Así lo expresó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), conjuntamente con el Centro para la Nutrición y el Medio Ambiente de los Pueblos Indígenas de la Universidad McGill (Canadá), en el libro “Sistemas alimentarios de los pueblos indígenas” (Indigenous People’s Food Systems).
“Este libro muestra el valor del conocimiento en las comunidades indígenas en diversos ecosistemas, y la riqueza de sus recursos alimentarios”, aseguró la oficial superior de Nutrición de la FAO, Barbara Burlingame.
Sin embargo, refirió que “a medida que retroceden los hábitat salvajes bajo las presiones económicas y que la globalización estandariza los modos de vida, estos alimentos indígenas están desapareciendo rápidamente, junto con las dietas que en su día mantenían a estas tribus sanas y esbeltas”.
Además, los investigadores del libro descubrieron que, en la comunidad Karen de Sanephong, cerca de la frontera birmana con Tailandia, 661 habitantes todavía pueden elegir entre 387 especies alimentarias, entre las que se incluyen la calabaza blanca y la oreja de árbol.
“La cocina local cuenta con numerosas especialidades deliciosas que no pueden encontrarse fácilmente en nuestro restaurante favorito, como la rana toro pintada o el puercoespín de cola de pincel (Atherurus africanus)”, manifestó la funcionaria.
Asimismo, refirió que “en el gélido norte de Canadá, los inuit (esquimales) de la Bahía de Baffin cuentan con 79 alimentos silvestres diferentes, incluyendo carne de caribú y foca anillada”.
Más adelante, la publicación sostuvo que las tres cuartas partes de la diversidad genética existente en los cultivos agrícolas se han perdido en el último siglo. “Los alimentos tradicionales no sólo saben bien en general, sino que a menudo contienen elevados porcentajes de micronutrientes”.
De los 12 grupos indígenas estudiados en el libro, el porcentaje de energía alimentaria adulta procedente de alimentos tradicionales oscila entre el 93% de los awajún de Perú, entre los cuales la obesidad es prácticamente inexistente, y el 27% de los 500 habitantes de Mand.
“Pasar de los recursos alimentarios tradicionales a alimentos comerciales viene generalmente acompañado de un aumento de desórdenes alimentarios como la obesidad, la diabetes y hipertensión arterial”, afirmó Barbara Burlingame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario