El trabajo fue realizado por académicos de la Cambridge Judge Business School, la Vanderbilt University y HEC París.
El valor a largo plazo que tienen los vinos se analiza en un nuevo
estudio realizado por académicos de la Cambridge Judge Business School,
la Vanderbilt University y HEC París. El trabajo muestra que como clase
de activo, desde 1900 los vinos de alta gama (como los cinco primeros
"crus" de Burdeos de Haut-Brion, Lafite Rothschild, Latour, Margaux y
Mouton-Rothschild) han tenido un desempeño mejor al de activos como el
arte y las estampillas y muy superior a los bonos. Sin embargo, se
quedan atrás de las acciones.
Los académicos hicieron un trabajo de detectives financieros usando precios proporcionados por los intermediarios Berry Brothers & Rudd y la casa de subastas Christies, que los tenían registrados en Londres. La capital de Inglaterra hace tiempo que es el centro de ventas de los mejores vinos franceses, y esas dos fuentes brindaron datos que se retrotraen al siglo XIX. Ellos estiman que los vinos de alta calidad se apreciaron 5,3% por año, después de la inflación. Tomando en cuenta los costos de la guarda, esa tasa baja a 4,1% anual, que es menor al 5,2% de las acciones, pero bastante mejor a los retornos que ofrecieron otros "objetos coleccionables" como arte (2,4%) y estampillas (2,8%), y muy superior al rendimiento de los bonos del gobierno. Por lo tanto, el estudio confirma que el vino es un lujo que también constituye una interesante oportunidad de inversión. Es fácil comprender porqué algunos lo agrupan con otros activos bajo la sigla SWAG, significa plata, vino, arte y oro.
Pero lo que es verdaderamente notable con respecto al vino es que su valor puede subir aunque el tiempo erosione su sabor. Los grandes vinos maduran gradualmente durante décadas, pero finalmente se avinagran y se vuelven intomables. Sorprendentemente, eso no afecta el precio de la bebida. Una vez que el vino pasa su madurez y se pone viejo, sus precios tienden a subir.
A los ojos del coleccionista de vinos, "se convierte en un vinagre muy hermoso", señaló Elroy Dimson, uno de los autores del estudio y una autoridad en historia del mercado de acciones.
Dimson y sus colegas sostienen que el valor del vino tiene tres componentes. El de consumo inmediato, los dividendos potenciales por esperar a que madure y su valor como objeto de colección. Eso da origen al extraño ciclo de vida que tiene el precio de un vino añejo, donde el alza es impulsada por su atractivo para el consumo hasta que alcanza la madurez, luego se ameseta y más tarde vuelve a subir hasta una meseta final pese a que ya no se puede beber pero su rareza (ya que las otras botellas se consumieron) hace que su valuación aumente por última vez.
Con el tiempo, los precios de los vinos también ascienden en línea con el crecimiento de la riqueza. Cuanta más gente puede pagar vinos de calidad, más sube el costo. Por lo tanto, el vino tiene un correlato con los mercados de acciones, y es impulsado por la creciente desigualdad y la globalización.
¿Ofrece el vino alguna cobertura contra la inflación o un derrumbe financiero? Su correlación con la riqueza y el mercado de valores lo convierte en una cobertura dudosa.
Fuente: El Cronista
Los académicos hicieron un trabajo de detectives financieros usando precios proporcionados por los intermediarios Berry Brothers & Rudd y la casa de subastas Christies, que los tenían registrados en Londres. La capital de Inglaterra hace tiempo que es el centro de ventas de los mejores vinos franceses, y esas dos fuentes brindaron datos que se retrotraen al siglo XIX. Ellos estiman que los vinos de alta calidad se apreciaron 5,3% por año, después de la inflación. Tomando en cuenta los costos de la guarda, esa tasa baja a 4,1% anual, que es menor al 5,2% de las acciones, pero bastante mejor a los retornos que ofrecieron otros "objetos coleccionables" como arte (2,4%) y estampillas (2,8%), y muy superior al rendimiento de los bonos del gobierno. Por lo tanto, el estudio confirma que el vino es un lujo que también constituye una interesante oportunidad de inversión. Es fácil comprender porqué algunos lo agrupan con otros activos bajo la sigla SWAG, significa plata, vino, arte y oro.
Pero lo que es verdaderamente notable con respecto al vino es que su valor puede subir aunque el tiempo erosione su sabor. Los grandes vinos maduran gradualmente durante décadas, pero finalmente se avinagran y se vuelven intomables. Sorprendentemente, eso no afecta el precio de la bebida. Una vez que el vino pasa su madurez y se pone viejo, sus precios tienden a subir.
A los ojos del coleccionista de vinos, "se convierte en un vinagre muy hermoso", señaló Elroy Dimson, uno de los autores del estudio y una autoridad en historia del mercado de acciones.
Dimson y sus colegas sostienen que el valor del vino tiene tres componentes. El de consumo inmediato, los dividendos potenciales por esperar a que madure y su valor como objeto de colección. Eso da origen al extraño ciclo de vida que tiene el precio de un vino añejo, donde el alza es impulsada por su atractivo para el consumo hasta que alcanza la madurez, luego se ameseta y más tarde vuelve a subir hasta una meseta final pese a que ya no se puede beber pero su rareza (ya que las otras botellas se consumieron) hace que su valuación aumente por última vez.
Con el tiempo, los precios de los vinos también ascienden en línea con el crecimiento de la riqueza. Cuanta más gente puede pagar vinos de calidad, más sube el costo. Por lo tanto, el vino tiene un correlato con los mercados de acciones, y es impulsado por la creciente desigualdad y la globalización.
¿Ofrece el vino alguna cobertura contra la inflación o un derrumbe financiero? Su correlación con la riqueza y el mercado de valores lo convierte en una cobertura dudosa.
Fuente: El Cronista
Fuente: Area del Vino
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