Hemos hablado mucho de Venecia, sus paseos, sus canales, sus vistas, sus museos… Pero hay algo que no se debe olvidar: la gastronomía. Conocer un lugar es también aprender a conocer sus sabores, sus olores…
Lo cierto es que Venecia tiene fama de ser un lugar bastante caro. Y no es del todo mentira. Por ejemplo, si decidimos comer alrededor de la Plaza de San Marcos, sin duda nos resultará caro. Pero hay muchos lugares en los que se puede degustar la gastronomía de la zona sin necesidad de gastar demasiado.
Cuanto más lejos del centro nos encontremos, más barata nos resultará la comida y, además, recibiremos un trato más personalizado y auténtico. Tenlo en cuenta también a la hora de elegir tu alojamiento entre los distintos hoteles de Venecia.
Por supuesto, encontraremos pasta “al dente” (imposible no probarla en Italia), pero también rape, el pez San Pedro, se denomina Pez de San Pedro, porque se le asignan a las dos manchas redondas de sus costados como la marca de los dedos del apostol, que por orden de Dios cogió al pez para sacarle la pieza de oro para pagar el tributo. De hecho, los pescados y mariscos de la Laguna veneciana y del Lago di Garda, en las cercanías de la ciudad, son realmente apreciados.
Una recomendación: polenta.
Se trata de un pastel realizado con harina de maíz, que se puede comer como acompañamiento o como plato principal, relleno de carne o pollo. Entre los quesos de la zona, que también gozan de muy buena fama, destacan el Asiago, Montasio y Fontina.
Hay muchos lugares que se pueden visitar para degustar una buena comida, pero por ejemplo, destaca Da Gianni (Fondamenta Zattere, 918), Due Colonne (Calle della Chiesa, 2343), Osteria alla Frasca (Corte Carità, 5176), o la Taverna Aeolia (Piazza da Schio), que está situada en una villa del siglo XVI y donde sirven una pasta casera rellena exquisita.
Otro de los lugares que no se puede dejar de visitar en Venecia son alguno de sus más famosos cafés.
Como el Café Quadri, situado bajo los arcos de las Procuradurías Viejas.
Tiene mucha historia, ya que se abrió en 1775. Si visitamos la ciudad en verano, es recomendable sentarnos en la terraza, donde podremos escuchar música de toda la vida en directo. Eso sí, es uno de los más caros de Venecia.
Lo mismo sucede con el Café Florian, situado en la misma zona y muy caro. Pero la vista del atardecer sentado en el café, contemplando su rica decoración, merece la pena. Y, por supuesto, para finalizar la tarde, un buen cocktail en el Harry´s Bar, uno de sus locales más laureados y conocidos.
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