miércoles, 25 de febrero de 2009

Palta, la manteca del bosque

Aromática, sabrosa y nutritiva, en el siglo XXI la palta participa como ingrediente importante de la alimentación en todos los continentes.

Las frutas son vegetales que poseen sabores y aromas agradables, refrescantes y excitantes; sus propiedades nutritivas y su química ayudan a una alimentación más ligera pero energética. La palta es un fruto rico en aceites vegetales que favorecen su acción reconstituyente y su aceite aporta beneficios antioxidantes.
No es solamente deliciosa, es una fruta nutritiva que contribuye a un estilo de vida sano, contiene muchas vitaminas y minerales esenciales, es baja en calorías e incluso está libre de colesterol, dice Juana Muzard, autora del libro La palta Hass chilena.
La Persea americana es el nombre científico de su árbol, quizás originario del sur de México. Hoy, se lo cultiva además en USA, Chile, República Dominicana y en algunos países africanos, España e Israel, entre otros. Hay más de 500 variedades de miles de formas, tamaños y colores, cultivadas en todo el globo de clima tropical. Puede alcanzar 20 metros de altura.
En América Central es conocida como mantequilla del bosque; en Sudamérica, se la llama palta como en Perú, Chile, Uruguay, Bolivia y Argentina. Martínez Fernández de Enciso fue el primero en darla a conocer en Europa, allá por 1519, con frutos procedentes de Colombia. La pulpa es delicada y rica. Si la fruta está madura, la pulpa se desprende fácilmente, con una cuchara, de la cáscara no comestible. En contacto con el oxígeno del aire se oscurece, lo cual se evita rociándola con gotas de jugo de limón, inmediatamente después de desprendida de la semilla.
Su piel agrietada revela que la fruta está pasada. Al seleccionarla, debe cuidar que ceda un poco al presionarla suavemente y que tenga el pedúnculo intacto. Si quita el pedúnculo acelera la maduración. Así, pueden ser almacenadas a temperatura ambiente o refrigeradas para prolongar su frescura por dos o tres días.

Habitualmente son servidas crudas en ensaladas, o molidas y sazonadas como guacamole. Sin embargo, las paltas son mucho más versátiles. Con algo de creatividad en la cocina, la palta puede hacer un importante aporte a la buena mesa y a la salud. Contiene los ácidos grasos esenciales, linol y linoleico, que el cuerpo humano no produce. La ingesta adecuada de esos ácidos reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La palta ofrece además un equilibrado balance vitamínico, sobre todo en vitamina B6, biotina y vitamina E. Una porción de palta cubre casi dos terceras partes de la dieta diaria.
Fuente: Cuisine & Vins

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Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina