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, que hoy a la madrugada participó en un operativo de control de alcoholemia en Mar del Plata, advirtió que, lejos de ser una moda, “la ingesta excesiva de alcohol puede provocar daños en el desarrollo cognitivo, hemorragias digestivas y accidentes cerebrovasculares cuando se trata de niños, preadolescentes y adolescentes”.

Esta madrugada, los inspectores del gobierno de la Provincia realizaron un nuevo operativo de control de alcoholemia a conductores de Mar del Plata y la Costa. De los 500 testeados, 6 debieron dejar de conducir por presentar más de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre.

Además, personal de la Subsecretaría de Adicciones inspeccionó  los boliches y comercios de las calles Güemes y Alem: clausuró “Crobar”, por permitir el acceso después de las 2 y “Russia”, porque dejó entrar menores en forma simultánea con mayores.

Los toxicólogos del hospital Ludovica señalaron que es frecuente que lleguen chicos de entre 10 y 19 años que toman bebidas alcohólicas esporádicamente, por ejemplo, cada 15 días, pero en cantidades exorbitantes. Observan con preocupación que existe una permisividad social y cultural frente a este tipo de consumo. Y advierten que la tolerancia hacia la ingesta de alcohol entre los jóvenes parte de la idea errónea de que se trata de un hábito propio de la adolescencia, que no entraña consecuencias graves.

“Pocos padres saben que cuando un adolescente empieza a consumir grandes cantidades de alcohol en pocas horas tiene alto riesgo de sufrir trastornos neurológicos, cardiacos, digestivos y metabólicos, convulsiones, desvanecimientos, coma alcohólico y hasta muerte”, alertó la jefa de Toxicología del hospital Ludovica, Ana María Girardelli.

A su vez, el consumo excesivo de alcohol predispone a todo tipo de accidentes: los reflejos disminuyen al igual que las capacidades psicomotrices, y esto expone a los alcoholizados a colisiones vehiculares, caídas, desvanecimientos y atropellos en la vía pública.

Cuánto tomar

La normativa vigente indica que una persona no debe manejar un vehículo si tiene más de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Para llegar a este nivel no hace falta mucho: se calcula que un individuo que pesa 70 kilos llega al límite con sólo dos chopps de cerveza, o dos vasos y medio de vino o dos medidas de whisky. Pero los efectos negativos aparecen mucho antes: con sólo 0,15 gramos la persona tiene disminuidos sus reflejos.

Los especialistas explicaron que en la mayoría de los casos, el grupo de pares presiona hacia la borrachera: hay que tomar hasta no dar más. Incluso se suele colocar al que no bebe en un lugar marginal, de debilidad. De este modo, cuando los límites y los riesgos no están claros, tomar alcohol “a morir” les genera, a buena parte de los jóvenes, un sentimiento de pertenencia.

A esto se suma que muchos buscan los efectos del alcohol sobre el sistema nervioso central para “animarse” a hacer cosas que no harían sobrios, generalmente porque se trata de conductas de alta exposición o peligrosidad.

En ese sentido, los expertos en adicciones del Ministerio de Salud provincial recomendaron promover el diálogo permanente entre padres e hijos sobre estos temas, “para que los mayores ayuden a sus hijos a tomar conciencia de los riesgos“. Por otra parte, para ofrecer un espacio de debate e intercambio en relación a las adicciones y los adolescentes, el gobierno provincial realizará, la semana que viene en Mar del Plata, un Congreso para Padres.

“Una sola borrachera puede llevar a la muerte”, enfatizó la jefa de Toxicología del Ludovica, Ana María Girardelli. Detalló que la mayor parte de los adolescentes toma fernet, una bebida a la que muchos consideran un digestivo, sin embargo tiene 45 grados de alcohol, una altísima concentración que lleva a la ebriedad con poco consumo.

Lo mismo ocurre con el gin o el tequila. Los adolescentes suelen mezclar esas bebidas blancas con energizantes. Estas últimas enmascaran los síntomas de ebriedad, lo que les permite tomar más. Pero como los efectos del energizante dura poco en el organismo, poco tiempo después de tomarlo caen abruptamente bajo los efectos del alcohol.

“Desde el Estado provincial estamos haciendo inspecciones permanentemente para que se cumpla con la ley, que prohíbe la venta a menores”, dijo el ministro Collia. Sin embargo, numerosos comerciantes infringen la norma y, además, muchos adolescentes acceden al alcohol en sus hogares. “Por eso buscamos generar conciencia entre los adultos, para que nos ayuden a educar y proteger a sus hijos”, dijo el ministro.

En lo que va de enero los inspectores de la subsecretaría de Adicciones realizaron 268 inspecciones que arrojaron como resultado 51 clausuras de boliches y comercios. También hicieron 3.538 controles de alcoholemia a conductores de los cuales 84 dieron positivo.

Más riesgos

Según los resultados de un sondeo realizado en los Estados Unidos entre 43.093 adultos y publicado el 3 de julio de 2007 en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, un 47% de las personas que comienzan a beber alcohol antes de los 14 años desarrolla una dependencia en algún momento de su vida, en comparación con un 9% de aquellos que esperan, como mínimo, hasta los 21 años.

Asimismo, cada vez más investigaciones indican que el alcohol provoca más daños al cerebro en desarrollo de los adolescentes de lo que se solía creer, y les causa unas lesiones significativamente mayores que al cerebro de los adultos.

Los jóvenes aguantan más bebiendo y también dañan más sus funciones cognitiva. Una zona afectada es el hipocampo, que resulta crucial para la memoria y el aprendizaje.

Fuente: saludable.infobae.com

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