El vino en la cocina tiene tres requisitos: uno, nunca se debe cocinar
con un vino que no nos tomaríamos; dos, siempre hay que cocerlo un rato
largo para que el alcohol se evapore y no nos queden platos etílicos;
tres, hay que valorar bien la acidez del vino –especialmente en los
blancos- porque puede transferirla al plato, y en materia de tintos,
conviene nunca usar vinos muy tánicos o maderosos, a menos que se
empleen en recetas de un abundante tenor graso. ¿Cómo usarlo? Anote
alguna de estas recetas sencillas.
Pastas al brócoli con Chardonnay: esta es una de las
recetas más sencillas que se pueden hacer en casa empleando una copa de
vino blanco (el mismo que acompañará la comida). Hacer al vapor una
planta de brócoli. Mientras, cortar un diente de ajo en láminas y
saltarlo en aceite de oliva a fuego muy suave. Luego se agregan una taza
de crema de leche, el vino blanco y se deja reducir a la mitad,
ajustando la sal. Al cabo, se le suman el brócoli torceado. Es perfecta
con orechiettes o mostacholes, con un hilo de oliva final, pimienta y
nuez moscada.
Pechugas de pollo con hongos al vino Sauvignon Blanc.
El truco está en hidratar los hongos en el vino blanco. Luego se sellan
las pechugas a la sartén con aceite de oliva y se reservan. Se hace un
fondito de cebolla blanca saltada el mismo aceite y se desglasa con
media taza de vino blanco. Al cabo se se ponen los hongos y las pechugas
y se ajusta la sal. Puede sumar un toque de distinción con una o dos
cucharadas de queso crema. Cocer 10 minutos más y retirar. Servirlo con
papas con oliva y romero.
Bacalao al Chardonnay es una receta facilísima,
aunque el Bacalao no figure entre los pescados más frecuentes y baratos.
Se cortan en rodajas dos dientes de ajo y se los salta a fuego suave en
aceite de oliva. Se les añade luego una cebolla en cortada en juliana,
con sal a gusto y se deja rehogar. Sumar cuatro lomos de bacalao (con la
piel para arriba) y cocerlos con una taza de vino blanco a razón de
tres minutos por lado. Se retira el pescado y se deja que la salsa
reduzca a la mitad. Se emplata y se sirve con un arroz blanco o basmati
(si se consigue).
Colita de cuadril al chimichurri con Malbec, resulta
un plato ideal para hacer en casa cuando se reciben visitas;
básicamente porque no falla. El secreto está en que el vino no debe
tener madera. Se compra una colita de más de un kilo ya mechada y se la
rellena con un chimichurri clásico –incluso el comprado va muy bien-,
también se lo adoba por fuera y se lo deja reposar unas dos horas. Se
pone la carne en una asadera profunda, se agregan dos tazas de vino y se
la tapa con papel aluminio. Cocer 40 minutos a fuego fuerte y ya. Ideal
acompañar con una ensalada de hojas verdes y un puré de papa con
abundante manteca.
Lomo en reducción de Malbec. Lomo o cualquier corte
que a uno le guste, pero que pueda salir jugoso del horno o la parrilla.
Y en cuanto al Malbec, otra vez no debe tener crianza. La reducción es
sencilla y se prepara con taza y media de Malbec en una sartén a fuego
lento. Hay que ir revolviendo hasta que empieza a espesar. Eso sucede
cuando se acerca a la mitad de su volumen. Ahí se le agregan tres
cucharadas de azúcar –o tres de dulce de frutilla, es un plus de sabor- y
se espesa un poco más hasta que forma burbujas más grandes y parejas.
También se puede saborizar con un poquito de clavo de olor o laurel,
llegado el caso. Luego salsear la carne con la reducción y servirla. Una
ensalada de rúcula, parmesano y portobellos con aceto remata la
propuesta con un toque gourmet.
Solomillo de cerdo con cebollas al Cabernet Sauvignon.
Poner dos cebollas cortadas en juliana, con una taza de vino tinto y
dos cucharadita de vinagre; cocer a fuego lento hasta que se evapore el
líquido y reservar. Después, cortar dos solomillos de cerdo (en rodajas
de unos 2cm de ancho), frotarlos con abundante pimienta y saltarlos en
aceite de oliva no más de un minuto por lado. Sazonarlos y terminar de
cocinar medio minuto más; retirar. En el aceite que quedó en la sartén,
rehogar apenas la cebolla y distribuirla sobre los cortes de carne a
modo de salsa. Acompañar con puré de manzanas.
Peras al vino tinto es el postre perfecto para los
que nunca se terminan la botella. Con el resto de una o dos (conviene
guardarlas tapadas y en la heladera) se ponen a hervir a fuego lento 2 o
3 peras cortadas a la mitad con una rama de canela y una taza de
azúcar. Cocer hasta que las peras queden relativamente blandas; retirar y
refrigerar. El combo se completa con una cucharada de crema chantilly o
unos merengues troceados a la hora de servirlas.
Fuente: planetajoy.com
Esta nota fue publicada en La Mañana de Neuquén el domingo 15 de abril.
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