viernes, 21 de agosto de 2009

15 recetas caseras para evitar la resaca

Es hora de admitirlo: ya no tenemos quince años. Los excesos de una noche, si bien ampliamente justificados y valederos, pueden hacernos sufrir más allá de los límites del fin de semana. Resaca, cruda, goma, caña: son los nombres para ese momento en el cual querés dormir hasta que todo pase, pero no podés dormir; el más mínimo ruido molesta, y no se puede ni mover la cabeza en la almohada. A continuación, quince tips para levantar la copa toda la noche y poder levantarte el día después.

1. Just add water. Un clásico universal, recomendado por todo ser viviente y bebiente. Agua, mucha agua. Antes, durante, y después de las otras bebidas. El agua diluye el alcohol en la sangre, lo ahoga. Hay sustento científico y todo: el alcohol deshidrata, y es la deshidratación la que genera la mayor parte de esos desagradables efectos colaterales. Se recomienda dejar una botella grande al lado de la cama e ir regándose.

2. La película estomacal. Todos los que sobrevivimos a la adolescencia lo sabemos: si no comiste, pega más, pega más, pega más. Hasta cuatro veces que con el estómago entretenido. O sea, si te invitan a la fiesta, más vale picar algo antes de acercarse a la barra. Los hidratos de carbono funcionan muy bien, porque ayudan a absorber el alcohol. Así que derecho a la mesa de pastas. Ah, también caminan las grasas y aceites: la fórmula del éxito es la pizza. Si el brindis se te viene encima y sos valiente, clavate una cucharada de aceite de oliva. La idea es que forme una película estómago-protectora.

3. Sé fiel. Por lo menos, a tu bebida. Otra que sabemos desde los catorce: lo peor es la mezcla. Entonces, ¿por qué seguimos mezclando? Ay, se puede resistir cualquier cosa, menos la tentación. Ah, y corolario que sabemos desde los doce: a más barata y berreta la bebida, más cara y fiera la resaca.

4. Tiempo al tiempo. unque sientas que el cuerpo se apaga sin pedir permiso, tratá de aguantar un ratito más. Date un vuelta afuera, comé algo, tomá más agua, distraete. Cuantas más horas pasen entre el último trago y el fade out, mejor vas a estar la próxima vez que abras los ojos.

5. Bombones, chocolates, caramelos. No es momento de hacer dieta. Mientras esperás que pase el tiempo, localizá la próxima fuente de glucosa y absorbela. Nada como una torta de chocolate, pero en caso de emergencia, hasta podés vaciarte un sobrecito de azúcar en la lengua. El alcohol produce pérdida de glucosa, y hay que recuperarla como sea. Además, la glucosa tira las neuronas para arriba, aunque sea por un ratito; te ayuda a despertarte y llegar mejor a puerto seguro.

6. Alcohol Killer. Es un sueño hecho realidad: se bebe una latita misteriosa y un rato después, adiós alcohol en sangre. Adiós borrachera, adiós resaca, adiós problemas con el test de alcoholemia. La fórmula del éxito: una combinación “de vitaminas y un hongo japonés que ayuda a metabolizar el alcohol más rápido, protege el hígado y evita la resaca,” según las palabras de su propio representante, publicadas en la JOY de septiembre. Demasiado bueno para ser verdad, ¿no? Sí: como todo lo realmente bueno, sólo se consigue en el extranjero, o en el futuro.

7. Dame un limón. Todos hablan del limón: solo, con coca cola, con agua y sal. Lo mejor con un té de limón. Cortá uno en rodajas y ponelo a hervir diez minutos en una ollita con dos tazas de agua. Si por casualidad tenés un limonero a mano, incluí también un par de hojitas. Si te resulta intragable, agregale un poquito de azúcar, y adentro.

8. La variante energética. La vitamina B también ha sido damnificada durante la noche. Un licuado de banana con leche y frutas secas, al mejor estilo fisicoculturista, puede ayudar.

9. Con farmacia y aguante. El día que mi madre vino a predicarme las virtudes del Falgos ("una pastilla antes y otra después"), clavé el último clavo en el ataúd de mi adolescencia. Va en gustos, pero para mí, funciona un poquito mejor que el Re-saca, el Alka Seltzer o el Uvasal. El gran problema de estas soluciones químicas es el formato: una verdadera resaca machaza no admite tragar pastillones así como así. Que tengas suerte.

10. Hidroterapia. Si ya estás jugado/a, una ducha caliente ayuda a transpirar y eliminar las toxinas. Terminala con un golpe de agua fría, que estimula la circulación.

11. Ventilate. Está claro: si el brindis fue un martes, como suele suceder en el impúdico diciembre, no hay muchas chances de dormir hasta el mediodía y quedarse después tranquilito, a la sombra y abajo del ventilador. Sin embargo, sería lo ideal. El cuerpo queda muy débil y necesita reposo, dentro de lo posible al aire libre, para evitar mareos. Si hay que trabajar sí o sí, tratá de quedar cerca de una ventana abierta, y tomátelo con calma.

12. Tratame suavemente. Tu estómago está en recuperación. Sé suave con él: arroz, pollito hervido, caldo. En resumen, comida de hospital, ideal para reponer un poco de las sales y potasio arrasados por la deshidratación.

13. Como un atleta. La manera más rápida de recuperar sales, potasio y vitaminas es la de los deportistas: las bebidas isotónicas, léase Gatorade y sucedáneos. También son muy útiles los jugos de frutas (el famoso jugo de tomate frío es un clásico atemporal), el mate y las sopas.

14. El secreto turco. Y hablando de sopas: altas fuentes del Comando Antiresaca de Estambul se comunicaron con esta redacción para transmitir un dato ancestral y cosmopolita. En la capital más asiática de Europa, los borrachos pasan las madrugadas en establecimientos especialmente dedicados a la producción de sopas antialcohol, donde beben hasta sentir que recuperan el control de su hígado. La más tradicional es la İşkembe çorbası, o sopa de tripas, a base de intestino de vaca y aderezada con una salsa de ajo, vinagre y limón. Otra opción es la paça çorbası, hecha con pezuñas de cordero. Si eso falla, los arrollados de kebab son una buena alternativa; y en el peor de los casos, siempre queda el espeso café turco.

Fuente: planetajoy.com

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