martes, 10 de febrero de 2009

Budismo, una filosofía de vida


El objetivo del budismo es que cada persona desarrolle su ilimitado potencial, valorando al máximo su propia vida y la de los demás.

La práctica de la filosofía budista permite al individuo una transformación positiva desde lo más profundo de su ser, hasta cambiar el temor en coraje, las dudas en sabiduría y el egoísmo en misericordia.

Shakyamuni
El budismo comenzó con la búsqueda que emprendió una persona por resolver el sufrimiento humano. Shakyamuni (Sidarta Gautama), conocido como el Buda o "el que ha despertado", vivió hace alrededor de 2.500 años en la India.

Shakyamuni era un príncipe y creció entre lujos, pero a temprana edad quedó desconcertado por los inevitables sufrimientos que la vida trae consigo, sufrimientos que él resumió como nacer en este mundo atribulado, enfermar, envejecer y morir.

Shakyamuni pasó el resto de su vida viajando por toda la India para compartir con la gente la comprensión que él había logrado. Su vida fue de compasión y de dinamismo, algo que difiere enormemente de la imagen que se tiene de él en nuestros días, es decir, la de un Buda sobrenatural; una figura separada, que se encuentra ajena en un aislado ámbito iluminado.

Sutra del Loto
Las enseñanzas de Shakyamuni fueron posteriormente recolectadas en escritos denominados sutras.
Su principal mensaje, contenido en el Sutra del Loto, es que la budeidad, una condición de absoluta felicidad, libre de temor y de toda ilusión, es inherente a toda vida.

El desarrollo de este estado interior de vida capacita a todas las personas para que sobrepasen sus problemas y vivan una vida plena y dinámica, comprometidos de lleno con los demás y con la sociedad.

Casi dos mil años después de la muerte de Shakyamuni, el monje japonés del siglo XIII, Nichiren, reencontró la profunda teoría del Sutra del Loto en una práctica que posibilita a cualquiera, dentro del lapso de duración de su propia vida, a revelar su budeidad, o el más alto estado de vida, en medio de la realidad cotidiana.

Nichiren Daishonin
Nichiren vivió en Japón durante una época turbulenta de inestabilidad social y desastres naturales. La gente común, en especial, sufría enormemente en esta ruda sociedad feudal.

Alarmado por este estado, Nichiren, siendo un joven sacerdote, se dispuso a buscar la solución para el sufrimiento que lo rodeaba. Después de un exhaustivo estudio de los sutras budistas, se dio cuenta de que la esencia de la iluminación del Buda, y el medio para acabar con el sufrimiento y la confusión social, se encontraba en el Sutra del Loto. Este sutra afirma que todas las personas, sin importar el género, su capacidad o su condición social, poseen de manera inherente las cualidades de un buda y, por ello, son dignas por igual del mayor respeto.

Tomando como base sus estudios sobre el sutra, Nichiren estableció la invocación de Nam-myoho-renge-kyo como práctica universal para abrir y manifestar la condición de vida de la budeidad latente en la vida de cada uno. Los miembros de la SGI creen que gracias a sus esfuerzos en la fe y en la práctica, la cual incluye acciones inmersas en la realidad de la vida, y sobre la base de la sabiduría y la compasión, se puede llegar a la comprensión de la propia budeidad.

Nichiren creía firmemente que el verdadero objetivo del budismo es capacitar a la gente para vivir en el mundo real y, al enfrentar los problemas, fortalecerse y cambiar sus vidas y mejorar a la sociedad. El budismo de Nichiren es una filosofía que respeta la dignidad fundamental de toda vida y acentúa la profunda conexión entre la felicidad individual y la felicidad de los demás.

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