Gastar menos en un restaurante no significa ser amarrete, sino cuidar de no derrochar dinero sin necesidad. Te damos algunas pautas de cómo hacerlo.
Muchas veces salimos a comer a un bar o restaurante y cuando llega el momento de la adición sentimos que hemos gastado dinero demás. Cuando uno obtiene excelente comida y servicio, el gasto es una inversión para disfrutar de un momento, pero eso no significa que debamos gastar de más.
Hay algunas cosas para tener en cuenta y descubrir cómo gastar menos en un restaurante.
Pedir las cosas de a poco: Cuando nos reunimos con un grupo de comensales, tendemos a pedir cosas por las dudas, como varias aguas con gas y sin gas, botellas de vino, entradas. Pidamos las cosas de a poco, y cuando se estén por terminar pidamos otras. Muchas veces quedan aguas o gaseosas casi sin consumir, mucho vino e incluso comida.
Preguntemos el tamaño de las porciones: Es muy importante, para darnos una idea de si podemos compartir un plato o no. En todo caso, también se puede optar por realizar un pedido para compartir y, cuando el plato llegue a la mesa, si no nos parece abundante y sentimos que vamos a querer comer algo más, pedimos una segunda cosa. Lo mismo se aplica a los postres.
Preguntemos si el plato incluye guarnición: Muchas veces en un restaurante, algunos platos como pescado o carnes asadas traen una guarnición. Si no lo sabemos podemos pedir platos extra sin necesidad, como papas o ensaladas, que luego quedarán sin tocar en la mesa.
Aprovechemos días especiales con descuentos: Algunos restaurantes ofrecen tarifas especiales en ciertos días, como descuentos en mesas exclusivas de mujeres, o en algunos días en conjunto con algunas tarjetas de bancos asociados a las promociones. Estos días programados pueden hacernos ahorrar hasta un 50% de la adición.
Pedir las cosas de a poco: Cuando nos reunimos con un grupo de comensales, tendemos a pedir cosas por las dudas, como varias aguas con gas y sin gas, botellas de vino, entradas. Pidamos las cosas de a poco, y cuando se estén por terminar pidamos otras. Muchas veces quedan aguas o gaseosas casi sin consumir, mucho vino e incluso comida.
Preguntemos el tamaño de las porciones: Es muy importante, para darnos una idea de si podemos compartir un plato o no. En todo caso, también se puede optar por realizar un pedido para compartir y, cuando el plato llegue a la mesa, si no nos parece abundante y sentimos que vamos a querer comer algo más, pedimos una segunda cosa. Lo mismo se aplica a los postres.
Preguntemos si el plato incluye guarnición: Muchas veces en un restaurante, algunos platos como pescado o carnes asadas traen una guarnición. Si no lo sabemos podemos pedir platos extra sin necesidad, como papas o ensaladas, que luego quedarán sin tocar en la mesa.
Aprovechemos días especiales con descuentos: Algunos restaurantes ofrecen tarifas especiales en ciertos días, como descuentos en mesas exclusivas de mujeres, o en algunos días en conjunto con algunas tarjetas de bancos asociados a las promociones. Estos días programados pueden hacernos ahorrar hasta un 50% de la adición.
Teniendo en cuenta estos consejos sabremos cómo gastar menos en un restaurante, haciendo un ahorro sin dejar de disfrutar de un grato momento y comida en cantidad justa.
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