En Vitónica | Un truco saludable para sacar mayor provecho al limón
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Unos 100 gramos de berros tienen el doble de vitamina C que la naranja, pues nos ofrecen 100 mg en una cantidad que podemos incluir sin problemas como parte de una ensalada, en un bocadillo o en un salteado, aunque como siempre decimos, mejor consumir esta verdura fresca si queremos obtener mayor provecho del ácido ascórbico que posee.
La vitamina C no puede faltar en nuestra dieta diaria para conservar las defensas del organismo, mejorar la absorción de hierro y cuidar a nuestras células con su función antioxidante que neutraliza el efecto negativo del estrés.
Fuente: vitonica.com
Claro, las fuentes alimenticias son casi exclusivamente las frutas y verduras, exceptuando alimentos fortificados o enriquecidos con este micronutriente. Pero qué mejor forma de cubrir la cuota de vitamina C que consumiendo alimentos naturales, sabrosos y que además, ofrecen muchos otros compuestos saludables.
Sin frutas ni verduras nos quedamos sin vitamina C y sin esta vitamina no tenemos refuerzo para nuestras defensas, ni ayuda para cicatrizar heridas y formar dientes, ni colaboración para que el cuerpo use mejor el hierro de los alimentos. Entonces, asegúrate de que ingieres 5 raciones diarias de frutas y verduras y sólo con eso tendrás asegurada la cuota de vitamina C que necesitas para vivir con salud.
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Poseen 110 mg de la vitamina por cada 100 gramos de alimento que podemos disfrutar en ensalada, en un pastel, con otros vegetales al vapor u horneados como guarnición de carnes. Con muy pocas calorías y mucho sabor, las coles de Bruselas pueden ayudarnos a cubrir la cuota de vitamina C aportándonos más del doble de lo que nos ofrece la misma cantidad de naranja.
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El ácido de esta vitamina favorece la absorción del calcio, por eso, si combinamos lácteos con frutas ricas en ácido ascórbico y ácido cítrico, sacaremos más provecho al mineral.
Incluso podemos combinar frutas secas o semillas con jugo de naranja o limón. Así como también, podemos elaborar una ensalada con tomate, queso, nueces y pimiento recién picado, así aprovechamos el calcio de las nueces y el queso con ayuda del ácido ascórbico del pimiento y el tomate.
Estos pequeños trucos son los que nos permiten aprovechar mejor los nutrientes importantes para el organismo, con sólo combinar sabiamente los alimentos.
Fuente: vitonica.com
Pues si lo preparamos el día anterior y lo dejamos en un vaso de vidrio toda la noche, la vitamina C que tanto anhelamos beber con este jugo, se perderá casi por completo por efecto del aire y la luz solar, que favorecen su oxidación.
Estudios científicos han dado cuenta de la importancia de la vitamina C y el zinc en el fortalecimiento del sistema inmunológico; la primera, porque actúa sobre la barrera externa, pues favorece la producción de colágeno, componente esencial de la piel y los huesos; el segundo, porque su carencia puede provocar daños en los mediadores de la inmunidad.
La doctora Claudia Maroncelli, especialista en medicina interna, señala: "Es necesario tener una actitud positiva, aportar los nutrientes esenciales vinculados con el sistema defensivo, realizar ejercicio físico regular y tener un sueño reparador".
Pero ¿dónde se encuentran aquellos dos elementos esenciales? La vitamina C se halla principalmente en las frutas cítricas (limón, naranja, pomelo), en el tomate y en otros vegetales, como arvejas, espinacas, papa (siempre que no se sometan a cocción).
El zinc puede encontrarse en carnes, hígado, huevos, pescados, mariscos y leche.
1. El «efecto de hacinamiento» hace que más gente esté más tiempo junta en espacios cerrados. Por lo tanto, habrá más contacto físico y más riesgo de que los virus pasen de persona a persona.
2. El frío hace que nuestro organismo retire sangre de zonas menos importantes, como la nariz y las manos (se enfrían enseguida), lo que hace que haya menos defensas contra posibles virus en esas zonas.
3. A bajas temperaturas, los lípidos de la membrana del virus forman una especie de gel que lo protege, aumentando su tiempo de supervivencia fuera de un cuerpo y, con ello, la probabilidad de contagio.
1. Evite el contacto cercano con los enfermos actuales.
2. Lávese constante y regularmente las manos.
3. Airee y mantenga un cierto grado de humedad en las habitaciones donde vive y trabaja.
4. Duerma lo suficiente.
5. Reduzca el estrés.
6. Asegúrese de llevar una alimentación adecuada.
7. Evite el consumo en exceso de alcohol.
8. Evite el contacto con los objetos que están alrededor o al servicio del enfermo actual, ya que éstos son vehículos transmisores del virus.
9. Quien padece la infección debe procurar colocarse un pañuelo en la boca al estornudar o toser a fin de evitar que el virus se esparza por el aire.
Fuente: lanacion.com