Desde los primeros meses de 2010 hasta enero de este año los precios
del vino de traslado han caído en picada y aunque en 2012 todavía
superaban los promedios histórico el descenso no se detuvo y en el
primer mes del año perforó la barrera de los 190 pesos por hectólitro.
En realidad, si uno sacara de la serie aquellos precios que duplicaban
los actuales, el actual no parece ser tan bajo. Sin embargo, si lo
relativiza a los pronósticos de una cosecha de uva un 20% menor que la
del año pasado la caída se advierte preocupante.
El vino de traslado sólo es demandado en nuestro país para ser embotellado y por lo tanto su precio depende directamente de lo que suceda en este mercado. Cuatro, podríamos decir, son las variables claves para entender su cotización: la demanda de vino embotellado, el precio de los insumos de fraccionamiento y despacho, la oferta de uva y la tasa de interés. Repasemos cada uno de ellos y podremos entender que quizás el piso actual sea sólo coyuntural y pueda ir más abajo aún.
Demanda de vino embotellado
El valor del vino embotellado, ya sea en Argentina o en el exterior si lo exportamos a granel, es el fundamento del precio del vino en el mercado de traslado que no tiene usos alternativos en la economía. Por ello, si la demanda crece o aumenta el precio internacional o hay un mejor tipo de cambio esta situación se trasmite en forma directa al vino de traslado, que luego termina trasmitiéndoselo a la uva. La demanda por vinos en nuestro país ha crecido en los últimos años pero lamentablemente de la mano de un crecimiento en las franjas medias y bajas de precio lo que no ha mejorado sustancialmente la facturación total de vino. En el mercado internacional los volúmenes de exportación se han reducido y aunque se ha compensado con mayores precios el retraso cambiario del 2013 no permitió que la facturación en pesos creciera. Por lo tanto, ni el mercado interno ni la exportación han permitido mejorar las cotizaciones del mercado de traslado. Hacia delante los pronósticos no son alentadores, todo indica que Argentina entrará en un período recesivo y en este contexto difícilmente las ventas de vino se expandan dado que se trata de un bien que no está en la base de la pirámide de las necesidades. Por otra parte, la mejora del tipo de cambio no permite hacer pensar que el fenómeno será permanente hasta tanto la inflación se mantenga y por lo tanto difícilmente se recupere la exportación de vinos argentinos. Todo indica entonces que por el lado de la demanda de vinos el precio de traslado no se puede recuperar en el corto plazo.
Oferta de otros insumos
Casi todos los insumos que utiliza la industria del vino tienen usos alternativos en otros sectores de la economía y por lo tanto el sector poco o nada puede hacer frente a incrementos de precios. Esto vale para insumos más específicos como para los generales como es, por ejemplo, el costo de transporte. A esto se suma que la mejora temporal del tipo de cambio impacta directamente en insumos importados. Por lo tanto, todo lo que aumenten estos costos impacta en forma negativa en el precio de la materia prima (vino de traslado). El pronóstico no es alentador en el costo de los insumos que van a seguir muy de cerca la inflación, más allá de las gestiones oficiales, y que como no pueden ser trasladados al precio del vino terminado seguramente se reflejarán en una menor demanda de materia prima.
Oferta de uva
Los pronósticos indican que la oferta de uva este año se contraerá alrededor del 20% en relación al año pasado. Si esto fuera así, algo que los compradores y vendedores de vino ya descuentan, habrá un factor que empujará hacia arriba el precio de la uva y del vino de traslado. Sin embargo, a pesar de esa merma los compradores y vendedores de vino de traslado siguen pagando cotizaciones bajas aún con operativos de compra anunciados por el Gobierno de Mendoza. Lo que esto señala entonces es que la expectativa del mercado de vino a consumidor final es muy mala pues con un 20% de caída los precios siguen cayendo.
La tasa de interés
El mercado de vinos de traslado es típicamente un mercado de stocks, se retienen cuando se espera ganar por subas de precios superiores a la tasa de interés o se venden cuando lo que se espera es lo contrario. Lo mismo que hoy pasa con los exportadores de soja que retienen sus stocks esperando nuevas devaluaciones. En el caso del vino, lo que hoy se espera es que caiga de precio a lo que se suma el crecimiento de la tasa de interés que transforma en carísima la espera. El problema es que los compradores tampoco están dispuestos a aumentar los stocks porque sus pronósticos de venta no son buenos y esperan que el precio baje. En este contexto, la actual situación macroeconómica empuja hacia abajo el precio del vino de traslado.
El vino de traslado sólo es demandado en nuestro país para ser embotellado y por lo tanto su precio depende directamente de lo que suceda en este mercado. Cuatro, podríamos decir, son las variables claves para entender su cotización: la demanda de vino embotellado, el precio de los insumos de fraccionamiento y despacho, la oferta de uva y la tasa de interés. Repasemos cada uno de ellos y podremos entender que quizás el piso actual sea sólo coyuntural y pueda ir más abajo aún.
Demanda de vino embotellado
El valor del vino embotellado, ya sea en Argentina o en el exterior si lo exportamos a granel, es el fundamento del precio del vino en el mercado de traslado que no tiene usos alternativos en la economía. Por ello, si la demanda crece o aumenta el precio internacional o hay un mejor tipo de cambio esta situación se trasmite en forma directa al vino de traslado, que luego termina trasmitiéndoselo a la uva. La demanda por vinos en nuestro país ha crecido en los últimos años pero lamentablemente de la mano de un crecimiento en las franjas medias y bajas de precio lo que no ha mejorado sustancialmente la facturación total de vino. En el mercado internacional los volúmenes de exportación se han reducido y aunque se ha compensado con mayores precios el retraso cambiario del 2013 no permitió que la facturación en pesos creciera. Por lo tanto, ni el mercado interno ni la exportación han permitido mejorar las cotizaciones del mercado de traslado. Hacia delante los pronósticos no son alentadores, todo indica que Argentina entrará en un período recesivo y en este contexto difícilmente las ventas de vino se expandan dado que se trata de un bien que no está en la base de la pirámide de las necesidades. Por otra parte, la mejora del tipo de cambio no permite hacer pensar que el fenómeno será permanente hasta tanto la inflación se mantenga y por lo tanto difícilmente se recupere la exportación de vinos argentinos. Todo indica entonces que por el lado de la demanda de vinos el precio de traslado no se puede recuperar en el corto plazo.
Oferta de otros insumos
Casi todos los insumos que utiliza la industria del vino tienen usos alternativos en otros sectores de la economía y por lo tanto el sector poco o nada puede hacer frente a incrementos de precios. Esto vale para insumos más específicos como para los generales como es, por ejemplo, el costo de transporte. A esto se suma que la mejora temporal del tipo de cambio impacta directamente en insumos importados. Por lo tanto, todo lo que aumenten estos costos impacta en forma negativa en el precio de la materia prima (vino de traslado). El pronóstico no es alentador en el costo de los insumos que van a seguir muy de cerca la inflación, más allá de las gestiones oficiales, y que como no pueden ser trasladados al precio del vino terminado seguramente se reflejarán en una menor demanda de materia prima.
Oferta de uva
Los pronósticos indican que la oferta de uva este año se contraerá alrededor del 20% en relación al año pasado. Si esto fuera así, algo que los compradores y vendedores de vino ya descuentan, habrá un factor que empujará hacia arriba el precio de la uva y del vino de traslado. Sin embargo, a pesar de esa merma los compradores y vendedores de vino de traslado siguen pagando cotizaciones bajas aún con operativos de compra anunciados por el Gobierno de Mendoza. Lo que esto señala entonces es que la expectativa del mercado de vino a consumidor final es muy mala pues con un 20% de caída los precios siguen cayendo.
La tasa de interés
El mercado de vinos de traslado es típicamente un mercado de stocks, se retienen cuando se espera ganar por subas de precios superiores a la tasa de interés o se venden cuando lo que se espera es lo contrario. Lo mismo que hoy pasa con los exportadores de soja que retienen sus stocks esperando nuevas devaluaciones. En el caso del vino, lo que hoy se espera es que caiga de precio a lo que se suma el crecimiento de la tasa de interés que transforma en carísima la espera. El problema es que los compradores tampoco están dispuestos a aumentar los stocks porque sus pronósticos de venta no son buenos y esperan que el precio baje. En este contexto, la actual situación macroeconómica empuja hacia abajo el precio del vino de traslado.
En resumen, el precio del vino de
traslado está en un mínimo histórico y al observar las variables que lo
influyen es poco probable que este mínimo sea un piso.
Fuente: Area del Vino
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