miércoles, 11 de diciembre de 2013

La actividad física puede incrementar 10 años la expectativa de vida

Fue la principal conclusión de un grupo de expertos reunidos en el Simposio sobre Balance Energético, que acaba de concluir en Brasil. Según la Organización Mundial de la Salud, el sedentarismo es el cuarto factor de riesgo más importante para la mortalidad en todo el mundo.

Hacer actividad física con regularidad reduce hasta 50% la probabilidad de desarrollar cáncer, diabetes y sufrir accidentes cardiovasculares. No existe ningún fármaco que se compare con los beneficios del ejercicio ni que responda a un gran número de enfermedades de forma simultánea.

En el cierre del Simposio sobre Balance Energético, que acaba de concluir en Brasil, expertos en salud de todo el continente coincidieron en que promover la actividad física es la forma más eficiente de combatir la epidemia de obesidad en la región y debe ser prioridad en las agendas de política pública.

Hacer ejercicio con regularidad puede incrementar hasta 10 años la expectativa de vida, además de que reduce hasta en un 50% la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Por ello, es indispensable hacer un esfuerzo multidisciplinario en el que participen gobiernos, industrias, organizaciones sociales y especialistas de la salud para promover la activación física como la forma más eficiente de combatir la epidemia de obesidad en la región, coincidieron especialistas durante el cierre del Simposio sobre Balance Energético de la Serie Científica Latinoamericana.

El encuentro que congregó a más de 130 expertos e investigadores en temas de nutrición y salud pública de todo el continente cerró con un intenso y prolífico diálogo sobre los beneficios de la actividad física en todos los aspectos de la salud, por lo que su promoción, apuntaron, debe ser una prioridad en las agendas de política pública de todos los países. Hacer ejercicio y cuidar nuestra alimentación es la mejor vía para combatir los problemas asociados al aumento de peso, coincidieron.

"El control inadecuado del balance energético es quizá la principal causa de la obesidad que afecta a América Latina", aseveró el doctor Fernando Lavalle, presidente del Comité Científico encargado de la organización del simposio. "Los países de América Latina han aumentado el consumo de calorías apoyados en la mejora económica que se vive en el conjunto de la región, pero el sedentarismo y la ausencia de actividad física suponen riesgos para la salud", alertó Lavalle. "Está bien documentado el aumento en el consumo calórico de la población, que se sitúa por encima de las 3.200 calorías diarias", precisó.

Antes, el especialista en Medicina Interna de la Universidad de Rosario en Colombia, John Duperly, presentó diversas evidencias científicas que documentan los beneficios de la actividad física en todos los ámbitos de la salud. Mencionó que, por ejemplo, hacer una hora diaria de actividad física moderada activa cerca de 800 genes que contribuyen a conservar una buena salud además de que reduce hasta en un 50% el desarrollo de enfermedades mortales como la diabetes, el cáncer y los accidentes cardiovasculares.

Hasta ahora, dijo, no hay ningún fármaco en el mercado que tenga los efectos de mantener un estilo de vida saludable, como el ejercicio. Explicó que con cinco intervenciones en el estilo de vida se puede reducir 90% riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Estos cambios son: no fumar; tener un consumo moderado de alcohol; comer 5 porciones de frutas y verduras al día; hacer 150 minutos de ejercicio a la semana –lo que equivale a media hora al día-; y tener un peso adecuado.

Sin embargo, dijo, es importante que los profesionales de la salud cuenten con las herramientas y conocimientos básicos para prescribir la actividad física de forma terapéutica, pues actualmente no cuentan con la información suficiente para motivar a sus pacientes para cambiar sus hábitos e incorporar el ejercicio en su rutina diaria. "Comprender el comportamiento humano y cambiarlo es el desafío más grande del balance energético", dijo Duperly.

Por la mañana, al presentar la ponencia "Gasto de energía y su evaluación", el investigador de la Universidad de Sonora, Mauro Valencia, explicó que el gasto energético total de un individuo se determina por el gasto del propio metabolismo, el efecto termogénico de los alimentos y el gasto por actividad física, que es el más variable.

Por su parte, el doctor Eric Ravussin, Director del Centro Biomédico Pennington de Investigación para Nutrición en Obesidad de la Universidad Estatal de Luisiana, afirmó que uno de los factores determinantes en la ganancia de peso que ha experimentado la población mundial en los últimos años es el mayor consumo de grasas, más que la ingesta de carbohidratos y azúcares, pues las grasas tienen un mayor impacto en el desbalance energético.

Al presentar la ponencia "Fisiología de Gasto Energético", el experto en metabolismo explicó que el cuerpo humano trabaja de forma diferente con los carbohidratos y las grasas. Mientras los primeros se van al hígado y sirven para dar energía al músculo esquelético, las grasas prácticamente sirven para aumentar el tejido adiposo.

Sin embargo, dijo, es necesario profundizar en los estudios que tratan de explicar el desbalance entre la ingesta de calorías y el gasto de energía, ya que "en el medio ambiente hay muchos gatillos que pueden disparar la obesidad y todavía hay muchas cosas que desconocemos".

Finalmente, el doctor Hugo Laviada, profesor de la Universidad Marista de Mérida, expuso sobre la influencia de los diferentes macronutrimentos en el balance energético.

Al clausurar los trabajos del Simposio de la Serie Científica Latinoamericana, el doctor Fernando Lavalle anunció que el próximo encuentro se llevará a cabo el próximo año en México, Distrito Federal. El tema será "Cómo cambiamos estilos de vida".

Ejercicio físico, no es lo mismo para todos

Diversas evidencias científicas comprueban los beneficios de la actividad física en la prevención y manejo de enfermedades. John Duperly, médico especialista en Medicina Interna de la Universidad del Rosario en Colombia y PhD en Medicina del Deporte de la Universidad Alemana para la Ciencias del Deporte, subrayó que los profesionales de la salud deben prepararse adecuadamente para prescribir el ejercicio como medicina.

El especialista colombiano mostró numerosas evidencias científicas que comprueban los beneficios de la actividad física en la prevención y manejo de enfermedades. Citó, por ejemplo, un estudio realizado en 40 mil hombres y 12 mil mujeres que fue publicado en 2010 en el British Journal, en el que se demuestra que tener una mala condición física es uno de los riesgos más altos para detonar la diabetes y los accidentes cardiovasculares.

Mencionó además que de acuerdo con este estudio, las mujeres que no hacen ejercicio tienen un índice de mortalidad por accidentes cardiovasculares, diabetes y cáncer casi dos veces mayor que las que sí realizan una actividad física consistente. Incluso, como parte de este estudio se comprobó que las mujeres activas tienen una menor morbilidad, aun cuando tengan sobrepeso.

En esta línea uno de los expositores más aplaudido del congreso, el doctor Victor Matsudo, de la Universidad Gama Filho en Sao Paulo, afirmó: "La actividad física, la dieta y la salud mental pueden resolver al menos el 60% de todas las enfermedades que atienden los sistemas de salud pública. La actividad física es parte del tratamiento de cualquier padecimiento crónico". Matsudo comentó los alcances del programa "Agita Sao Paulo", un programa de activación física que ha demostrado tener efectos positivos en la población y es considerado un éxito de política pública, tanto, que la Organización de Naciones Unidas la ha mostrado como un ejemplo a seguir por otras ciudades

Duperly insistió en que hasta el momento no hay ningún fármaco en el mercado que logre los efectos de mantener un estilo de vida saludable a través del ejercicio. "El único quemador de grasa que restablece el equilibrio de las células es el ejercicio. Además, se han identificado varios mecanismos sobre cómo la actividad física ayuda a un mejor transporte de la glucosa, independientemente del nivel de insulina, algo vital para una persona diabética", explicó Duperly y concluyó: "es necesario hacer un esfuerzo multidisciplinario en el que se involucren gobiernos, industria y medios para motivar un cambio en la mentalidad de las personas y motivarlas a mover su cuerpo".

Foto: Think Stock Photos
Fuente: entremujeres.com

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