Una de las palabras que podemos ver cientos de veces cuando vamos al supermercado a comprar es la de probióticos. También aparece en numerosos anuncios televisivos, y aún muchos de nosotros desconocemos que significa realmente la palabra probiótico.
Se trata simplemente de organismos vivos que se ingieren en productos alimenticios como el yogur
y que benefician la salud de la persona que los consume. Un ejemplo muy
conocido y que a muchos les suena es la Lactobacillus bulgaricus y la
Streptocuccus thermphilus.
Ademas de estos dos microorganismos, en el mercado hay productos que
contienen Lactobacillus Casei Imunitass, con beneficios sobre la mucosa
intestinal.
Estos microorganismos se estratifican por miles de millones en la mucosa del intestino e interactúan con el sistema inmunitario, constituyendo una importante barrera contra el desarrollo de virus y gérmenes nocivos, y contra el paso de sustancias causantes de alergias.
Enriquecidos con grandes cantidades de fermentos capaces de multiplicarse en el tubo digestivo, y de restablecer la integridad y el funcionamiento de la flora intestinal natural, resultan muy útiles si este equilibrio está alterado.
Los fermentos prebióticos llegan al intestino y “roban” el alimento a
los gérmenes nocivos y ocupan su lugar en la mucosa intestinal. Después
estimulan la producción de anticuerpos y, en algunos casos, fabrican sustancias antimicrobianas. Además, también degradan las toxinas.
Imagen | Daiane de Mata
Fuente: vitonica.com
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