Fue la principal conclusión de un grupo de expertos reunidos en el
Simposio sobre Balance Energético, que acaba de concluir en Brasil.
Según la Organización Mundial de la Salud, el sedentarismo es el cuarto
factor de riesgo más importante para la mortalidad en todo el mundo.
Hacer actividad física con regularidad reduce hasta 50% la
probabilidad de desarrollar cáncer, diabetes y sufrir accidentes
cardiovasculares. No existe ningún fármaco que se compare con los
beneficios del ejercicio ni que responda a un gran número de
enfermedades de forma simultánea.
En el cierre del Simposio
sobre Balance Energético, que acaba de concluir en Brasil, expertos en
salud de todo el continente coincidieron en que promover la actividad
física es la forma más eficiente de combatir la epidemia de obesidad en
la región y debe ser prioridad en las agendas de política pública.
Hacer
ejercicio con regularidad puede incrementar hasta 10 años la
expectativa de vida, además de que reduce hasta en un 50% la
probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas como el cáncer, la
diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Por ello, es
indispensable hacer un esfuerzo multidisciplinario en el que participen
gobiernos, industrias, organizaciones sociales y especialistas de la
salud para promover la activación física como la forma más eficiente de
combatir la epidemia de obesidad en la región, coincidieron
especialistas durante el cierre del Simposio sobre Balance Energético
de la Serie Científica Latinoamericana.
El encuentro que congregó
a más de 130 expertos e investigadores en temas de nutrición y salud
pública de todo el continente cerró con un intenso y prolífico diálogo
sobre los beneficios de la actividad física en todos los aspectos de la
salud, por lo que su promoción, apuntaron, debe ser una prioridad en
las agendas de política pública de todos los países. Hacer ejercicio y
cuidar nuestra alimentación es la mejor vía para combatir los problemas
asociados al aumento de peso, coincidieron.
"El control
inadecuado del balance energético es quizá la principal causa de la
obesidad que afecta a América Latina", aseveró el doctor Fernando
Lavalle, presidente del Comité Científico encargado de la organización
del simposio. "Los países de América Latina han aumentado el consumo de
calorías apoyados en la mejora económica que se vive en el conjunto de
la región, pero el sedentarismo y la ausencia de actividad física
suponen riesgos para la salud", alertó Lavalle. "Está bien documentado
el aumento en el consumo calórico de la población, que se sitúa por
encima de las 3.200 calorías diarias", precisó.
Antes, el
especialista en Medicina Interna de la Universidad de Rosario en
Colombia, John Duperly, presentó diversas evidencias científicas que
documentan los beneficios de la actividad física en todos los ámbitos
de la salud. Mencionó que, por ejemplo, hacer una hora diaria de
actividad física moderada activa cerca de 800 genes que contribuyen a
conservar una buena salud además de que reduce hasta en un 50% el
desarrollo de enfermedades mortales como la diabetes, el cáncer y los
accidentes cardiovasculares.
Hasta ahora, dijo, no hay ningún
fármaco en el mercado que tenga los efectos de mantener un estilo de
vida saludable, como el ejercicio. Explicó que con cinco intervenciones
en el estilo de vida se puede reducir 90% riesgo de desarrollar
diabetes tipo 2. Estos cambios son: no fumar; tener un consumo moderado
de alcohol; comer 5 porciones de frutas y verduras al día; hacer 150
minutos de ejercicio a la semana –lo que equivale a media hora al día-;
y tener un peso adecuado.
Sin embargo, dijo, es importante que
los profesionales de la salud cuenten con las herramientas y
conocimientos básicos para prescribir la actividad física de forma
terapéutica, pues actualmente no cuentan con la información suficiente
para motivar a sus pacientes para cambiar sus hábitos e incorporar el
ejercicio en su rutina diaria. "Comprender el comportamiento humano y
cambiarlo es el desafío más grande del balance energético", dijo
Duperly.
Por la mañana, al presentar la ponencia "Gasto de
energía y su evaluación", el investigador de la Universidad de Sonora,
Mauro Valencia, explicó que el gasto energético total de un individuo
se determina por el gasto del propio metabolismo, el efecto termogénico
de los alimentos y el gasto por actividad física, que es el más
variable.
Por su parte, el doctor Eric Ravussin, Director del
Centro Biomédico Pennington de Investigación para Nutrición en Obesidad
de la Universidad Estatal de Luisiana, afirmó que uno de los factores
determinantes en la ganancia de peso que ha experimentado la población
mundial en los últimos años es el mayor consumo de grasas, más que la
ingesta de carbohidratos y azúcares, pues las grasas tienen un mayor
impacto en el desbalance energético.
Al presentar la ponencia
"Fisiología de Gasto Energético", el experto en metabolismo explicó que
el cuerpo humano trabaja de forma diferente con los carbohidratos y
las grasas. Mientras los primeros se van al hígado y sirven para dar
energía al músculo esquelético, las grasas prácticamente sirven para
aumentar el tejido adiposo.
Sin embargo, dijo, es necesario
profundizar en los estudios que tratan de explicar el desbalance entre
la ingesta de calorías y el gasto de energía, ya que "en el medio
ambiente hay muchos gatillos que pueden disparar la obesidad y todavía
hay muchas cosas que desconocemos".
Finalmente, el doctor Hugo
Laviada, profesor de la Universidad Marista de Mérida, expuso sobre la
influencia de los diferentes macronutrimentos en el balance energético.
Al
clausurar los trabajos del Simposio de la Serie Científica
Latinoamericana, el doctor Fernando Lavalle anunció que el próximo
encuentro se llevará a cabo el próximo año en México, Distrito Federal.
El tema será "Cómo cambiamos estilos de vida".
Ejercicio físico, no es lo mismo para todos
Diversas
evidencias científicas comprueban los beneficios de la actividad
física en la prevención y manejo de enfermedades. John Duperly, médico
especialista en Medicina Interna de la Universidad del Rosario en
Colombia y PhD en Medicina del Deporte de la Universidad Alemana para la
Ciencias del Deporte, subrayó que los profesionales de la salud deben
prepararse adecuadamente para prescribir el ejercicio como medicina.
El
especialista colombiano mostró numerosas evidencias científicas que
comprueban los beneficios de la actividad física en la prevención y
manejo de enfermedades. Citó, por ejemplo, un estudio realizado en 40
mil hombres y 12 mil mujeres que fue publicado en 2010 en el British
Journal, en el que se demuestra que tener una mala condición física es
uno de los riesgos más altos para detonar la diabetes y los accidentes
cardiovasculares.
Mencionó además que de acuerdo con este
estudio, las mujeres que no hacen ejercicio tienen un índice de
mortalidad por accidentes cardiovasculares, diabetes y cáncer casi dos
veces mayor que las que sí realizan una actividad física consistente.
Incluso, como parte de este estudio se comprobó que las mujeres activas
tienen una menor morbilidad, aun cuando tengan sobrepeso.
En
esta línea uno de los expositores más aplaudido del congreso, el doctor
Victor Matsudo, de la Universidad Gama Filho en Sao Paulo, afirmó: "La
actividad física, la dieta y la salud mental pueden resolver al menos
el 60% de todas las enfermedades que atienden los sistemas de salud
pública. La actividad física es parte del tratamiento de cualquier
padecimiento crónico". Matsudo comentó los alcances del programa "Agita
Sao Paulo", un programa de activación física que ha demostrado tener
efectos positivos en la población y es considerado un éxito de política
pública, tanto, que la Organización de Naciones Unidas la ha mostrado
como un ejemplo a seguir por otras ciudades
Duperly insistió en
que hasta el momento no hay ningún fármaco en el mercado que logre los
efectos de mantener un estilo de vida saludable a través del ejercicio.
"El único quemador de grasa que restablece el equilibrio de las
células es el ejercicio. Además, se han identificado varios mecanismos
sobre cómo la actividad física ayuda a un mejor transporte de la
glucosa, independientemente del nivel de insulina, algo vital para una
persona diabética", explicó Duperly y concluyó: "es necesario hacer un
esfuerzo multidisciplinario en el que se involucren gobiernos,
industria y medios para motivar un cambio en la mentalidad de las
personas y motivarlas a mover su cuerpo".
Foto: Think Stock Photos
Fuente: entremujeres.com
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