Algunos alimentos, además de calmar el hambre, mejoran funciones relevantes para nuestro organismo y reducen el riesgo de contraer enfermedades. Qué incorporar a la dieta.
Si a la hora de comer, además de saciar el apetito, podemos incorporar sustancias que aporten nutrientes para mejorar la salud, bienvenidas sean.
Un ejemplo son los llamados probióticos. Alimentos que contienen microorganismos vivos que ingeridos en cantidades adecuadas, mejoran la salud gastrointestinal. Se encuentran en yogures, derivados lácteos y fermentados, entre otros productos como aceitunas, chucrut, soja, etc.
El problema es que es difícil utilizarlos como solución terapéutica-médica, ya que necesitan ser conservados en frío, se necesita una alta cantidad de producto para que tengan efecto terapéutico y tienen una vida media limitada.
Por otro lado, están los prebióticos que tienen ingredientes que favorecen el crecimiento de determinadas bacterias saludables
para nuestro intestino disminuyendo en cambio, las no deseables
(bacteroides, clostridio, E.coli, etc.). Se encuentran en las verduras y
hortalizas (cebollas, ajo, pimientos y espárragos, etc.)
Ambas sustancias logran beneficios sobre nuestra salud, sobre todo si
una persona fue sometida a tratamientos con antibióticos, antivíricos o
un exceso de fármacos promoviendo el desarrollo de una flora intestinal
beneficiosa y previniendo la colonización de agentes patógenos. También
mejoran la diarrea, gastroenteritis y refuerzan nuestro sistema
gastrointestinal mejorando las defensas.
Otros de los alimentos “de moda” para prevenir afecciones del nuevo
siglo, como son el colesterol o los problemas reumatoideos, la fatiga
mental, etc. son los conocidos como ácidos grasos Omega-3,
que se encuentran en el pescado azul, los frutos secos, etc. En algunos
casos no deja de ser un “reclamo” para el consumo de algunos alimentos
que antes, no los contenían, pero también se puede adquirir como
suplemento nutricional.
El desarrollo de estos alimentos bioactivos podría
ser muy útil para la aplicación en otros alimentos de mayor consumo, ya
que muchas veces, en una dieta promedio, es difícil incluir la cantidad
adecuada de estos alimentos.
Hasta que llegue el momento de la “nutrición personalizada”, es bueno
tomar conciencia de la necesidad de incluir estos alimentos
funcionales, en nuestro día a día.
Asesoró: doctor Adrián Jaime (MN 115.974), director de Doctor Adrián
Jaime Orthomolecular Medical Institute, médico y especialista en
Medicina AntiAge
Fuente: infobae.com
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