Jeffery Schwimmer, de la Universidad de California, es el autor principal de este ensayo que ha visto la luz en el último 'Pediatrics' y que suma evidencias científicas a la relación entre el adenovirus-36 (AD-36) y el sobrepeso.
Aunque "la etiología de la obesidad se ha considerado siempre como multifactorial, el concepto de su origen vírico ha sido relativamente poco estudiado en comparación con las causas genéticas o de comportamiento. Los ensayos realizados apoyan que de los 55 serotipos distintos de adenovirus, el AD-36 podría ser una posible causa de la obesidad en humanos. Se ha constatado que este virus incrementa la grasa corporal en varios modelos animales. Este efecto adipogénico es un estímulo para seguir la investigación en personas", señalan los autores.
Añaden, de hecho, que dos "estudios comparativos han relacionado el AD-36 en adultos y otro más reciente, llevado a cabo con 255 niños coreanos obesos y 59 que no lo eran, también lo ha constatado. En él se evidencia que la presencia de anticuerpos AD-36 era el doble en los pequeños a los que les sobraban kilos en comparación con los que tenían un peso normal", agregan.
La investigación se ha realizado con 124 menores, con una media de edad de 14 años. De todos ellos, el 46% tenía un peso normal y el 54% era obseso. Durante el ensayo se detectaron anticuerpos neutralizantes específicos para AD-36 en el 15%. La mayoría de los niños (78%) AD-36 positivos padecía sobrepeso. Además, se confirma que en los menores con más talla fue más frecuente encontrar dichos anticuerpos (en 15 de 67) que en los adolescentes de peso normal (4 de 57).
A estos hallazgos se suma el hecho de que, como media, los participantes AD-36 positivos tenían 16 kilos más de peso que los que dieron negativo. "No sólo hemos encontrado que los que dan positivo para esta cepa concreta de adenovirus tienen más posibilidades de ser obesos, si no que, además, contar con estos anticuerpos se relaciona con una obesidad más severa".
Teorías
"Aunque si bien la verdadera causalidad puede explicar los hallazgos de nuestro estudio, existen algunas teorías alternativas a la hora explicar por qué los anticuerpos AD-36 fueron más prevalentes en los niños obesos. Una posibilidad es que, a causa de la disfunción inmunológica asociada a la patología, los de más peso sean más vulnerables a la infección por AD-36 y, por lo tanto, tengan más posibilidades de manifestar anticuerpos", se comenta en el ensayo.
Otra posibilidad "es que exista una mayor predisposición en estos menores a la persistencia de los anticuerpos tras la infección", determinan los investigadores.
Recuerdan que los adolescentes con sobrepeso sufren "una estigmatización grave, lo que contribuye a sentir rechazo social, sentimientos de rechazo y baja autoestima. La negatividad existente hacia su condición puede condenar al ostracismo a los niños obesos y a sus familias".
La posibilidad de que el exceso de peso en algunos menores pueda deberse a una infección viral "podría alterar el debate público y las percepciones sobre la obesidad infantil. Otro factor importante a considerar es si los niños con más kilos y que son AD-36 positivos responden de forma diferente a los que también tienen sobrepeso pero no anticuerpos. Si se confirma una verdadera causa efecto entre el adenovirus y el aumento de peso en los humanos, este hecho tendrá enormes implicaciones para la prevención y el tratamiento de la obesidad infantil", añaden.
Para Cristina Azcona, del departamento de Pediatría de la Clínica Universitaria de Navarra: "No hay que pensar que por este artículo ahora hay que descubrir la vacuna frente al AD-36 y todo se arregla. Si el organismo predispuesto a la obesidad sufre una agresión externa y su medio interno se desequilibra, hay que poner los medios para volverlo a equilibrar y hasta ahora los más eficaces son una alimentación sana y equilibrada y actividad física que entretenga y relaje".
Fuente: elmundo.es
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