Además, también están muy preocupados por los dólares. Tanta adiposidad entre los ciudadanos -y las consecuencias que esto trae para la salud- van a provocar catástrofes financieras peores que las que ha causado Wall Street con los bonos basura.
Además de una inactividad rampante, la causa de este drama la tiene el cómo se alimentan por esas latitudes. Consumen raciones enormes, cargadas de grasas muy poco saludables y en las que poco abundan las frutas y verduras. Las autoridades sanitarias en Nueva York, con su alcalde a la cabeza, tratan de legislar en un intento de reconducir la mala dieta que en muchas ocasiones hacen los neoyorquinos. Prohiben las grasas trans, obligan a los restaurantes a poner en la carta la cantidad de calorías que tiene cada plato y quieren gravar con más impuestos las bebidas que contengan azúcar.
Pero si en algo se han puesto agresivos ha sido en la publicidad y los mensajes que hacen llegar al público. Hay un spot -por demás colgado en youtube- muy fuerte. Lo patrocina el departamento de salud de la gran manzana y afirma en él que las bebidas azucaradas se convierten en grasa y pueden añadir cinco kilos al año a aquéllos que las consuman con frecuencia.
Ha tenido en la red más de 700.000 visitas y ha creado polémica incluso en los científicos. Muchos consideran que no existe evidencia que permita afirmar que las sodas, como ellos llaman a estas bebidas, sean las responsables de cinco kilos de más de año añadidos al peso.
En cualquier caso, lo que si hay evidencia es que el país tiene un problema de enorme magnitud y que algunos de sus dirigentes van a hacer lo que sea por que el asunto no se les escape de las manos. Que ya lo está haciendo.
Fuente: elmundo.es
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