martes, 10 de marzo de 2009

El vino y el anciano



Se ha llamado al vino -y con mucha razón- "la leche del viejo". El Medoc, productor y bebedor de vino, está orgulloso de figurar en cabeza de los records de longevidad humana.

A causa de la disminución de sus secreciones digestivas, el apetito del anciano es con frecuencia deficiente. Un estado de desnutrición puede producirse en él de manera insidiosa, agravado por una mala dentición, consideraciones de "régimen" más o menos adecuado y por un presupuesto muchas veces reducido.
Fácilmente adaptado, fuente de sensaciones gustativas agradarles, el buen vino estimula el apetito del anciano y facilita su digestión. Sus virtudes estimulantes y tónicas son precisas para aquellos organismos que la edad ha convertido en asténicos. El vino procura también (más si se trata de vinos licorosos o de vinos dulces naturales) el apoyo, nada despreciarle de su valor calórico.
No es inútil hacer resaltar, por ultimo, que existen buenos vinos a precios abordables y al alcance de presupuestos reducidos (a pesar de todos los cuidados que exige para su producción y conservación; a pesar del esfuerzo y laboriosidad que lleva desde el viñedo a 1a bodega, el vino sigue siendo de precio relativamente económico si se le compara con otras bebidas corrientes industriales y no digamos...con el azua mineral! ).

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Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina