Tal como ocurrió con el consumo de helados, los fabricantes de
espumantes y sidras están detrás de un objetivo común: la
desestacionalización del consumo. Desde hace un tiempo los fabricantes
locales de este tipo de bebidas alcohólicas están llevando adelante
planes para lograr que sus productos no solamente sean consumidos en
diciembre, durante las fiestas de fin de año.
Los espumantes son los que han logrado sacar ventaja en ese sentido, ya que desde hace algunos años el público lo está adoptando para consumir en forma más periódica y no sólo para situaciones especiales.
Durante el año pasado el consumo de espumantes en el mercado doméstico creció cerca de un 20% en relación con el año anterior, mientras que durante la última década la categoría tuvo una suba del 170 por ciento. En la actualidad, el volumen de ventas en el mercado argentino alcanza los 55 millones de botellas.
Una de las bodegas que está realizando un trabajo de marketing a largo plazo que busca cambiar la percepción del producto es Cruzat, cuyos precios oscilan entre los 120 pesos.
En el resto del mundo, el espumante se toma como un aperitivo o para acompañar las comidas, una tendencia que se está tratando de imponer también en la Argentina. "El público argentino es conocedor de este segmento, le gusta el espumante y está adoptando el hábito de beberlo durante todo el año. Hoy, su consumo está dejando de quedar asociado exclusivamente a las fiestas. Tanto es así, que uno llega a la casa de un amigo y te ofrecen como aperitivo un espumante, tanto en invierno como en verano", dice Andrés Heiremans, gerente general de Cruzat.
En la última década el consumo en la Argentina creció de 0,38 litros per cápita a 0,86; es decir más que duplicó su posición. Las expectativas son que en esta búsqueda de desestacionalización el crecimiento siga adelante.
Sidras
Con la sidra pasa algo similar que con el espumante, aunque la diferencia sustancial entre uno y otro producto está en el precio.
La sidra siempre fue un producto que apuntó al público de menor poder adquisitivo que no podía acceder a comprar un espumante. Pero ahora, los fabricantes de la bebida sobre la base de manzana buscan cambiar el perfil y pretenden llegar, por ejemplo, al público joven y a las mujeres.
Una de las empresas que está encarando una estrategia en ese sentido es CCU, compañía que hace tres años adquirió las firmas Sáenz Briones y Sidra La Victoria, que representan el 37% del mercado de sidras en la Argentina.
La apuesta por desestacionalizar su consumo -hoy, en la Argentina, el 85% de la sidra se bebe en las fiestas- comenzó con el lanzamiento de presentaciones más afines al público joven: porrones de 340 cm3, con chapita como apertura en vez de tapón de corcho o plástico, y la posibilidad de encontrarla en bares, boliches y after office. El siguiente paso de CCU fue el lanzamiento de Apple Storm, una sidra más seca, más ácida y con una graduación alcohólica del 5%, levemente mayor que las sidras tradicionales.
Preferidos por los argentinos
A nivel nacional, el 84% del mercado corresponde a espumantes secos y el mayor crecimiento se verifica en los espumantes dulces, cuyas ventas han tenido un aumento del 126% entre el 2002 y el 2012.
Otro sector que escaló posiciones en los últimos años es el de los rosados, que han agregado una nueva categoría, en especial entre el público femenino.
Durante el 2012, la Argentina produjo 417.000 hectolitros, de los cuales 48.000 fueron exportados. De esta producción, según cifras provenientes del Instituto Nacional de Vitivinicultura, 150 bodegas fueron las responsables de esta cantidad.
En cuanto a las exportaciones, durante el 2012, la Argentina tuvo una facturación de u$s22,9 millones, acumulando un total de 465.449 cajas de 9 litros, a un precio promedio de u$s49,20 por cada caja. En comparación con el 2011, la Argentina creció un 8% en términos de volumen de ventas.
Fuente:
http://www.diariobae.com/diario/2013/07/08/30874-los-fabricantes-de-espumantes-impulsan-consumo-en-el-ano.html
Los espumantes son los que han logrado sacar ventaja en ese sentido, ya que desde hace algunos años el público lo está adoptando para consumir en forma más periódica y no sólo para situaciones especiales.
Durante el año pasado el consumo de espumantes en el mercado doméstico creció cerca de un 20% en relación con el año anterior, mientras que durante la última década la categoría tuvo una suba del 170 por ciento. En la actualidad, el volumen de ventas en el mercado argentino alcanza los 55 millones de botellas.
Una de las bodegas que está realizando un trabajo de marketing a largo plazo que busca cambiar la percepción del producto es Cruzat, cuyos precios oscilan entre los 120 pesos.
En el resto del mundo, el espumante se toma como un aperitivo o para acompañar las comidas, una tendencia que se está tratando de imponer también en la Argentina. "El público argentino es conocedor de este segmento, le gusta el espumante y está adoptando el hábito de beberlo durante todo el año. Hoy, su consumo está dejando de quedar asociado exclusivamente a las fiestas. Tanto es así, que uno llega a la casa de un amigo y te ofrecen como aperitivo un espumante, tanto en invierno como en verano", dice Andrés Heiremans, gerente general de Cruzat.
En la última década el consumo en la Argentina creció de 0,38 litros per cápita a 0,86; es decir más que duplicó su posición. Las expectativas son que en esta búsqueda de desestacionalización el crecimiento siga adelante.
Sidras
Con la sidra pasa algo similar que con el espumante, aunque la diferencia sustancial entre uno y otro producto está en el precio.
La sidra siempre fue un producto que apuntó al público de menor poder adquisitivo que no podía acceder a comprar un espumante. Pero ahora, los fabricantes de la bebida sobre la base de manzana buscan cambiar el perfil y pretenden llegar, por ejemplo, al público joven y a las mujeres.
Una de las empresas que está encarando una estrategia en ese sentido es CCU, compañía que hace tres años adquirió las firmas Sáenz Briones y Sidra La Victoria, que representan el 37% del mercado de sidras en la Argentina.
La apuesta por desestacionalizar su consumo -hoy, en la Argentina, el 85% de la sidra se bebe en las fiestas- comenzó con el lanzamiento de presentaciones más afines al público joven: porrones de 340 cm3, con chapita como apertura en vez de tapón de corcho o plástico, y la posibilidad de encontrarla en bares, boliches y after office. El siguiente paso de CCU fue el lanzamiento de Apple Storm, una sidra más seca, más ácida y con una graduación alcohólica del 5%, levemente mayor que las sidras tradicionales.
Preferidos por los argentinos
A nivel nacional, el 84% del mercado corresponde a espumantes secos y el mayor crecimiento se verifica en los espumantes dulces, cuyas ventas han tenido un aumento del 126% entre el 2002 y el 2012.
Otro sector que escaló posiciones en los últimos años es el de los rosados, que han agregado una nueva categoría, en especial entre el público femenino.
Durante el 2012, la Argentina produjo 417.000 hectolitros, de los cuales 48.000 fueron exportados. De esta producción, según cifras provenientes del Instituto Nacional de Vitivinicultura, 150 bodegas fueron las responsables de esta cantidad.
En cuanto a las exportaciones, durante el 2012, la Argentina tuvo una facturación de u$s22,9 millones, acumulando un total de 465.449 cajas de 9 litros, a un precio promedio de u$s49,20 por cada caja. En comparación con el 2011, la Argentina creció un 8% en términos de volumen de ventas.
Fuente:
http://www.diariobae.com/diario/2013/07/08/30874-los-fabricantes-de-espumantes-impulsan-consumo-en-el-ano.html
Fuente: Area del Vino
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