De la mano de los crecientes problemas de costos que arrastra la
vitivinicultura argentina, que debe lidiar además con la creciente
presión del atraso cambiario, el vino argentino cerró un 2012 muy
complejo en un mercado clave como lo es Estados Unidos.
En este sentido, desde la prestigiosa publicación Decanter alertaron que "las importaciones de vino embotellado procedente de la Argentina se redujeron en 2012, tras once años de crecimiento constante".
Sin embargo, Argentina no es el único país que está perdiendo terreno
en este destino estratégico: Chile se encuentra embarcado en una fase
de declive continuo desde mediados de 2011, mientras que las ventas de
Australia "cayeron al nivel más bajo en una década", según consigna un
informe de la consultora Gomberg, Fredrikson & Associates que fuera
replicado por Decanter.
Como contrapartida, quien sí está sacando mayor rédito en un mercado estratégico como lo es el estadounidense es el vino francés,
que regresó a la mesa de los estadounidenses con un alza en los niveles
de importación de casi 5% luego de alcanzar el peor nivel en una década
en el año 2011.
Paralelamente, también 2012 también fue un período positivo para los vinos españoles,
que alcanzaron una participación récord, lo que demuestra que entre los
consumidores del país del Norte hay una creciente preferencia por
ejemplares del Viejo Mundo, en tanto que los del Nuevo Mundo no paran de
perder terreno.
En este contexto, desde Decanter destacaron un aspecto preocupante: cerca de un 45% de las exportaciones de países productores del Nuevo Mundo, entre los que se encuentra la Argentina, correspondieron a vino a granel, es decir, con menor valor agregado que el embotellado.
"La disminución de las importaciones de botella y el aumento de las
importaciones a granel de países como Argentina, Chile y Australia
sugiere que los estadounidenses son cada vez más fieles a la marca y menos preocupados con la fuente de origen",
destacó la publicación, algo que genera preocupación entre los
bodegueros locales, ya que en los últimos años hay un consenso de que la
Argentina debe comenzar a comunicar sus diferentes terroirs y así, por
ejemplo, comenzar a distinguir los distintos estilos de Malbec, de modo
de continuar potenciando esta cepa.
Mariano Di Paola, enólogo de Bodega La Rural, dueña de la prestigiosa
marca Rutini, aseguró recientemente a la consultora Area del Vino que
"la mano de obra es uno de los factores que más nos afecta y representa el 25% del costo de un vino. Esto viene acompañado de todos los otros costos, como los insumos y los servicios. Si seguimos con alta inflación, en algunos vinos pasaremos a trabajar a pérdida".
En este contexto aseguró que "el granel es un negocio que sale solo y sabemos que no es para hacer marca ni historia, sino simplemente para aprovechar la oportunidad, sobre todo en un momento en el que el vino embotellado corre mucho riesgo".
Fuente: iprofesional.com
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