Cheesecake, la torta de los Juegos Olímpicos.
Si bien el origen exacto del hoy famoso cheesecake es desconocido, se supone que su nacimiento tuvo lugar en Grecia hace varios cientos de años.
Pero, de lo que sí se tiene certeza es de que formó parte del menú que degustaron los atletas que participaron en los primeros Juegos Olímpicos de la historia, que tuvieron lugar en el año 776 antes de Cristo.
La exquisita torta se difundió a través de Europa después de que los romanos conquistaron Grecia. Mientras el Imperio avanzaba sobre los distintos países, los colonizadores iban descubriendo que la elaboración de queso era algo común a todos los pueblos, e incorporaban nuevas técnicas culinarias que aplicaban para recrear el cheesecake enriqueciéndolo con diferentes combinaciones. Integrado definitivamente al patrimonio gastronómico europeo, este postre cruzó el Atlántico con el flujo de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
En 1872 un quesero norteamericano al intentar copiar el Neufchâtel, un queso de origen francés, terminó creando un queso cremoso que con el tiempo daría lugar al nacimiento del famoso Philadelphia, indiscutido ingrediente del american cheesecake.
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