martes, 29 de mayo de 2012

Tras la huella de carbono: la sustentabilidad ambiental, clave en la industria del vino

El cuidado del medioambiente es uno de los temas que se ha ido posicionando en la agenda de la opinión pública en los últimos años y que, de alguna u otra manera, nos alcanza a todos.

Pero no siempre sabemos o podemos traducir esta preocupación en hechos o acciones concretas que materialicen nuestro compromiso.

Con las miras puestas en contribuir al desarrollo sustentable con un enfoque hacia la gestión ambiental y social como una forma de asegurar la rentabilidad y crecimiento del negocio en el tiempo, hoy es posible para la industria vitivinícola implementar procesos de mejora basados en los principios de desarrollo sustentable y eco-eficiencia.

La sustentabilidad, como parte de la estrategia corporativa, permite que las compañías crezcan de forma equilibrada y responsable aumentando su rentabilidad en armonía con el medio ambiente natural y social.

Los desafíos están planteados en distintos frentes, ya que se suman el incremento de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) por la propia actividad productiva del hombre, el aumento del consumo individual y una mala gestión de los recursos naturales y el mayor uso de energía, que nos retan a optimizar tanto procesos como hábitos recurriendo a fuentes limpias de energía, identificar e implementar oportunidades de mejora en eficiencia de procesos y energética, a implementar iniciativas de reforestación y a la utilización racional y reutilización de recursos, entre otras posibles vías de acción.

Las huellas del vino

La huella de carbono es el resultado de la medición de las emisiones de GEI generadas a lo largo del ciclo de vida del vino. Por ejemplo, para el consumo de una botella o bien un litro de vino embotellado y con su respectivo packaging, definiendo una unidad funcional que permita establecer una referencia.

A partir de un análisis del proceso productivo con enfoque de ciclo de vida, es posible determinar el resultado por botella y para para cada etapa de este -producción agrícola y vendimia, transporte de uvas y materia prima, producción de vino y distribución, consumo y disposición final de envases- como así también para su conjunto.

Los flujos de materia y energía se convertirán en equivalentes a dióxido de carbono (CO2e) correspondiente a cada etapa del ciclo de vida del vino.

Entonces, el resultado nos permitirá visualizar las emisiones de GEI correspondientes al consumo de una botella de vino a lo largo su ciclo de vida. Finalmente, la sumatoria de equivalentes de CO2 de cada etapa dará como resultado la Huella de Carbono del Vino.

¿Por qué ir tras la huella de carbono?

Como señalábamos al principio, la concientización acerca de la preservación del medioambiente y de la importancia de llevar adelante empresas sustentables remarca la relevancia de contar con un inventario de este tipo de emisiones por fuente y tener elementos técnicos para gestionar y minimizar los consumos de energía, insumos y recursos.

Utilizar indicadores de desempeño que permitan verificar mejoras en la eficiencia y comunicar resultados o bien detectar de forma temprana desvíos que pudieran dar lugar a oportunidades de mejora suponen una ventaja remarcable, que a su vez significa la capacidad de trabajar en oportunidades de mejora tanto puertas adentro como puertas afuera, de cara a proveedores y al resto de quienes componen la cadena de valor.

En la industria vitivinícola la importancia de comunicar adecuadamente se hace, frente a un mundo enormemente competitivo, cada vez más evidente y es por eso que la posibilidad de desarrollar etiquetas ambientales con respaldo técnico y sólido y poder comunicar a clientes tanto B2B como B2C (a consumidores) sobre la gestión de la marca en términos de sustentabilidad y de responsabilidad con el ambiente es una cuestión de evidente importancia.

Cada vez de manera más extensa, los consumidores ponen atención en este tipo de compromiso diferenciador, y quienes tomen la iniciativa en un posicionamiento claro en este sentido se acercarán a su preferencia. De esta manera se verán incrementadas la competitividad y las ventas a partir de un negocio responsable en materia de sustentabilidad, un objetivo alcanzable si se sigue el camino por la huella correcta.

Por Dolores Lavaque de Velasco, directora de Consultora Stg
Especial para Vinos & Bodegas iProfesional.com
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Fuente: iprofesional.com

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