Ratatouille es una receta provenzal muy popular en
Francia. Es un plato que se puede elaborar con todo tipo de hortalizas.
Casi siempre lleva tomate, berenjena, calabacín, pimientos, cebolla y
ajo.
Para que nos entendamos, en Castilla sería un Pisto. Es un plato que está muy extendido por toda la cuenca mediterránea con ligeras variantes: Samfaina o Xamfaina en Cataluña, Tumbet en Mallorca, Capotana en Italia, Kaputana en Malta, Lecsó en Hungría, Imán Bayaldi en Turquía…
Y es en este último plato turco en que el cocinero asesor de la película Ratatouille, el chef estadounidense Thomas Keller, se ha inspirado para la creación del manjar que deja extasiado al desalmado crítico Antón Ego.
Al plato resultante le han llamado Confit Byaldi.
En 1976, el chef francés Michel Guérard ya tenía en
su carta un plato al que llamó Confit Byaldi. Se diferenciaba de una
tradicional Ratatouille en que los vegetales estaban cortados en finos
discos en vez de las tacos tradicionales. A partir de aquí, cuando los
productores de la película pidieron al celebre cocinero estadounidense
que preparara una ratatouille, este pensó en elaborar una versión del Confit Byaldi.
Se trata de cortar finamente en rodajas la berenjena, el tomate, el
calabacín, la cebolla y los pimientos, y distribuirlos por capas en una
placa de horno untada en aceite de oliva. Salpimentar y aromatizar con
hierbas provenzales. Todo esto al horno hasta que las verduras queden
asadas pero con cierta consistencia.
Para montar el plato se disponen los discos de las hortalizas en
forma de escalera de caracol. Una suave vinagreta para aliñar y listos.
Fuente: directoalpaladar.com
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