El mundo de la culinaria está revolucionado por las declaraciones del periodista gastronómico alemán Jörg Zipprick, que acaba de publicar ¡No quiero volver al restaurante!, un libro en el que denuncia que la cocina molecular es dañina para la salud.
Zipprick se aventura a revelar lo que hoy debería saber cualquier cliente sobre algunos restaurantes y ofrece pormenores sobre las técnicas de la cocina molecular: no las han diseñado cocineros geniales, sino empresarios gastronómicos. En sus páginas, el libro apunta contra el cocinero catalán Ferrán Adriá -reconocido en el mundo entero por sus experimentos culinarios- y afirma también que la investigación para el empleo de aditivos en el restaurante fue financiada por la industria química y el contribuyente.
La vanguardia de la cocina apuesta, en ocasiones, por ingredientes que suscitan polémica entre los científicos, explicó Zipprick, quien denunció que los cocineros saben esto, pero prefieren no informar a sus clientes sobre los componentes de sus creaciones. Los cómplices de la cocina tecno-emocional también hacen sus incursiones en la gastronomía tradicional. Los representantes engañan con frases como "con esto cocinan los mejores cocineros del mundo", denunció el periodista germano.
Fuente: Cuisine & Vins
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