Su combinación con verduras y legumbres realza su sabor, y acrecienta sus propiedades. Como todo arroz integral posee el grano completo, siendo el yamaní el menos refinado de todos los arroces integrales, conservando más íntegramente la cascarita de salvado lo que aporta gran cantidad de fibras muy útil para el tracto digestivo y la prevención del cáncer de colon.
Muy apreciado en Asia, ha trascendido las fronteras y sus bondades ya pueden ser disfrutadas en todo el mundo. Se lo puede adquirir en cualquier tienda de productos dietéticos o naturistas.
El arroz integral es de fácil digestión, aporta energía pues posee almidón e hidratos de carbono y gran cantidad de vitamina B. Contiene además muchas proteínas, magnesio, hierro, calcio, potasio y sodio.
Combate la hipertensión arterial y desintoxica el organismo por su contenido en ácido fitico, con alto contenido de fósforo, que si bien es cuestionado pues dificulta la absorción del hierro, el calcio y demás minerales, al unirse a ellos; actúa como antioxidante e impide la formación de cálculos renales.
Es recomendado para personas diabéticas, con problemas renales y circulatorios. Puede incorporarse a la dieta de personas celíacas pues no contiene gluten.
En casos de diarrrea se recomienda consumir el agua que queda luego de hervir el arroz.
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