El Museo Killka, espacio de arte de la Bodega Salentein, inauguró su muestra “Diálogos del Vino”, Platería Argentina de la Época de Oro (1720-1850), del Maestro Orfebre Emilio Patarca, de importante trayectoria nacional e internacional. Todavía está disponible la exposición para todos aquellos que quieran visitarla.
Acompañando esta exposición, se presenta también la muestra “Costumbres y tradiciones”, del artista mendocino Martín Villalonga, quien ilustra escenas de la vida gauchesca. También, en la Sala Pircas, Marita Lavoisier expone, “El zorro y las uvas.
Sobre “Diálogos del vino”
El cáliz y el vino, dos elementos que no sólo se reúnen en la liturgia sino también en la historia de nuestro continente. El cáliz es la copa regia, exquisita; destinada a contener en ella el símbolo de la civilización occidental y europea. El vino rojo es ese símbolo, esa forma de plasmar en la materia la fe cristiana.
Esta conjunción, tan pródiga en imágenes y signos, es también propicia para abordar la síntesis de lo que implicó aquellas épocas de imperios conquistadores, pisando el suelo americano. Es que los monjes traían consigo los contenidos con los que llenarían las copas de la misa bautismal (las vides y el conocimiento sobre cómo extraer de ellas el vino). La tierra a conquistar guardaba en su vientre los metales preciosos con los que labrar esos cálices.
Vino y plata, ligados por este concepto, es el que alienta a la muestra que inauguró en Killka (el espacio de arte de la Bodega Salentein). Su curadora, Julieta Gargiulo la ha llamado “Diálogos del vino” y contiene en sus márgenes las piezas concebidas por el orfebre Emilio Patarca: una colección exquisita de obras que exalta la nobleza del material con que han sido realizadas.
Mates, jarros, soperas, fuentes, sahumadores de copa, candeleros, rebenques, cuchillos, catadores de vino, estribos o dagas. Parecen objetos, son objetos que cumplen la función para la que han sido concebidos. Sin embargo, en manos del maestro Emilio Patarca, cada uno de ellos se convierte en una joya que reserva, para quien la observa, detalles deslumbrantes.
Mate de novios. Naveta de plata labrada, con dos bombillas sujetas con cadenas y apliques fundidos a la cera perdida.
Cada una de estas piezas, son, en sí mismas, obras que adquieren un carácter único, delineadas con sutilezas que surgen en base al manejo diestro del material. Y, aunque inéditas, se encuentran ligadas por un concepto creativo abarcador que expresa sus particularidades en cada detalle exquisito.
El concepto en cuestión es el de “Mate Bicentenario”, que a partir de una pieza “madre”, desgrana la colección. Este proyecto de Patarca está compuesto por una producción (cerrada y limitada) “de 200 ejemplares numerados y con correspondencia a cada uno de los años cumplidos por la República”, explica el catálogo.
Es así que cada uno de los mates que componen esta colección lleva inscripto el año “1810”. Y, claro, son 200 piezas porque cada una de ellas corresponde a un año transitado en nuestra historia desde la independencia.
Todos los ejemplares merecen, por igual, la consideración; lo cual da cuenta de la índole magnífica de toda la obra de Patarca, trabajada en plata 925, con técnicas de batido, repujado, fundido y cincelado.
Ubicación Bodega: Ruta 89 s/n, Los Árboles, Tunuyán, Mendoza.Tel. +54 2622 429000Informes: Bodegas Salentein S.A. Emilio Civit 778, Ciudad de Mendoza.Tel. +54 261 4411000info@bodegasalentein.com
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