miércoles, 11 de diciembre de 2013

Michel Peyronel: entre tragos, música y viajes, así piensa el custodio del lounge

Si hay una personalidad del mundo del rock que puede definirse como multifacético, ése es Michel Peyronel, quien le marcó el pulso desde la batería a la mítica banda Riff y que, paralelamente, abraza y ejecuta con maestría el estilo dandy propio de Dean Martin. 

Con esa versatilidad, Peyronel vuelve a erigirse como el custodio del lounge y a evangelizar sobre música, arte y buen vivir desde su programa Lounge on Wheels, por FM 89.9, The Radio City.
"Lo diferente de esta etapa es que armé una idea en base a un piloto de pruebas de placer. El plan es que un personaje viaje a bordo de un vehículo de alta gama y reporte en ese viaje el aspecto sensual. Que no hable de cuestiones técnicas", relata Peyronel.

En ese viaje, según cuenta, "interactúa con un personaje, Nicoletta, una cómplice que lo involucra dentro de esa atmósfera sensual del habitáculo, con su pelo platinado y un look bien Brigitte Bardot de los ´60".
La trama del programa continúa con un viaje por distintas ciudades, "hasta que llega donde está el neón del lounge, que es una suerte de bar al final del universo. Ahí arranca con los drinks y se rompe con lo cotidiano".

Peyronel relata que, así como no le interesa indagar sobre aspectos técnicos de un auto, como los caballos o el torque del motor, tampoco le interesa ahondar en recetas de cócteles. 

"Lo que me gusta, más que la fórmula de los drinks, es la historia detrás de ellos. Por ejemplo, contamos cómo un par de tipos que estaban en un taller de Beverly Hills crearon el trago destornillador", explica, para luego relatar diferentes historias de tragos que incluyen microscopios, fórmulas, ADN y granadina.

"Hablamos desde las historias, no desde la coctelería", resume, tajante, Peyronel.

En cuanto a sus gustos personales, se confiesa afecto a los buenos scotch. "Me gustan esos whiskies es que se toman puros. Por eso me gustó mucho Mad Men... ¡cómo tomaban y fumaban! Admiro que te hagan ver eso como algo corriente en un mundo como el de hoy, donde prosperaron tanto las campañas anti tabaco".

El origen del lounge

Peyronel recuerda sus épocas en Francia, donde vivió casi una década.

"Allí fue donde apareció el lounge, mi gusto por el buen vivir, que no siempre me lo podía dar y mis amigos no eran todos ricachones. Sin embargo, la idiosincrasia propia de esa cultura te predispone al disfrute", reflexiona el músico y productor.

Peyronel se confiesa admirador de la comida francesa, "que proviene de la escasez. Hubo años y años de guerras y casas sitiadas, por eso la gente comía lo que sea y esto llevó a que puedan sacarle el mejor sabor a cualquier ingrediente".

Así es como "hoy en día el nivel de los restaurantes en París es superlativo. Tenés un mercado muy competitivo, hasta en los bistrós que están en las zonas de oficinas, donde la pelea por los clientes es feroz".

¿Y qué heredó Peyronel de esa larga estadía en Francia? "Cocino bastante más de lo que quisiera. Me gusta cocinar con mucha dedicación. Hay platos típicos de solterón que me siguen saliendo bárbaro, aunque estoy casado. Puedo decir que soy un experto en omelettes, la rompo... de hecho funciona como un arma de seducción. Con unos buenos champignones, puede con cualquier corazón", dispara.

Respecto a los vinos, confiesa extrañar beber un  Beaujolais nouveau sentado en una vereda de francia. "No es un gran vino, es un vino joven, del momento, pero funciona como una excusa perfecta para salir a tomar y acompañarlo con unos quesos increíbles", relata, para luego destacar que "en la Argentina donde hubo mejoras en materia de vinos, ahí siento que avanzamos muchísimo".

Al definir sus gustos personales, Peyronel destaca ser amante de los Malbec puros, "sin roble". "La madera mejor dejala para un piso", ironiza.

Al definir sus lugares en el mundo, el músico y productor se muestra afecto a paisajes como los de Sicilia: "Me gusta mucho andar en moto y ese lugar, que lo visité en un viaje que hice entre Francia y Atenas, tiene muchísimas curvas".

"Para vivir me gusta mucho donde estoy ahora, en San Isidro, pero si tuviera que tener diferentes hogares, me repartiría entre Miami, donde tengo amigos artistas, y Francia. Ahí aprovecharía para viajar y asistir a Roland Garros y el abierto de Montecarlo, empalmaría eventos divertidos como esos".

Sin embargo, reconoce que los viajes que más lo marcaron fueron los de su niñez, cuando vivió un tiempo en los Estados Unidos: "Lo mandaron a mi viejo a hacer un curso de misiles y paramos en lugares muy diferentes, como Oklahoma; El Paso, en Texas, y en California".

"Como no teníamos mucha guita, a veces parábamos y dormíamos con carpas y bolsas de dormir. Una vez recuerdo que acampamos en el medio del desierto de Nevada. Fueron épocas muy nómades, durante las cuales dos veces cruzamos los Estados Unidos de punta a punta", relata.

La influencia llega de Francia

Su amor por Francia es innegable. No lo oculta, de hecho, lo demuestra en cada oportunidad: "Allá todos tienen un nivel alto de paladar, son muy exigentes. También hay mucho aprecio por la moda. En Francia, el gusto por el buen vivir se puede desarollar a pleno, tengas o no guita". 

El músico y productor recuerda que "todo eso que viví en Europa lo puse en práctica cuando volví a la Argentina. Ahí armamos Riff y estábamos muy concentrados en el look, que venía de una mezcla entre la cultura punk y la new wave".

¿Cómo fue el encuentro entre un dandy y un rockero de Buenos Aires como Pappo? "El acercamiento fue estupendo. Pappo, de hecho, fue muy permeable a todo este nuevo estilo que yo estaba trayendo, porque el había vivido un tiempo en Europa. Por eso, toda esa cultura que traje de allá no le sorprendió demasiado. Tanto él como Vitico se coparon al instante".

Respecto al sonido que consagró a la banda y que marcó a fuego una época del rock nacional, Peyronel rescata que "se logró gracias a una gran cantidad de influencias. Yo no era un batero de rock pesado, venía del palo del punk y new wave, pero a la vez tenía potencia".

Este estilo, a la hora de agarrar los palillos, lo persigue: "A la hora de tocar, todo lo que hago es con potencia, no puedo evitarlo. De hecho, esto está muy plasmado en el nuevo disco solista, donde fusiono tango y rock", explicó al referirse a su última creación, bautizada como Club Atlético Mutantes.

© Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - vinosybodegas@iprofesional.com

Fuente: iprofesional.com

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