Según la encuesta, mientras que el 69% de los italianos mayores de 65 años de edad beben vino todos los días, sólo el 13% de la población entre 16 y 35 años tienen ese hábito.
"Las familias italianas se han vuelto más fragmentadas en los últimos 10 años. La gente no tiene más el hábito de comer juntos y el vino ya no es una forma de alimentos. Además, el vino ya no tiene entre los jóvenes la percepción de un nutriente", dijo Giovanni Brunetti, de Unicabo.
Otra conclusión importante que llegó con la investigación es que el 30% de los italianos no considera al vino un símbolo de la cocina del país, lo que explica en parte la caída del consumo. Por otra parte, el precio de las botellas también ha surgido como un problema, ya que el 48% de la población italiana sólo está dispuesta a gastar menos de 3 euros por botella diaria.
La situación se complica aún más cuando se revisa la situación económica actual en el país. Italia tiene actualmente la mayor tasa de desempleo entre los jóvenes de toda Europa, que también disuade a los consumidores en el mundo del vino.
Fuente: Diario del Vino
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