martes, 10 de febrero de 2009

La ruta del vino de la Patagonia a California


América se caracteriza por tener muy buenos vinos en diversas zonas y su geografía alberga zonas riquísima en viñedos de calidad.
Argentina y Chile, en el extremo sur, son los países que encabezan una larga lista de buenas marcas, pero también Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia, México y Estados Unidos tienen ahora buenos representantes insertos en la industria vitícola americana. Esta nota de EFE de Francisco Galindo, nos provee de un relevamiento país por país.

Tres tipos de vinos de Argentina y dos de Chile figuran entre los 100 mejores caldo del mundo. Pero el vino de América no hay que identificarlo solamente con el que producen estas dos naciones del Cono Sur, de larga tradición vitivinícola. California los tiene también extraordinarios mientras que Uruguay, México y otros países incrementan poco a poco sus producciones y alzan la voz pidiendo su sitio en el mercado.

Chile y Argentina a la cabeza
Wine Spectator, considerada como una de las revistas especializadas más relevantes por los aficionados al bueno vino, incluyó a tres caldos de Argentina y dos de Chile entre los 100 mejores del mundo del año, en coincidencia con otras publicaciones del sector que hicieron valoraciones similares.

La revista anglosajona destacó en el puesto 23 al Malbec de Mendoza Alta "Bodega Catena Zapata", y en el puesto 30 el "Viña Montes", del valle chileno de Colchagua.

Del primero, la publicación destacó que posee "aromas de arándanos aplastados y frambuesas, con textura jugosa y notas minerales", y al chileno le atribuyó "deliciosos aromas a confitura de cereza negra y de ramas de vainilla fresca" y un "paladar de ciruelas y grosellas".

En el puesto 34 figuró "Altos Las Hormigas", un caldo "brillante y jugoso, con esencias de moras y frambuesas, y con notas minerales y de moca", y en el 37 se situó "Navarro", un vino de Mendoza con unas propiedades similares al anterior.

Ya en el puesto 49 se ubicó "Viña Santa Rita", del valle chileno del Maipo, un vino "limpio y poco complicado" con aromas de "frutas del bosque y un toque tostado al final".

La variedad Malbec está considerada como única en el mundo. Aunque originaria de la zona francesa de Cahors (suroeste francés), esta variedad encontró en Argentina su adaptación ideal gracias a las condiciones climáticas del país sudamericano.

El director de "Wines of Argentina" para Europa recordó en una reciente feria vinícola en Londres que Argentina tiene una "vinicultura orgánica sin papeles" pues la mayoría de sus vinos derivan de un proceso de cultivo "cien por cien natural" que no precisa de pesticidas ni aditivos, gracias a la sequedad del clima, la temperatura ambiente y las escasas lluvias.

Los chilenos defienden también de forma contundente las cualidades de sus vinos. Un estudio difundido por el Hospital de Clínicas de la Universidad Católica de Chile, y recogido por la prestigiosa publicación International Journal of Cardiology, asegura que beber dos copas diarias de vino tinto chileno reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Y todo ello se debe, según el estudio, a que el preciado líquido contiene una sustancia química, encontrada también en verduras y frutas, denominada polifenoles, que protege de enfermedades arterioscleróticas.

Calidad y Precio
Para realizar la selección de los 100 mejores vinos del año, los catadores de la publicación anglosajona analizaron unas 15 mil muestras de vino a lo largo del pasado año, procedentes de 13 países distintos.

El número uno de la lista lo ocupó el "Clos des Papes", un tinto francés, del Valle del Ródano, al que la publicación otorgó 98 puntos, y que se vende en Estados Unidos por unos $80 dólares la botella.

En la lista también figuraron ocho vinos españoles, siendo la cosecha de 2004 del "Torre Muga" (La Rioja) el que logró el puesto más alto (el undécimo).

Argentina y Chile son los países americanos de larga tradición vitivinícola que mayores beneficios han logrado de las exportaciones en aumento incesante de sus caldos.

Según estadísticas privadas recientes, Argentina exportó 220 millones de litros de vinos en los primeros siete meses del 2008, lo que implica un alza interanual del 25.3 por ciento, y supone unos ingresos de más de $323 millones de dólares, un 29.7 por ciento más que en el mismo período de 2007.

En los dos últimos años, la media de exportación de vinos argentinos ha aumentado un 30 por ciento, de acuerdo con cálculos oficiales.

Mientras tanto, las exportaciones de vinos chilenos aumentaron un 29.1 por ciento en valor y un 22.7 por ciento en volumen en términos interanuales en 2007, según un informe de "Vinos de Chile", que agrupa a las principales viñas del país.

Las exportaciones sumaron $1,297 millones de dólares y alcanzaron los 622 millones de litros.
Sin embargo, el vino de América no es solo el que se produce en estas dos naciones del Cono Sur. California produce caldos en cantidad y calidad mientras Uruguay, México, Perú, Bolivia e incluso Brasil incrementan poco a poco sus producciones y alzan la voz pidiendo su sitio en el mercado. Rivalidad entre California y México En Estados Unidos existen tres categorías y tipos de cepas muy distintas: "vitis vinífera" (procedente de Europa); cepas indígenas, que produce vinos de calidad media y de una intensidad aromática excesiva, y "nueva variedades", producidas por cruces e injertos.

La mayor calidad de vinos se localiza en el estado de California, y dentro de éste los mejores caldos proceden de la zona de Napa Valley, al norte de la bahía de San Francisco.

Allí se encuentran las añadas más reconocidas mundialmente, sobre todo de cepas tintas, como el Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y otros.

Los condados californianos de Mendocino, Sonoma y Monterrey también cuentan con grandes extensiones de viñedos que producen vinos blancos y tintos excelentes.

En México, donde existían vides autóctonas desde tiempos remotos, la viticultura se inicia con la llegada de los españoles a principios del siglo XVI, aunque hasta finales de la centuria siguiente y gracias a la labor de los misioneros, no se inicia una producción en abundancia, localizándose las viñas principales en la Baja California, Aguascalientes y Coahuila.

La guerra contra Estados Unidos supuso un serio revés para el esplendor vinícola de México, debido a la pérdida de los territorios del norte, como Texas, Nuevo México y Nueva California.

Los estudiosos de la materia fijan el año 1955 como el del inicio de la remontada del vino mexicano, que en la actualidad ha conseguido superar las deficiencias técnicas de producción y una calidad cada vez más apreciada.

En nuestros días enormes extensiones de vides pueden verse desde Querétaro a la Baja California, a pesar de las diferentes condiciones climáticas y altitudes variables, mientras que en los locales más selectos del país los vinos nacionales aparecen ya en las cartas como una alternativa exquisita a los caldos de importación.

Regiones californianas como San Ignacio, Mulegé, la Purísima, Poza Grande y Médano, con un clima seco y escasez de lluvias, exponen en sus vinos un toque de frescor muy característico.
El Chenin Colombard, elaborado por la bodega Monte Xanic de la Baja California, figura en las guías como uno de los caldos mexicanos más conseguidos.

Uruguay produce más de lo que consume
A pesar de estar ubicado en una zona subtropical, Uruguay produce 90 millones de litros de vino al año que exceden la demanda del consumo interno mientras que la exportación no es muy alta, menos de 2 millones de botellas.

Aunque se trata de un país de larga tradición vinícola el desarrollo de su viñedo es relativamente joven y de influencia francesa. Una especialidad típica de Uruguay es el denominado "vino seco", constituido por una mezcla de blanco y tinto al que se le añade alcohol antes de ser expuesto al sol.

La producción anual de vino en Perú no llega a los 450 mil hectolitros mientras que la de Bolivia se acerca a los 75 mil, según datos de la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV).

Perú cuenta en la actualidad con unas 13 mil hectáreas de viña, aunque en gran medida dedicadas a la uva de mesa y localizadas en las zonas costeras tanto norteña como sureña y central.

El país andino tiene más fama en todo el mundo por el pisco que por sus vinos, aunque actualmente en la región de Ica han comenzado a elaborarse vinos con variedades muy conseguidas de Cabernet Sauvignon.

Y en Bolivia se cultivan poco más de mil hectáreas de viña, aunque la tendencia va en aumento y un 40 por ciento de la producción se destila. Cochabamba, Camargo, Tarija y Luribay, cerca de La Paz, concentran el mayor número de plantaciones.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha prometido ayudas a los productores de vino, aunque ha reconocido la baja calidad de los caldos locales que quieren competir con Argentina, Francia y Chile.

El animoso mandatario, quien se ha mostrado convencido de que dentro de pocos años los vinos brasileños podrán codearse con los mejores del mundo, ha advertido no obstante a los empresarios del sector que agudicen el ingenio para que los caldos nacionales vayan tomando color, sabor y cuerpo.

El hecho de que en el palacio de gobierno de Brasilia todas las recepciones oficiales son regadas con caldos del país constituye una muestra del apoyo "nacionalista" del gobierno brasileño a sus vinos aunque Lula reconoció en un discurso ante los vinateros que "obviamente, de vez en cuando uno ve gente de otro país llevarse la mano a la boca y no sentir el mismo gusto que se siente si antes pasó por Francia para tomar un vino francés de calidad".

Brasil produce más de 3 millones de hectolitros de vino al año, lo que le sitúa en el quinto lugar del hemisferio sur, por detrás de Argentina, Australia, Sudáfrica y Chile.

Fuente: Diario del Vino

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