La cocina brasileña permanece desconocida para buena parte del mundo y no siempre bien representada en su salida al exterior, como ocurre con la mexicana o la china.
De la más extendida feijoada a la moqueca, o ingredientes como la
yuca y el pequí, la gastronomía brasileña se está conociendo en el mundo
gracias al trabajo de prestigiosos chefs como Alex Atala y Helena
Rizzo, pero aún queda mucho por descubrir y el Mundial de Fútbol es una
buena oportunidad.
Tan variada y rica como su relieve, es lógico
que no tardara en eclosionar y son muchos los cocineros internacionales
que pusieron sus miradas en ella en busca de nuevos productos. Un
visionario como Ferran Adrià ya auguró hace tiempo que "de Brasil saldrá
la próxima gastronomía innovadora a nivel mundial".
Incluso la
Guía Michelin repartirá en 2015, por primera vez, sus codiciadas
estrellas en Río de Janeiro y Sao Paulo, punta de lanza del desarrollo
culinario y entre las principales ciudades de alta cocina del mundo.
Todo
esto, gracias al trabajo de cocineros como Atala, cuyo D.O.M. (Sao
Paulo) está considerado el Mejor Restaurante de Sudamérica y el séptimo
del mundo por la revista británica Restaurant, centrado en el
descubrimiento de la enorme despensa amazónica; y de Rizzo, mejor
cocinera del mundo en 2014, que moderniza la cocina tradicional de su
país en Maní (Sao Paulo), entre otros.
A pesar de esto, la cocina
brasileña permanece desconocida para buena parte del mundo y no siempre
bien representada en su salida al exterior, como ocurre con la mexicana o
la china.
"Es muy desconocida. Mi propio país es 'culpable' por
su gran diversidad: hay mucha materia prima y es difícil llevarla de un
lugar a otro, y al ser muy mestizo, es complicado que la gente conozca
la cocina brasileña genuina", explica la cocinera Juliana Aguiar, que
abrió hace tres años en Madrid el restaurante Santo, donde fusiona
Brasil con el Mediterráneo.
"Me preguntan por el 'rodizio', que no
es una forma de servir la carne en las churrasquerías, no un modo de
cocinarla", aunque se haya popularizado en España. Aguiar detalla que la
yuca es la protagonista de los platos de su país, "un producto muy
versátil y muy sano que tiene múltiples derivados" y asegura que queda
aún "mucha materia prima por descubrir".
Si bien el plato que
podría considerarse nacional es la feijoada, un guiso de porotos negros y
carne de cerdo, la chef anima a descubrir uno de sus favoritos, la
maniçoba o feijoada paraense, un guiso con hojas de yuca que "tiene el
morbo de que puede ser venenoso si no se elimina bien el ácido
cianhídrico".
También la moqueca, guiso de pescado y marisco con
leche de coco y aceite de dendé (palma), que "gusta mucho" en su
restaurante, y el pescado con puré de plátano macho dulce.
Para
Carlos Valentí, chef ejecutivo del brasileño Grupo Rubaiyat, con
restaurantes en Sao Paulo, Brasilia y Madrid, un menú ideal para
descubrir en este Mundial estaría compuesto por coxinhas de pollo
(parecidas a las croquetas), palmito fresco -a España sólo llega
enlatado- asado, pastel de feira (especie de empanadilla con carne y
queso) y picanha, un corte de vacuno.
Propone acabar con quindin,
un postre con bizcocho, yema de huevo y coco rallado y acompañarlo del
cóctel nacional, la caipirinha, a base de cachaça, azúcar blanca, lima y
hielo picado.
Si se quiere ir más allá, sugiere la moqueca de
Salvador de Bahía, donde "preguntan si se quiere caliente o muy
caliente, refiriéndose al nivel de picante", e indagar en los productos
amazónicos con pato al tucupí, un caldo resultante de rallar la mandioca
y que se cocina durante horas para eliminar el ácido que lo hace
venenoso, así como descubrir sus carnes "de alta calidad".
Fuente: Pilar Salas / EFE.
Foto: Clarín
Fuente: entremujeres.com
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