En la industria del vino a nivel mundial, no hay personaje que despierte más pasiones y menos indiferencia que Robert Parker. Porque este abogado estadounidense devenido (a partir de 1984) en crítico de vinos se convirtió en "el" referente de la crítica especializada, cuya imagen despierta tanto temor y odio como admiración y veneración.
A tal punto llega su grado de influencia que muchas bodegas de diversos países elaboran vinos en función de los gustos de Parker (algo que se conoce como "parkerización"), como forma de asegurarse una buena calificación y por ende mejores ventas.
Para sus defensores (que los hay muchos), Parker posee una nariz prodigiosa que le permite distinguir los matices más escondidos y recordar miles de vinos distintos.
De hecho, hace nueve años atrás, el mismo crítico se jactaba de probar anualmente 10.000 vinos y de "recordar cada vino que había catado en los últimos 32 años y a su vez, con pocos puntos de margen de error, cada puntuación que había dado".
Para muchos, Parker es lo más parecido a un monstruo. Pero que cada tanto se equivoca, como le pasó en una cata a ciegas en 2005 con 15 vinos de Burdeos, de los cuales no supo distinguir varios de ellos, según informa ElConfidencial.com .
Desde su newsletter trimestral The Wine Advocate , Parker y su equipo definen, con su sistema de calificación de 50 a 100 puntos, el éxito o fracaso de miles de vinos de distintos países. Según Elin McCoy, ex colaboradora suya y autora de una biografía no autorizada (" The Emperor of Wine ", El Emperador del Vino), en vinos de EEUU "la diferencia entre tener 85 y 95 puntos significa una diferencia de 6 y 7 millones de dólares" y "una botella calificada con un 100 puede cuadruplicar su precio".
¿Cómo se reconocen los vinos "parkerizados"? Según el mismo crítico, sólo necesita de 5 segundos para catar un vino (puede llegar a probar 100 en un día), por lo que sus críticos estiman que lo que más tiene en cuenta son los niveles de alcohol y roble, junto con una baja acidez.
Fuente: lanacion.com
A tal punto llega su grado de influencia que muchas bodegas de diversos países elaboran vinos en función de los gustos de Parker (algo que se conoce como "parkerización"), como forma de asegurarse una buena calificación y por ende mejores ventas.
Para sus defensores (que los hay muchos), Parker posee una nariz prodigiosa que le permite distinguir los matices más escondidos y recordar miles de vinos distintos.
De hecho, hace nueve años atrás, el mismo crítico se jactaba de probar anualmente 10.000 vinos y de "recordar cada vino que había catado en los últimos 32 años y a su vez, con pocos puntos de margen de error, cada puntuación que había dado".
Para muchos, Parker es lo más parecido a un monstruo. Pero que cada tanto se equivoca, como le pasó en una cata a ciegas en 2005 con 15 vinos de Burdeos, de los cuales no supo distinguir varios de ellos, según informa ElConfidencial.com .
Desde su newsletter trimestral The Wine Advocate , Parker y su equipo definen, con su sistema de calificación de 50 a 100 puntos, el éxito o fracaso de miles de vinos de distintos países. Según Elin McCoy, ex colaboradora suya y autora de una biografía no autorizada (" The Emperor of Wine ", El Emperador del Vino), en vinos de EEUU "la diferencia entre tener 85 y 95 puntos significa una diferencia de 6 y 7 millones de dólares" y "una botella calificada con un 100 puede cuadruplicar su precio".
¿Cómo se reconocen los vinos "parkerizados"? Según el mismo crítico, sólo necesita de 5 segundos para catar un vino (puede llegar a probar 100 en un día), por lo que sus críticos estiman que lo que más tiene en cuenta son los niveles de alcohol y roble, junto con una baja acidez.
Fuente: lanacion.com
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