Según un diagnóstico realizado por la Corporación Vitivinícola Argentina
(COVIAR), peligran unos 3.000 puestos de trabajo en virtud del contexto
de virtual estanflación, es decir de estancamiento de la producción con
costos que crecen de manera muy rápida, que viven Mendoza y el país.
"Todavía no hay una afectación alarmante pero sí vemos cierto riesgo para la zona baja del esquema, es decir para los productores primarios y las bodegas más chicas", reveló Sergio Villanueva, director de la COVIAR. El panorama fue compartido por la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) aunque con una visión a futuro un poco más optimista.
Recesión generalizada, decrecimiento de algunos sectores (en especial de producción de bienes), impacto en el mercado laboral (suspensiones o reducción de horas extras, vacaciones anticipadas, pérdida de empleos) y una disminución de la competitividad son las consecuencias más notorias de la estanflación. La mayoría de ellas ya son visibles en la industria madre de Mendoza.
Como muestra de ello, Villanueva perfiló: "Tenemos un mercado interno que en el primer cuatrimestre ha caído entre 2% y 3%, y las exportaciones siguen amesetadas, igual que el año pasado. La inflación en esta industria actúa de manera compleja porque perjudica al tenedor y a los productores, que son los que tienen bajo poder de negociación. Tienen un producto perecedero, que es la uva, y ¿qué hacen? ¿La venden? ¿La elaboran? Pero también es complejo para la parte industrial porque es la cadena de comercialización (supermercados, distribuidores, mayoristas) la que se lleva gran parte de la renta".
De manera similar opinó Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi, al decir que "en el mercado interno, tenemos una situación controlable porque los despachos están siendo mantenidos conforme a niveles de 2013. Siendo que a nivel nacional hay retracción, acá estamos caminando".
Iannizzotto agregó al respecto: "Pero el mercado externo está muy complicado porque el atraso cambiario se está configurando nuevamente, debido a la inflación que ha superado la devaluación de enero, unido a un mercado muy competitivo sobre todo por España, que ha salido al mercado con vino a granel a precios con los que nosotros no podemos competir. Entonces, en el mercado externo el paciente está grave pero en el mercado interno, el paciente tiene reflejos".
Zona de riesgo
"Todavía no hay una afectación alarmante pero sí vemos cierto riesgo para la zona baja del esquema, es decir para los productores primarios y las bodegas más chicas", reveló Sergio Villanueva, director de la COVIAR. El panorama fue compartido por la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) aunque con una visión a futuro un poco más optimista.
Recesión generalizada, decrecimiento de algunos sectores (en especial de producción de bienes), impacto en el mercado laboral (suspensiones o reducción de horas extras, vacaciones anticipadas, pérdida de empleos) y una disminución de la competitividad son las consecuencias más notorias de la estanflación. La mayoría de ellas ya son visibles en la industria madre de Mendoza.
Como muestra de ello, Villanueva perfiló: "Tenemos un mercado interno que en el primer cuatrimestre ha caído entre 2% y 3%, y las exportaciones siguen amesetadas, igual que el año pasado. La inflación en esta industria actúa de manera compleja porque perjudica al tenedor y a los productores, que son los que tienen bajo poder de negociación. Tienen un producto perecedero, que es la uva, y ¿qué hacen? ¿La venden? ¿La elaboran? Pero también es complejo para la parte industrial porque es la cadena de comercialización (supermercados, distribuidores, mayoristas) la que se lleva gran parte de la renta".
De manera similar opinó Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi, al decir que "en el mercado interno, tenemos una situación controlable porque los despachos están siendo mantenidos conforme a niveles de 2013. Siendo que a nivel nacional hay retracción, acá estamos caminando".
Iannizzotto agregó al respecto: "Pero el mercado externo está muy complicado porque el atraso cambiario se está configurando nuevamente, debido a la inflación que ha superado la devaluación de enero, unido a un mercado muy competitivo sobre todo por España, que ha salido al mercado con vino a granel a precios con los que nosotros no podemos competir. Entonces, en el mercado externo el paciente está grave pero en el mercado interno, el paciente tiene reflejos".
Zona de riesgo
Como suele suceder en todas los órdenes de la vida, el hilo se corta por lo más delgado. En el caso de la industria vitivinícola, la mayor presión la tienen los pequeños productores y las pequeñas bodegas, "que ahora deben asumir los gastos culturales y de poda del viñedo con los nuevos salarios que se acordaron en las paritarias", recordó Villanueva. Es en este sector donde desde la COVIAR visualizan la posible pérdida de 3.000 puestos de trabajo, posibilidad que es evaluada "no como real pero sí de riesgo".
"Medidas urgentes"
Por su parte, Iannizzotto pidió que se tomen medidas "urgentes" porque "la pérdida de un solo empleo ya es preocupante: una persona sin trabajo. Si se castiga al productor, las fuentes de trabajo perdidas podrían ser muchas más que esas 3.000" que menciona Villanueva.
En este sentido, el dirigente cooperativista reclamó que "se saque de manera urgente del mercado el stock suficiente como para que se revitalice el precio del vino de traslado, que es el que más castiga a los pequeños productores; que se instrumente el fondo de estabilización de oferta y demanda, que es la gran herramienta para defender a pequeños y medianos productores, y que se subsidie la tasa de interés, para que el productor no malvenda su vino, porque si se logra sacar del mercado 100 millones de litros o un mes de despacho, creemos que el precio se revitalizaría y el productor mejoraría su rentabilidad". Parte de estos pedidos ya están en la agenda de las autoridades de las áreas responsables.
Por último, Villanueva confió que la semana pasada una comitiva de dirigentes de la Unión Vitivinícola Argentina y de Bodegas de Argentina viajaron a Brasil para entrevistarse con la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, con el fin de acordar la adhesión de algunas firmas al Programa de Recuperación Productiva (REPRO), el cual otorga una suma de $1.000 por empleado por hasta 12 meses a cambio de no despedir personal.
A la búsqueda de un esquema de auxilio
La situación que atraviesa la industria vitivinícola es bien conocida por las autoridades de las provincias involucradas. La semana pasada el ministro de Agroindustria y Tecnología, Marcelo Barg, recibió a sus pares de San Juan, La Rioja y Catamarca y al titular del INV, Guillermo García, para diseñar un esquema de auxilio. El centro de la propuesta fue ver cómo pueden facilitar la salida de 100 millones de litros de vino a granel al exterior, cómo financiar la retención de stocks a pequeños y medianos productores y bodegas, y la revisión de la fecha de liberación de los vinos.
►36% aumentaron los costos de producción por hectárea para uva básica y varietal en el último año, según el Índice Sintético de Costos Agrícolas de Mendoza, que calcula la Fundación Ideal. Los rubros con más alzas fueron el gasoil (58% interanual), los agroquímicos (57%) y el transporte interno (39%).
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/mendoza/Segun-un-diagnostico-realizado-por-la-COVIAR-peligran-unos-3-mil-empleos-del-rubro-de-la-vitivinicultura-20140603-0005.html
Fuente: Area del Vino
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