
Para quienes no la conocen, la dieta mediterránea es una rutina basada en los productos de los países mediterráneos, en especial España, el sur de Francia,Italia, Grecia y Malta.
Más allá de las costumbres de cada país, hablamos de una nutrición basada en el alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales) y tomando al trigo como el alimento base y al aceite de oliva como grasa principal. Por otra parte, la dieta supone un mayor consumo de aves y pescado y una reducción de las carnes rojas así como el consumo regular de vino aunque en cantidades moderadas.
De acuerdo a los estudios, esta nutrición con menos consumo de grasas es beneficiosa para la salud, algo que se le atribuye a la constatación de que en los países mediterráneos la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor que en los Estados Unidos, país con una dieta muy rica en grasas.
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