En la última década, el consumo de vinos en Argentina ha caído a una tasa promedio anual del 1,3% y en el último año se acentuó a un 3,3% de caída; datos que están en línea con lo sucedido en países vitivinícolas de alto consumo. Sin embargo, tal cual se ha dicho muchas veces, no todos los vinos se han comportado igual. Para el vino embotellado la tendencia es muy positiva. En los últimos años creció a razón del 6,1% anual y mostró una caída del 1,1% en el último año. La tendencia es exactamente opuesta al envasado en tetra, con caídas del 5,4% anual y del 5,1% en el último año. Es así que de cada 100 litros que se consumían en 2002, unos 30 litros se vendían en botella; en 2009 esta relación había subido a 50 litros.
Ya tenemos aquí una tendencia estructural muy clara que nos permite decir que el consumo global cae pero aumenta sensiblemente el vino de más calidad en las preferencias de los consumidores. Cuando comparamos lo que ha sucedido con otras bebidas en el mismo período advertimos que la cerveza, el gran competidor de los vinos de más bajo precio, ha crecido a una tasa del 6,1% anual y en el último año creció el 5,6%. Por lo tanto, podemos decir que el crecimiento de los vinos de más alto precio ha sido en parte a expensas de los más bajos pero esencialmente debido a otras causas. En economía normalmente esa causa es el ingreso de las personas, muy ligado a la performance general de la economía.
Si tomamos el estimador de actividad económica mensual (EMAE) y lo relacionamos con el consumo de vino embotellado (ver gráfico) encontramos una relación directa entre ambos, lo cual demuestra que lo que ha empujado el consumo de vinos de precio medio y medio alto es una mejora en los ingresos. El crecimiento del EMAE ha sido del 7,4% anual promedio, similar al 6,1% del vino embotellado, lo cual demuestra su relación.
En síntesis, hubo crecimiento de vino embotellado y caída de vino en tetra. Además, el vino embotellado creció de la mano del ingreso y la cerveza creció también a la misma tasa, lo cual demuestra que aquí no hubo sustitución.
Por ello, no se debe generalizar diciendo que el vino pierde espacio frente a la cerveza, lo correcto es decir que el vino de bajo precio es desplazado por el consumo de cerveza y que el vino embotellado crece si mejora la situación económica.
La pregunta entonces es ¿qué podemos hacer para que los vinos argentinos que caen se sumen a las tendencias de los que más crecen?
Fuente: Area del Vino
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