Un estudio asegura que mezclar la ingesta de bebidas alcohólicas con el tabaco aumenta las náuseas y dolores de cabeza posteriores al consumo de estas sustancias.
La investigación, publicada en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs y realizada a estudiantes universitarios por la Universidad de Brown de Inglaterra, concluyó que aquellos que fumaron un cigarrillo o dos antes de beber padecieron resacas más fuertes de quienes tomaron la misma cantidad de alcohol.
Damaris Rohsenow, la doctora que encabezó el proyecto, explicó al portal Daily Mail que los receptores de nicotina del cerebro mantienen estrechas relaciones con la respuesta de nuestros organismos al alcohol: ambos incrementan de manera conjunta los niveles de dopamina.
Por ello, la vinculación entre ambas sustancias en el cerebro permite
afirmar hipotéticamente que existe una relación con las molestas
resacas.
“Existe alrededor de un 25% de personas que, a pesar
de ingerir suficiente alcohol como para sufrir una resaca, sin embargo
no la tienen. Por eso, queríamos comprobar si alguno de los parámetros
estudiados influía más o menos en sufrir resacas y en la gravedad de los
síntomas de la misma”, señalaron los investigadores.
El relevamiento se realizó a partir de una encuesta online, donde 113 estudiantes reportaron, a lo largo de ocho semanas,
su ingesta de alcohol y tabaco y los síntomas que les producía.
Generalmente, cuando los estudiantes bebían mucho – alrededor de cinco o
seis latas de cerveza en una hora- aquellos que habían fumado más ese
mismo día tenían más chances de padecer una resaca más intensa a la
mañana siguiente.
Además, otra de las conclusiones arroja que el causante de las
náuseas y dolores de cabeza se explicaría por la presencia de una
sustancia química en el tabaco, llamada acetaldehído, que se genera también en los tejidos del cuerpo cuando se consumen bebidas alcohólicas.
Fuente: saludable.infobae.com
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