1. Masticar bien los alimentos. Comer requiere su
tiempo. Hay que masticar despacio y ensalivar bien los alimentos para
percibir más sensaciones agradables y, a la vez, comer menos.
2. No prolongar el apetito. Evitar llegar a la cena con hambre. Es mejor hacer todas las comidas del día livianas, pero completas.
3. Evitar calorías y aditivos químicos.
Recordar que las gaseosas, los fiambres y los snacks no aportan
nutrientes saludables y están llenos de aditivos que pueden ser
perjudiciales para nuestra salud.
4. Mejorar la digestión. Después de la comida podemos tomar infusiones de manzanilla, menta o anís, que favorecen la digestión.
5. Moderar las porciones.
No hay que prohibirse, sino ser flexibles y darse un gusto con
moderación. Lo mejor es elegir lo que se desea comer y servirse en el
plato sólo esa ración.
6. Disfrutar más allá de la mesa. Comer despacio y saborear cada bocado. Deleitarse con la calidad de los alimentos, no con la cantidad.
7. Vivir plenamente la fiesta.
Dejar de centrar la atención en la comida, la bebida y el turrón. Las
fiestas son un deleite por la compañía y el ambiente. Es una época muy
especial que va más allá de los placeres culinarios.
8. Mantener el movimiento. Caminar y hacer ejercicio moderado durante los días festivos.
9. Depurarse. Es muy útil hacer al día siguiente una dieta desintoxicante a base sólo de frutas, verduras, infusiones y licuados.
10. ¡Disfrutar, bailar y reír!
Por la licenciada María Cecilia Ponce, del departamento de nutrición del Laboratorio Alcat.
Fuente: entremujeres.com
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