Comer apuradas, en el lugar de trabajo o paradas, no hacer las cuatro comidas o dejarnos tentar por grisines, azúcares o aderezos son los errores más comunes que tenemos al alimentarnos. Consejos para corregir esas malas costumbres a la hora de la comida.
Una correcta alimentación es uno de los pilares fundamentales para
llevar una vida saludable. Para lograrlo, hay algunos tips que debemos
tener en cuenta para la hora de comer.
Para controlar los hábitos
no saludables en nuestra alimentación diaria, lo primero que debemos
hacer es evaluar la cantidad y calidad de los alimentos que ingerimos,
sin dejar de lado nuestros gustos o preferencias. En segunda instancia,
tenemos que cuidar cómo comemos, ya que muchas veces lo hacemos de
manera automática sin tomar conciencia de ciertas conductas o prácticas
saludables.
¡Aplicate y corregí tus malos hábitos!
*
Realizar cuatro comidas principales en horarios regulares, comenzando
el día con un desayuno completo y una comida principal en el almuerzo.
Reducir la ingesta por la tarde y la noche.
* Diseñar el menú
de almuerzo y cena con: entrada (debe aportar volumen con pocas
calorías, como ensaladas de hojas o sopas de verduras), plato principal
(debe tener un aporte adecuado de proteínas, hidratos de carbono y
grasas) y postre (solo si se deseas y evitando repetir porciones).
*
Evitar el picoteo de alimentos fuera de las comidas. Solo se deben
incluir colaciones si se necesitan y se registra sensación de hambre
entre las comidas principales.
* Preparar el lugar físico para comer: éste debe ser lo más agradable posible.
* No realizar otras actividades mientras comemos, como trabajar o mirar televisión.
* Evitar comer parados o en el mismo escritorio o lugar de trabajo, ya que comeremos estresados.
*
Disfrutar la comida desde su apariencia, su aroma, su sabor y su
textura. Es importante que el alimento recorra toda nuestra boca, para
aumentar el contacto con las papilas gustativas. Ellas son las que
envían el mensaje a nuestro centro de saciedad en el cerebro, y luego
éste nos enviará señales para detener la ingesta y no comer en exceso.
*
Evitar acompañamientos que agregan calorías extras al menú, como panes,
grisines, bebidas azucaradas, y aderezos, entre otros. Es mejor no
dejarlos al alcance de la mano en la mesa.
* Elegir líquidos
sin calorías para acompañar las comidas, principalmente agua, jugos de
frutas naturales con agua o sodas endulzadas con edulcorante, o bebidas
bajas calorías.
* Prestar atención a las porciones que nos
servimos. Para eso, usar vajilla de tamaños medianos o pequeños y
aportar volumen con alimentos ricos en fibra y agua, como las hojas
verdes, y los tomates frescos, entre otros.
* No llevar las fuentes de comida a la mesa y aderezar en el plato individualmente para poder controlar la cantidad de aderezo.
*
Aumentar el tiempo de masticación. Cuando comemos apresuradamente,
masticamos poco y necesitamos mayor cantidad de alimentos para
satisfacernos. Realizar una buena masticación, favorece el contacto del
alimento con las enzimas digestivas, demorando su llegada al estómago.
Esto otorga al cerebro el tiempo necesario para recibir, estimular y
enviar mensajes de saciedad.
* Elegir y combinar en una misma
comida alimentos que requieren mayor masticación, como alimentos
frescos, cocidos al dente o en trozos grandes; disminuyendo las
preparaciones como purés, licuados, alimentos muy cocidos o demasiado
picados o triturados.
Por Rosana Viscovig, médica especialista en nutrición en La Posada del Qenti.
Foto: Thinkstockphotos
Fuente: entremujeres.com
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