La anterior fue una semana de reflexión porque la Corporación Vitivinícola Argentina desarrolló una jornada de trabajo, en Tupungato, para discutir las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas para la vitivinicultura local y un día después se inició el foro del Grupo Mundial de Comercio del Vino, para abordar un temario que comprendió normas de etiquetado, huellas de carbono y residuos de pesticidas.
En Tupungato se analizó cómo adaptar la estructura productiva a los nuevos cambios que afectan tanto al mercado externo como al interno. "Tenemos que acelerar esos cambios porque las señales son claras", dijo uno de los asistentes, agregando que "todavía se mantiene la brecha entre los viñedos y lo que quiere el mercado. Pero el problema crítico que tenemos es cómo respondemos en la elaboración a los estándares de calidad que está queriendo el consumidor".
A modo de ejemplo, se indicó que existe una cantidad de varietales que no coincide con los que se certifican, por lo que muchas uvas de calidad van destinadas a otros productos, que pueden ser genéricos. Destacó la fuente que el tema es alcanzar el objetivo que se fijó el PEVI, que es producir distintos vinos con una relación calidad-precio que respondan a las necesidades del consumidor y hoy la Argentina tiene, en el sector elaborador, parte de un modelo ya obsoleto.
Así entonces, las estadísticas demuestran que hay una concentración mayor en el mercado de traslado que en el sector fraccionador. En ese esquema se da una paradoja: el mercado va cambiando, las acciones de comunicación tratan de seguir al mercado, pero la producción de vinos no va por el mismo camino.
Para algunos, es hora de establecer cómo se elaboran los varietales en muchas bodegas trasladistas, con escasa inversión tecnológica y establecer si en el resultado final, esos vinos están de acuerdo con lo que requiere el mercado.
Al realizar un balance de la situación, se indica que en el horizonte aparecen más oportunidades que amenazas. El principal objetivo es adaptar la estructura productiva a los nuevos cambios, tanto en el mercado interno como en el externo. De todos modos, como un factor limitante, es que mucha de la producción que surge de la reconversión de los viñedos no alcanza el valor de calidad en la elaboración. "Tenemos que producir distintos vinos, que respondan a las necesidades del consumidor y hoy la Argentina tiene en el sector elaborador parte de un modelo que no se adapta a la realidad", insistieron.
Dos proyectos en la Legislatura
Dos proyectos, que tienen directa relación con la actividad, fueron presentados la semana que pasó en la Legislatura. El primero de ellos, del titular de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús (PJ) y el restante, de los senadores Sergio Moralejo (UCR) y Carlos Aguinaga (PD).
El proyecto de Tanús impulsa que Mendoza adhiera plenamente al régimen nacional por el que se aprobó el Plan Estratégico Vitivinícola y compromete, a ese efecto, un aporte proporcional al que se recauda en el sector privado en el ámbito de la ley nacional.
Ese aporte -dice- deberá realizarse a favor de la Coviar, para que ésta lo destine a cofinanciar las acciones, proyectos y programas correspondientes a los objetivos estratégicos comprendidos en el PEVI. Para el legislador, esa decisión significará una "fuerte señal de liderazgo" en la vitivinicultura, asegurando en ese esquema que "somos la provincia con mayor producción, con mayor calidad de productos y con una fuerte inserción en los mercados nacional e internacional. Por lo tanto, tenemos la obligación de liderar la industria", dijo.
Según el proyecto, el aporte anual de la provincia a la Coviar se compondrá: en el ejercicio 2011, equivalente al 20 por ciento de la recaudación efectiva de las contribuciones obligatorias impuestas por el artículo 10 de la ley nacional 25.849, correspondientes a los establecimientos obligados a aportar y que se encuentren radicados en el ámbito provincial. En el ejercicio 2012 será equivalente al 25% de la recaudación y en 2013, al 30 por ciento.
Por su parte, el proyecto de los senadores Moralejo y Aguinaga contempla la creación de una secretaría deEstado que se aboque estrictamente a la actividad vitivinícola, la que llevará el nombre de Agencia de Asistencia, Promoción y Desarrollo a la Vitivinicultura, la que estará a cargo de un secretario que integrará el Gabinete y que será designado por el Gobernador.
Será la autoridad de aplicación de todos los planes, programas y políticas puestas en ejecución, dictando la reglamentación que considere conveniente a fin de alcanzar los objetivos determinados en la ley. Contará también con un consejo consultivo integrado por representantes del Ejecutivo, del Legislativo y del sector privado.
"La vitivinicultura representa el 8% del PBG de Mendoza y otros países también vitivinícolas cuentan con secretarías específicas destinadas a la promoción y divulgación de información del sector. Es lógico, entonces, que Mendoza cuente con un organismo similar", dicen los legisladores.
Fuente: losandes.com.ar
En Tupungato se analizó cómo adaptar la estructura productiva a los nuevos cambios que afectan tanto al mercado externo como al interno. "Tenemos que acelerar esos cambios porque las señales son claras", dijo uno de los asistentes, agregando que "todavía se mantiene la brecha entre los viñedos y lo que quiere el mercado. Pero el problema crítico que tenemos es cómo respondemos en la elaboración a los estándares de calidad que está queriendo el consumidor".
A modo de ejemplo, se indicó que existe una cantidad de varietales que no coincide con los que se certifican, por lo que muchas uvas de calidad van destinadas a otros productos, que pueden ser genéricos. Destacó la fuente que el tema es alcanzar el objetivo que se fijó el PEVI, que es producir distintos vinos con una relación calidad-precio que respondan a las necesidades del consumidor y hoy la Argentina tiene, en el sector elaborador, parte de un modelo ya obsoleto.
Así entonces, las estadísticas demuestran que hay una concentración mayor en el mercado de traslado que en el sector fraccionador. En ese esquema se da una paradoja: el mercado va cambiando, las acciones de comunicación tratan de seguir al mercado, pero la producción de vinos no va por el mismo camino.
Para algunos, es hora de establecer cómo se elaboran los varietales en muchas bodegas trasladistas, con escasa inversión tecnológica y establecer si en el resultado final, esos vinos están de acuerdo con lo que requiere el mercado.
Al realizar un balance de la situación, se indica que en el horizonte aparecen más oportunidades que amenazas. El principal objetivo es adaptar la estructura productiva a los nuevos cambios, tanto en el mercado interno como en el externo. De todos modos, como un factor limitante, es que mucha de la producción que surge de la reconversión de los viñedos no alcanza el valor de calidad en la elaboración. "Tenemos que producir distintos vinos, que respondan a las necesidades del consumidor y hoy la Argentina tiene en el sector elaborador parte de un modelo que no se adapta a la realidad", insistieron.
Dos proyectos en la Legislatura
Dos proyectos, que tienen directa relación con la actividad, fueron presentados la semana que pasó en la Legislatura. El primero de ellos, del titular de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús (PJ) y el restante, de los senadores Sergio Moralejo (UCR) y Carlos Aguinaga (PD).
El proyecto de Tanús impulsa que Mendoza adhiera plenamente al régimen nacional por el que se aprobó el Plan Estratégico Vitivinícola y compromete, a ese efecto, un aporte proporcional al que se recauda en el sector privado en el ámbito de la ley nacional.
Ese aporte -dice- deberá realizarse a favor de la Coviar, para que ésta lo destine a cofinanciar las acciones, proyectos y programas correspondientes a los objetivos estratégicos comprendidos en el PEVI. Para el legislador, esa decisión significará una "fuerte señal de liderazgo" en la vitivinicultura, asegurando en ese esquema que "somos la provincia con mayor producción, con mayor calidad de productos y con una fuerte inserción en los mercados nacional e internacional. Por lo tanto, tenemos la obligación de liderar la industria", dijo.
Según el proyecto, el aporte anual de la provincia a la Coviar se compondrá: en el ejercicio 2011, equivalente al 20 por ciento de la recaudación efectiva de las contribuciones obligatorias impuestas por el artículo 10 de la ley nacional 25.849, correspondientes a los establecimientos obligados a aportar y que se encuentren radicados en el ámbito provincial. En el ejercicio 2012 será equivalente al 25% de la recaudación y en 2013, al 30 por ciento.
Por su parte, el proyecto de los senadores Moralejo y Aguinaga contempla la creación de una secretaría deEstado que se aboque estrictamente a la actividad vitivinícola, la que llevará el nombre de Agencia de Asistencia, Promoción y Desarrollo a la Vitivinicultura, la que estará a cargo de un secretario que integrará el Gabinete y que será designado por el Gobernador.
Será la autoridad de aplicación de todos los planes, programas y políticas puestas en ejecución, dictando la reglamentación que considere conveniente a fin de alcanzar los objetivos determinados en la ley. Contará también con un consejo consultivo integrado por representantes del Ejecutivo, del Legislativo y del sector privado.
"La vitivinicultura representa el 8% del PBG de Mendoza y otros países también vitivinícolas cuentan con secretarías específicas destinadas a la promoción y divulgación de información del sector. Es lógico, entonces, que Mendoza cuente con un organismo similar", dicen los legisladores.
Fuente: losandes.com.ar
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