El ejercicio físico es una actividad recomendado para todas las
personas de todas las edades, tanto sanas como enfermas, lógicamente
adaptando las pautas de ejercicio a las necesidades, capacidades y
circunstancias particulares de cada cual. Practicado de forma habitual,
el ejercicio físico tiene unos beneficios ampliamente estudiados y demostrados.
Los beneficios del ejercicio físico afectan a
prácticamente todos los sistemas del organismo, y son adecuados tanto
para prevenir como para tratar una serie de patologías, como
enfermedades cardiovasculares, diabetes y demás. Hagamos un breve repaso
a algunos de los beneficios más destacables.
- Mente sana en cuerpo sano: El ejercicio físico estimula y cuida tu mente. En personas mayores cada vez hay más estudios que respaldan la recomendación de practicar ejercicio de forma habitual como medida para reducir la progresión de pérdidas a nivel cognitivo. El ejercicio físico cuida tu cuerpo, pero también tu mente. Además, el ejercicio, la superación, el bienestar que provoca, se asocian a mayor fortaleza a nivel mental y a mayor motivación. El ejercicio es optimismo y superación.
- Músculos y huesos: El ejercicio físico estimula y cuida tu sistema musculoesquelético. El estímulo sobre el hueso lo hace más resistente, al estar más preparado a sufrir y defenderse de estímulos intensos. Enfermedades como la osteoporosis pueden ser prevenidas y tratadas con pautas adecuadas de ejercicio. Además, el ejercicio ayuda a tener músculos fuertes y flexibles, reduciendo la aparición de dolores, molestias y lesiones.
- A nivel respiratorio: En problemas como asma o alergia, el ejercicio ayuda a normalizar la capacidad respiratoria, reduciendo la sintomatología problemática. En enfermedades como la fibrosis quística, el ejercicio físico es un excelente aliado para reducir las visitas al hospital. En sujetos sanos, el ejercicio también ayuda a mantener una buena salud del sistema respiratorio.
- A nivel del aparato digestivo: El ejercicio físico también ayuda a normalizar la actividad intestinal, a controlar el apetito y, en general, a mantener un estado saludable a nivel orgánico.
- Te ayuda en tu trabajo: Tanto si tu trabajo es activo como sedentario, el ejercicio físico ayuda a afrontarlo con más capacidad, tanto física como mental, y reduce el número de bajas y su duración, lo cual beneficia al trabajador y a la empresa.
- Prevención y tratamiento: En enfermedades de tipo cardiovascular, diabetes, sobrepeso, artrosis, algunos tipos de cáncer… El ejercicio físico (correctamente adaptado, claro está) actúa como factor protector (a nivel preventivo) o como tratamiento que puede ayudar a disminuir la sintomatología.
- Te ayuda a descansar: El ejercicio diario, asociado a hábitos saludables y a una correcta alimentación, ayuda a que el cuerpo y la mente consigan una mejor relajación, lo cual garantiza un descanso reparador.
Cuando hablamos de ejercicio de forma habitual nos referimos a las recomendaciones generales de ejercicio, en torno a 150 minutos a lo largo de la semana, o bien, como ilustra en este vídeo tan explicativo, unos 30 minutos de ejercicio al día,
lo cual nos deja con 23 horas y media para dedicarnos a otras
actividades y no poner la excusa de la falta de tiempo. Y tu ¿Qué beneficio del ejercicio físico prefieres? ¡Anádelo a la lista!
Imagen | Tom Page
Fuente: vitonica.com
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