Historia y Técnicas de producción
A fines del s. XVIII un comerciante inglés se quedó sorprendido por el vino de la ciudad siciliana de Marsala, y para conservarlo hasta su regreso a su patria, le añadió una cierta cantidad de alcohol etílico.
La técnica de producción se optimizó después según los métodos de elaboración de los más famosos vinos licorosos portugueses y españoles. Ya a comienzos del s. XIX se difundió en Norte América, Brasil, y Australia y después en Europa (Alemania, Rusia, Países Escandinavos).
Las fases de elaboración, son complejas y siguen un orden riguroso. A una vendimia que seleccione solo los racimos maduros, sigue una vinificación en blanco (que excluye el contacto mosto-orujo).
El producto se pone en barriles de 3-4 hl., llenados solo en sus dos tercios, pero no sufre alteraciones gracias a la elevada graduación alcohólica (18º-21º) conferida por el añadido de mosto cocido y de alcohol etílico en una proporción del 3-5%.
El Marsala sigue pues las fases de envejecimiento del sistema "soleras": desde los barriles, puestos escalonadamente, se efectúa una serie de trasvases parciales a los barriles inferiores (cerca de un tercio del contenido). Esto permite mezclar vinos de diversas añadas para obtener un producto equilibrado y armónico.
La disciplina
Para garantizar la exclusividad y la calidad del producto, existe una severa disciplina que denomina "Marsala" solo a los vinos licorosos producidos en la provincia de Trapani (excluidos los territorios de Pantelleria, Favignana y Alcamo), obtenidos sobre la base de viñedos Grillo y/o Catarratto.
Según el envejecimiento, el color, el grado de azúcar, se distinguen diversos tipos. El Marsala "Fino" necesita un mínimo de un año de afinamiento, el "Superior" 2, el "Superior Reserva" 4, el "Virgen o Soleras" 5, el "Virgen y/o Solera extraviejo" o "Virgen y/o Solera reserva" 10 años. El color puede ser oro, ámbar o rubí, mientras el grado de azúcar diferencia tres tipos de vino: seco, con azucares reductores inferiores a 40 g/l, semiseco, con azucares comprendidos entre 40-100 g/l, dulce con azucares superiores a 100 g/l.
La degustación
Menos de moda que sus "primos" ibéricos, el Marsala puede ofrecer sensaciones ricas y complejas. Los tipos "Superior" y "Virgen", puestos en barriles de roble, desarrollan perfumes de madera, de vainilla y de caramelo, notas cítricas, a la miel, a la fruta seca, en particular a la almendra tostada, que son apreciados a una temperatura entre los 12 y los 14 grados, en vasos pequeños en forma de tulipán.El Marsala Virgen o Superior Seco se destinan al momento del aperitivo, pero pueden también ser combinados con pescados y crustáceos, acompañados de salsas perfumadas y ricas.El Marsala Superior es un vino de meditación, pero puede ser asociado con un foie gras, o con los postres, sean estos dulces o quesos de hierbas o picantes (Gorgonzola, Stilton, Roquefort).
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