Asaltar la heladera cuando nos sentimos estresados, nerviosos o
preocupados es una práctica bastante común. Pero si estos atracones son
frecuentes y perdemos el control sobre la comida, podemos tener un
problema.
Comer compulsivamente es uno de los trastornos alimentarios
más comunes en la actualidad. Los profesionales de la salud aseguran
que este desorden de la conducta alimentaria se caracteriza por
episodios recurrentes de voracidad (atracones) con sensación de falta de
control sobre la comida. En los atracones, los pacientes comen
vorazmente, casi sin masticar, sin apetito y en soledad, hasta sentirse
inconfortablemente llenos. Luego, experimentan culpa y frustración. Se
trata de un círculo vicioso, y doloroso, que, sin embargo, no es
imposible de romper.
Las personas que sufren de esta compulsión
sienten un gran nivel de angustia. Cuando se dispara esta sensación, se
"atracan" de manera destructiva. En general, tratan de superar la depresión o el malestar que
sienten ante diversas situaciones cotidianas, a través de la
incorporación de alimentos. Es un mecanismo por el cual intentan llenar
el vacío que sienten. Las situaciones angustiantes o estresantes no son
solo la causa de esta conducta. Hacer dietas restrictivas también puede
provocar atracones o situaciones de ingesta compulsiva.
Cuanto mayor es la restricción alimentaria, mayor es la probabilidad de descontrol y desorden con la comida.
Las consecuencias de este tipo de comportamiento son, a nivel físico,
el sobrepeso y la obesidad (y los efectos negativos que ambas tienen en
la salud). Además, a nivel psíquico, se producen alteraciones, como un
sentimiento de culpa muy profundo y complejos sobre la apariencia.
Identificar lo que nos pasa, aceptarlo, tomar conciencia de su gravedad y
pedir ayuda son pasos fundamentales para empezar a solucionar este
problema. Es importante que intentemos llevar una dieta saludable, que
conozcamos el valor nutricional de los alimentos y que hagamos ejercicio
en forma regular. Además, como éste es un trastorno psicológico, es
necesario buscar la ayuda de un profesional que nos brinde las
herramientas más efectivas para enfrentar las distintas situaciones de
nuestra vida sin buscar refugio en la comida.
"Comer compulsivamente es un trastorno relacionado con la depresión,
la ansiedad, los miedos y las fobias, y lleva a otros problemas de
salud. Los comedores compulsivos usan la comida como una manera de
enfrentar el estrés, los conflictos emocionales y los problemas
cotidianos, anestesiando emociones y sentimientos. De alguna manera,
este trastorno representa una adicción. Son víctimas del "efecto yo-yo":
bajar y subir de peso constantemente. Reconocer que es un trastorno
psicológico lleva a la búsqueda de ayuda profesional que brinde las
herramientas para enfrentar las situaciones de la vida sin buscar
refugio en la comida", dice la doctora Graciela de Luján García, médica
especialista en psiquiatría, pediatría y endocrinología, Hospital
General de Agudos Carlos Durand.
Claves para recuperar el control
Aprender
a identificar los momentos en los que comemos compulsivamente es el
primer paso. Te damos algunos consejos para que tengas en cuenta, cuando
sientas la urgencia de comer todo lo que tengas delante.
* Parar a tiempo: si
sentís el impulso de comer, esperá unos segundos y analizá si es
apetito. Es posible que al detenerte y pensar en el origen de la
sensación, puedas detener el atracón o minimizarlo.
* Comer a conciencia: comé lentamente. Masticá cada bocado y prestá atención a lo que comés: textura, sabor, olor.
* Cuestionarte:
reflexioná acerca de si estás comiendo como consuelo o premio. ¿Por qué
tenés ganas de comer ahora?, ¿Qué tipo de placer te da la comida que
otras actividades no te dan? Si relacionás las emociones que vivís
durante el atracón, podrás encontrar otras formas de expresar tus
sentimientos.
Fuente: Plan Verano, coleccionable de Clarín, una guía para bajar de peso de forma saludable.
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