Por Alejandro Maglione | amaglione@lanacion.com.ar | @MaglioneSibaris
Especial para ConexiónBrando
El asunto
Todo comenzó cuando el chef Dante Liporace irrumpió en las redes sociales al grito de "¡me robaron la 'secuencia'!", porque en su restaurante Tarquino tiene una propuesta que es la "Secuencia de la Vaca", donde en 9 pasos despliega su saber culinario, yendo de la cabeza al rabo de la vaca,
colocando, entre otros cortes, en el altar de la alta cocina cortes
como la carrillera, desdeñada hasta ayer por los grandes gorros.
A poco andar, me entero que el chef alemán Heinz Beck
reclamaba para sus creaciones culinarias el derecho de ser protegidas
como derecho de autor, al considerarlas obras de arte culinario.
El periodista Joaquín Hidalgo recoge el tema y en una
nota que basándose principalmente en el registro respectivo de Italia,
puso el dedo en la llaga.
Pero claro, Joaquín no es abogado, y como yo no suelo serlo en causa propia, me dirigí al Dr. Marcelo Crivelli, un gourmand-gourmet
(recordar que no son sinónimos los términos en francés, como los suelen
usar algunos ignaros), quien luego de un rápido intercambio entre
colegas, me puso en contacto con un trabajo magnífico del peruano Alfredo Maraví Contreras.
Pues bien, picoteando de aquí, de allá, y aplicando mi modesto sentido
común, me lancé a las procelosas aguas de este debate, lleno de
aristas.
Cultura
Soy firme adherente al concepto de que la gastronomía es
un pilar fundamental de la cultura de un lugar, región o país. Me canso
de repetir lo mismo. Ahora bien, el concepto de cultura en sí lleva a sostener que la misma es obra más de muertos que de vivos.
Generación tras generación, los pueblos van comunicando su historia
cultural, la que invariablemente se va modificando con la lógica
dinámica de los aportes que se le hacen por el mero transcurso del
tiempo, las nuevas experiencias, vivencias y sobre todo contacto con
otras realidades culturales de otras latitudes.
¿Qué sería de nosotros si alguien registrara la receta de la milanesa?
¿Quién sería el dueño del secreto de un huevo frito con puntilla? Y de
las papas fritas ¿qué me dice? Solo pensar en la posibilidad a que a los
abracadabrantes costos que tienen los restaurantes locales, le
agregáramos los derechos de autor sobre los spaghetti carbonara, me da
escalofrío.Impensable.
Justo ahora que hablo de spaguettis, todavía seguimos
discutiendo si Marco Polo los trajo de China, como dice la leyenda. No
importa que existan registros de testamentos romanos donde se los
menciona. O que se hayan encontrado restos de éstos entre ruinas
etruscas. En el imaginario colectivo los fideos se los debemos a los chinos y punto. Desolador.
Los grandes chefs
La idea puede sonar loca, pero allí apareció Andoni Aduriz en la última Madrid Fusión
y se despachó con la idea. De manera fulminante se adhirieron Heston
Blumental, Alex Atala, Gastón Acurio, René Redzepi, entre otros, con
algunos institutos que imaginan sus arcas engrosadas gracias a estos
derechos de autor. Aduriz le reconoció a José Carlos CapelJosé Carlos Capel que la cosa tenia sus bemoles, y sostuvo con cierta inocencia: "Lo que queremos registrar son los conceptos y las técnicas".
Ah, los chefs
No se puede negar que están un poco agrandados. Hacen de
periodistas, oradores, escritores, artistas de televisión, gurúes,
jurados de danzas, lo que venga. Lo que no imaginé que llegarían a
escalar posiciones en el mundo del Derecho. Pero helos aquí, proponiendo innovaciones en un tema que sería la delicia de los abogados. Se me hace agua la boca solo de imaginar la montaña de juicios que se armarían en todos los tribunales del mundo.
Aduriz lo que no sabe es que en general la doctrina internacionalmente aceptada elude el registro de los procedimientos. Y Maraví Contreras da un buen ejemplo al preguntarse a quién habría que pagarle por la utilización de la técnica del baño de María.
Y siendo que la cocina molecular española reconoce como su fuente
principal a los fundadores de la "nouvelle cuisine", ¿estará pensando en
reconocerle una suerte de copyright a Alain Senderens, Alain Chapel,
Fernand Point, Paul Bocuse, los hermanos Troigròs, por citar a algunos?
Blumental se ha cansado de declamar que las técnicas
"inventadas" por Ferrán Adriá, él las venía utilizando en su restaurante
londinense dos años antes que aparecieran en El Bulli.En todas partes se cuecen habas, que por suerte no llegan a los tribunales.
Espontáneos
En el año 1987 los dueños de un restaurante madrileño, La Gastroteca,
resolvieron enviar a los maestros franceses unos cheques en
reconocimiento de sus derechos de autor. Parece que fue así, porque sí,
Arturo Pardos y su mujer Stéphane Guérin tuvieron esta iniciativa. Las grandes tocas devolvieron los cheques, considerando que bastaba con que los platos fueran presentados como "a la moda de.", reconociendo la correspondiente autoría.
Paul Bocuse les dijo con gran sentido del humor, que sus derechos los
cobraría comiendo una buena paella en su restaurante en la próxima
visita que hiciera a Madrid.
Tangentes
Alguno pensó que la idea sería escribir la receta de una
manera particular. Por ejemplo, en forma de poema. Pues bien, este
formato sería registrable, lo que no evitaría es la confección del
plato descripto de esta manera.
También pueden registrarse los nombres de fantasía de algunos platos. Es el caso de los menús que hacía el Gato Dumas, tenían sus célebres Chancho Luis con miel y cerveza, Sopa de cebolla fuerte de La Chimère, Lomo Clark's, Papas Siobhan (en homenaje a su hija mayor) o Los langostinos en el Mar Rojo. Justamente, ese Chancho Luis,
fue el plato elegido por Ramiro Rodríguez Pardo para una comida
homenaje que hicieron unos amigos hace unas horas recordando los 10 años
del fallecimiento del Gato.
También se registran los libros de recetas como obra, pero no las fórmulas que contienen.
Basta imaginar un cocinero que vendiera los derechos del libro a una
editorial, y ésta luego le impidiera repetirlas a la hora de poner un
restaurante, argumentando que las recetas fueron concebidas por encargo o
bajo alguna figura jurídica de relación de dependencia.
¿Qué pasa con Juan Mari Arzak y sus platos inteligentes
que simulan ser agua de mar; o se encienden de acuerdo al calor de la
comida o donde se encuentre ubicado el cubierto? Pienso que esta puesta
en escena es registrable, pero no tiene que ver con las recetas.
¿Y los pasantes? ¿Quién imagina a Martín Berasategui
demandando a todos sus pasantes a la hora de que utilicen las técnicas
que él les enseñó, o que utilicen las recetas que tuvieron que ejecutar
en su restaurante?
Está el caso del chef Homaro Cantu, que en los Estados
Unidos pudo registrar un papel comestible donde las tintas tenían gusto a
pizza o platos fáciles de identificar por los que lo ingieren.
También se podrían registrar diseños escultóricos realizados en la presentación de los platos. Recordemos que el célebre Antonin Carême era
conocido como el Arquitecto de la Alta Cocina Francesa. La presentación
de sus platos y particularmente postres, han merecidos ríos de tinta
elogiando más su diseño que su sabor.
Conclusión
La milanga está a salvo de la aves de rapiña. Lo lamento
por el doctor Crivelli y la multitud de colegas que se anticiparon al
texto, restregándose las manos e imaginando las demandas por las recetas
de curantos, humitas, locros, pizzas, huevos de larga cocción a 63º
(tan de moda ahora, a pesar de su textura similar a un agua viva).
Parece que la cosa no es tan promisoria, o habrá que ir intentando abrir
un camino. A veces el Derecho es tan voluble.que puede haber esperanzas para cualquiera.
Miscelánea mundialista gourmet. Uno de los mayores
expertos en marketing deportivo es el querido periodista Claudio
Destéfano. Para este Mundial imaginó una propuesta para el partido que
juega Argentina el 25 de junio que será un día miércoles. Consiste en
instalarse en el Hotel Panamericano, en un salón en el que se permite
fumar, enfrente de una pantalla gigante, degustando fiambres y quesos
gourmet, panes saborizados, cerveza artesanal, en fin, con todo.
Mientras se desarrolla el partido, habrá sorteos de todo tipo de
productos. Comentarios del "Mago" Rubén Capria. Y sobre todo la
posibilidad de hacer amigos con los empresarios de primer nivel que se
darán cita para vivir ese momento fuera de la rutina del aparato de TV
alquilado en la oficina. Toda la milonga costará $350, salvo que usted
sea miembro del Club La Nación o socio de VISA, en cuyo caso se beneficiará con un descuento del 20%. Imprescindible hacer una reserva previa: claudio@bizers.com.ar
Miscelánea viajera. Quienes conocemos a Emilio Garip
de potrillo, sabemos que no es hombre de quedarse quieto después del
soponcio que le produjo la partida de Martín Rebaudino, su chef por 25
años en Oviedo. Rápidamente colocó en su lugar a Ramón Chiliguay, que
junto con el pastelero Próspero Velazco, aceptaron la invitación del
chef peruano Rafael Piqueras, y partieron a cocinar por dos noches al
restaurante Maras de la ciudad de Lima. Según las informaciones llegadas
desde Perú, presentaran un menú de degustación de 10 pasos. Una vez en
Lima, Emilio declaró que tiene un proyecto conjunto con Pablo Massey
para abrir "Casa Cavia", un lugar en la calle del mismo nombre, donde
presentaran productos con su marca. La movida está prevista a partir del
mes de agosto. ¡Date paz Garip! Y que la próxima vez no debamos
recurrir a la prensa internacional para enterarnos de lo que estás por
hacer en Buenos Aires, caramba..
Miscelánea restauranteur. Virginia Cavalli es una experta en arte y logra asociarlo con la comida a través de su Dîner des Artistes,
consistente en una cena que presenta los platos preferidos de algún
renombrado artista. En este caso honrarán a Cézanne. Los platos serán
creación del chef Daniel Godoy, de restaurant Contraluz, del hotel ART
Alvear, ubicado en Suipacha 1036. Está todo organizado para las 20.30
del día 24 de junio próximo. Reservar a www.dinerdesartistes.com.ar o llamando al 4703-3177.Seguramente uno de los platos fuertes será la charla explicativa de Virginia.
Fuente: conexionbrando.com
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