La cocina veneciana se precia por su delicadeza y buen sabor y es una de las que más ha aportado a la gastronomía italiana: desde postres como el famoso tiramisu hasta cocktails como el emblemático Bellini, inventado en el Harry’s Bar de Venecia en los años treinta.
Los guisos venecianos utilizan los productos de su tierra: el arroz cultivado en el Norte de Italia que aparece en el famoso “risotto”, los peces y mariscos del Adriático e incluso unen a lo local un producto extranjero como el maíz con el que se confecciona la “polenta”.
Aunque no puedas viajar a Venecia te damos un menú de platillos que te llevarán a la ciudad de los Canales, apodada La Serenísima.
Aunque no puedas viajar a Venecia te damos un menú de platillos que te llevarán a la ciudad de los Canales, apodada La Serenísima.
Comenzamos con un Bellini, seguido un platillo representativo del arte culinario veneciano, Hígado a la Veneciana. El plato fuerte es un arroz con camarones - Risotto con Scampi - y para terminar, demostrando que el tiramisu no es el único dulce originario de la región, una especialidad de la cocina judeo-veneciana: pastel de zanahoria.
Ingredientes:
1 taza de duraznos frescos y cortados (se calcula 1/2 durazno por persona). Hay quien usa néctar de duraznos, pero el verdadero Bellini debe estar hecho con pulpa de esta fruta.
1 botella de champaña.
¼ taza de licor de duraznos.
Procedimiento:
Licúa la fruta y el licor de duraznos hasta formar un puré.
Agrégale unas gotas de jugo de limón para que no se oxide.
Coloca el puré de durazno en una copa de champaña.
Llena la copa de champaña.
Fegato alla veneziana
Ingredientes
500 gramos de hígado de ternera
4 cebollas medianas cortadas en juliana
50 gramos de mantequilla
4 cucharadas de aceite
1 cucharada grande de perejil picado
Sal y pimienta al gusto.
Procedimiento
Fríe las cebollas en el aceite y la mantequilla hasta que se vean transparentes.
Corta el hígado en finas láminas, eliminando pieles y membranas.
Agrégalo a las cebollas, levanta la llama y saltear las láminas de hígado por ambos lados hasta que tome buen color.
Sazona y sirve el hígado espolvoreado con el perejil picado.
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