Dependiendo de los gustos personales, pero en general para fin de año,
los argentinos recurren a las carnes a la parrilla, de vaca, corderos,
chivos o cerdos. Los acompañarán seguramente los platos fríos como
ensaladas, vitel toné, pollos o pavita. No están de más los que salen de
lo tradicional y proponen alternativas con pescado u otros platos
innovadores para estas fechas.
Otra de las dudas que surgen al paso es la que se relaciona con lo que hay para beber. Los vinos blancos suelen ser más ligeros y más secos que los tintos, suelen utilizarse al comienzo de la fiestas o junto al primer plato de una cena, como un aperitivo. Por otro lado, los vinos tintos son perfectos para comidas más abundantes y generalmente se sirven al último momento de la fiesta o la cena.
Para las mesas con pavita, preparados de ave, ensaladas varias, carnes frías, fiambres, etc., nada mejor que un vino espumante seco, de método tradicional de cepas blancas y tintas. O mayormente cepas tintas como Pinot Noir. También puede ser un blanc de noir (un blanco hecho de cepa tinta) o un rosé. La cepa tinta, aunque no tiña de color el vino, agrega estructura, frutosidad y fuerza. La acidez de los espumosos suele ser muy buena y es por eso que, con estas características, se adaptan a varias preparaciones.Si hay vegetales grillados y ensaladas a base de papa se puede optar por un Chardonnay con paso por madera.
Como siempre se empieza desde temprano, comiendo algo alrededor de la mesa y cerca del asado, los tintos son la mejor opción para esperar los cortes del asado. Pero si hay mollejas o achuras, mejor con un Torrontés de gama media alta. La molleja con este vino realza sus sabores, baja la sensación grasa en la boca y simplemente queda muy bien. Luego los tintos harán su trabajo con los cortes de carnes rojas.
La clave es confiar en el sentido del gusto y sobre todo el olfato, Hay que considerar siempre las hierbas y especias que se utilizan mientras el plato se prepara y se debe tener en cuenta con qué sabores se podrán combinar.
Fuente: http://www.eltribuno.info/Salta/351648-Que-vino-elegimos-para-este-fin-de-ano.note.aspx
Otra de las dudas que surgen al paso es la que se relaciona con lo que hay para beber. Los vinos blancos suelen ser más ligeros y más secos que los tintos, suelen utilizarse al comienzo de la fiestas o junto al primer plato de una cena, como un aperitivo. Por otro lado, los vinos tintos son perfectos para comidas más abundantes y generalmente se sirven al último momento de la fiesta o la cena.
Para las mesas con pavita, preparados de ave, ensaladas varias, carnes frías, fiambres, etc., nada mejor que un vino espumante seco, de método tradicional de cepas blancas y tintas. O mayormente cepas tintas como Pinot Noir. También puede ser un blanc de noir (un blanco hecho de cepa tinta) o un rosé. La cepa tinta, aunque no tiña de color el vino, agrega estructura, frutosidad y fuerza. La acidez de los espumosos suele ser muy buena y es por eso que, con estas características, se adaptan a varias preparaciones.Si hay vegetales grillados y ensaladas a base de papa se puede optar por un Chardonnay con paso por madera.
Como siempre se empieza desde temprano, comiendo algo alrededor de la mesa y cerca del asado, los tintos son la mejor opción para esperar los cortes del asado. Pero si hay mollejas o achuras, mejor con un Torrontés de gama media alta. La molleja con este vino realza sus sabores, baja la sensación grasa en la boca y simplemente queda muy bien. Luego los tintos harán su trabajo con los cortes de carnes rojas.
La clave es confiar en el sentido del gusto y sobre todo el olfato, Hay que considerar siempre las hierbas y especias que se utilizan mientras el plato se prepara y se debe tener en cuenta con qué sabores se podrán combinar.
Fuente: http://www.eltribuno.info/Salta/351648-Que-vino-elegimos-para-este-fin-de-ano.note.aspx
Fuente: Area del Vino
No hay comentarios:
Publicar un comentario